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La comunidad

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Origen: Samir Amin: La Revolución de Octubre cien años después

Conferencia de Darío Sztajnszrajber sobre Manifiesto comunista (Karl Marx)

El Diálogo Interreligioso (Enrique Dussel)

Entrevista con el intelectual creador de la filosofía de la liberación Enrique Dussel: “Estados Unidos es un país fracasado”

CHILE | 28 DE AGOSTO DE 2017

El intelectual creador de la filosofia_liberacion conversó con Diario y Radio Universidad de Chile. De viaje en nuestro país opinó sobre Venezuela, México y las próximas elecciones chilenas. Sobre Europa y medio oriente, culpó al país de Trump: “Todos esos inmigrantes son la destrucción de medio oriente ¿quiénes lo han hecho? Los bárbaros del siglo XX. Gente ignorante, que no sabe historia, que tiene una prepotencia racial. Se llaman los ingenuos norteamericanos.

Enrique Dussel está en Chile. Su viaje, de una semana, se enmarca en el desarrollo del primer Coloquio sobre Filosofía de la Liberación en nuestro país.

La actividad organizada por el Centro de Investigación en Estéticas Latinoamericanas (Ciela) de la Universidad de Chile, se construye sobre la filosofía dusseliana, seguramente la más importante que se ha desarrollado en América Latina, una DESDE este lado del mundo y no PARA el tercer mundo.

Venezuela, Siria, México (donde vive), el pueblo mapuche, los inmigrantes, los desplazados (…) son todos temas se ubican en el radar del argentino radicado en Ciudad de México desde hace décadas.

Así, por ejemplo, condena enérgicamente a los intelectuales de izquierda que han criticado el gobierno de Nicolás Maduro, calificándolo incluso de dictadura.

Sentado en una oficina del Departamento de Filosofía de la Universidad de Chile, el intelectual de 82 años recuerda una frase pronunciada algunas semanas atrás: “Yo les dije a los de izquierda: tengan cuidado de lo que dicen, porque en seis meses, quizás, se van a desdecir”.

¿Cuán complejo es que estos pensadores se manifiesten contrarios a la presidencia de Nicolás Maduro?

Hay que situar Venezuela en la geopolítica mundial. De manera muy simple y empírica, Venezuela, según los últimos descubrimientos, tiene bajo el Orinoco la mayor reserva de petróleo del mundo, mucho más que Arabia Saudita y Catar. Eso lo explica todo: ¡Estados Unidos quiere ver cómo tener un gobierno allá como el de Macri (en Argentina), como el de otros, que le abran la posibilidad de ese inmenso negocio!, pero no como en Irak o Afganistán, porque eso despertaría mucha oposición.

Pareciera que para los estadounidenses hay bárbaros y bárbaros no tan bárbaros y, como a los latinoamericanos los tiene más cerca, ven que algo de humano tienen y no les meten tanta bomba como a los árabes, de quienes no conocen nada y, como están tan lejos, si los matan, ni lo sienten.

Venezuela está cerca, por lo que tienen un poco más de respeto. Entonces están usando un nuevo tipo de política: ¡es una guerra mediática infernal! CNN es su instrumento privilegiado. Ellos ya construyeron un monstruo ideológico que se llamaba Hugo Chávez, hiciera lo que hiciera, crecía el monstruo, lo han inventado, una invención estética fantástica, con lo cual también pueden criticar a cualquier líder de América Latina al aproximarlo a Chávez.

Por ejemplo, el gran líder mexicano, Andrés López Obrador, le dicen “es como Chávez”, entonces él dice “no hables ridiculeces, yo no soy como Chávez”, pero se tiene que deslindar, lo cual también lo aísla.

Y ese modelo es un modelo que han repetido en otros países de la región…

Esa es la construcción de la ocupación de Venezuela. PDV, la gran compañía de petróleo, todavía está en manos del pueblo venezolano; en cambio, los pobres brasileños, según sale en el diario, a manos de un gobierno corrupto, ilegal, impuesto por una cámara de diputados donde la mayoría son corruptos que destituyeron sin razón a Dilma Rousseff, y propusieron a un presidente que va a privatizar Electrobras, que produce el sesenta y tantos por ciento de la electricidad en Brasil…

Ese es el propósito: quitar a los pueblos sus grandes empresas nacionales y entregarlas a capital privado, en lo posible extranjeros, que se van a llevar todas las ganancias y así empobrecer al país. Eso no me lo puede refutar nadie. Darán razones de que habrán inversiones extranjeras, pero ¿qué inversiones? si están sacando las empresas nacionales, no invierten nada, por pocos pesos se llevan impresionantes empresas que el Estado y el pueblo han construido.

Miren lo que ha pasado en Argentina, donde la electricidad ha subido hasta un sesenta por ciento. Los argentinos ya no le creen a Macri, por eso va a perder en las próximas elecciones.

¿Pero hay alguna crítica a las conducciones de izquierda de América Latina?, porque en varios países fueron reemplazadas por representantes más hacia la derecha

Como todo gobierno nuevo, que va haciendo su práctica, también el chavismo va teniendo sus errores, como todos. Ha habido una cierta corrupción, no tan monstruosa como en Brasil, ni como en otros países bendecidos por el imperio.

Ahora, que no es democracia perfecta, pues no, pero díganme quién la tiene: ¿Estados Unidos? y ahora, ¡con lo que han elegido! …

Entonces, lo que yo dije en una declaración que ha sido muy difundida en la red es “compañeros de izquierda, mucho ciudadano. Criticar que no hay democracia… habría que estar dentro”. Además, en qué no se ha cumplido. Ganaron las elecciones con Maduro y es presidente; ganó la oposición en las parlamentarias y son diputados; ahora, ellos quieren sacar al presidente, pero él fue electo democráticamente, no es un dictador.

Para Dussel es claro. En Venezuela, con la última elección, los ánimos se empezaron a calmar: “Maduro no es Chávez, no tiene la capacidad de Chávez, pero tampoco es un inmoral, ni un incapaz, va tirando, tanto que la última semana hay más silencio. Por qué, porque ganaron las elecciones con ocho millones, lo que le dará la mayoría en las próximas elecciones y la oposición no va a ganar”, no ganaría porque “no han hecho nada, NADA, no han propuesto NADA, y no pueden hacerlo, porque son grupos desunidos que no tienen plan. Lo único que hacen es lo que hizo lo que dio el golpe contra Chávez, en 24 privatizó, ese fue su plan. Entonces qué sentido tiene”.

También es claro en señalar que la América Latina de hoy no es la misma de hace veinte años atrás: “Ha avanzado mucho”.

“En Argentina, uno ve una tendencia a como vuelve la cosa; en Brasil, si no liquidan a Lula, vuelve… y, entonces, de pronto, si gana López Obrador en México, en dos años ha cambiado el 80 por ciento del rostro de América Latina”.

En Chile, en tanto, si las elecciones fueran hoy ganaría Sebastián Piñera, quien no está cerca de la línea de las izquierdas latinoamericanas, por el contrario, está del lado del mercado, no del pueblo.

Falta de una élite que pueda independizar al país. A veces una nación, por su formación o por otras causas, no logra crear una generación de liderazgo que tenga la capacidad de independizar al país. No es fácil. No es fácil porque todas las condiciones son adversas, porque la educación está en manos de un europeocentrismo muy fuerte y no hay ni teorías que critiquen la situación, porque no se las deja surgir.

“¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos!”

La frase, un adagio, sirve para retratar el pensamiento del filósofo sobre la creciente violencia en el país del que hoy es ciudadano. En diversas entrevistas ha señalado que toda la América Latina que está lejos de Estados Unidos, corre mejor suerte que quien lo tiene de vecino. Para él, México está en una competencia imposible con el país de Donald Trump, donde el Tratado de Libre Comercio, los préstamos y la banca, tienen a la población sumida en una pobreza sin precedente. Adelante, todo negro, porque están dirigidos por una clase política inescrupulosa y corrupta.

“En México hay una corrupción brutal y el primer corrupto es el presidente. Estados Unidos no dice nada y CNN habla muy bien del señor Peña”.

¿Cuán culpa de Estados Unidos es la situación de México?

En México se está jugando una cosa muy profunda. Ya le han robado tres grandes elecciones a López Obrador y nadie ha dicho nada. La primera fue en 1988; luego con Felipe Calderón cuando el gobierno del PRI se quitó sus propios votos para dárselas a él, que siguió en la misma línea política. Ahora, un fraude en el Estado de México, donde uno veía cómo compraban votos por 200 dólares. Hay miles de pruebas.

De todo eso, no se dice nada.

Con Calderón subió la línea de la pobreza de 50 a 55 por ciento. El 55 por ciento de la población está debajo de la línea de la pobreza. En Bolivia, estaba al 30 por ciento y ahora al 19 por ciento. Evo Morales ha hecho un avance de un siglo, México va para abajo.

Pero cuál es el mercado de la droga, Estados Unidos. ¿Y quiénes consumen más droga? los blancos fracasados, desplazados del mercado, la antigua clase obrera. Ellos son los que han votado por Trump. Ellos son los raros, porque son desplazados. Entonces, hay como cincuenta millones de drogados en Estados Unidos porque es un país fracasado, necesita de la droga.

¿Quién se la produce? México.

Estar produciendo para ese mercado infinito no se va a terminar hasta que Estados Unidos deje de consumir, y dejará de consumir cuando su pueblo deje de sentir la frustración que tiene. Es un pueblo fracasado, en buena parte.

Tienen dos negocios: limpian todo el capital de la droga en los bancos, y luego hacen negocio con la venta de armas. Se los han dicho algunos respetables en México, pero a Peña y al PRI no les puedes decir nada, porque viven de ellos. Es corrupto con ellos. Hay gobernadores que se han robado millones de millones de dólares, pero lo están declarando inocente. ¡y Estados Unidos? No dice nada.

En Venezuela no ha pasado ni el 1 %

¿Cómo se hace el camino inverso en México, teniendo a Estados Unidos al lado?

Si lo logra hacer López Obrador, es un mago. Debe limitar mucho su discurso y su proyecto. Debe decir: “yo no soy peligroso para el imperio, yo quiero alimentar al pueblo, levantarle el nivel y evitar que se vaya”, pero trabajando muy firme en la droga y las armas, con colaboración del pueblo.

La policía va a tener que empezar a tener que tener participación popular, eso hoy no lo quieren, porque los quieren tener dominaditos.

Surgieron en las comunidades indígenas, policías populares, en Guerrero, y se acabó la droga y la corrupción en el pueblo expulsando a los narcotraficantes, pero ¿qué hicieron? los tomaron presos.

Esa es la policía que puede salvar al pueblo. Pero el gobierno, el ejército, la marina, ¿qué hacen? los meten presos. ¡La soberanía del Estado! Entonces, yo escribo un artículo en un diario ¿quién es soberano?, ¿el Estado o el pueblo?

Ellos son indígenas que están antes que el Estado mexicano, como los mapuche. Qué viene a decir el Estado que no son soberanos ¡es la soberanía misma! Su policía comunitaria es más importante que el Ejército. Tenemos que apoyar a esa policía y así se acaba la droga, porque ellos dominan el terreno, no se les escapa ni una cucaracha.

Sembraron una semilla de tormenta y hoy cosechan un huracán…

¿Qué pasa con los atentados en Europa?, ¿Cómo se pueden interpretar?

Está claro. De dónde vienen los sirios, ¿qué pasó en Siria? La destruyó Estados Unidos ¿por qué? porque dice que el presidente no es democrático. ¿Qué te da derecho a ti a decir si es democrático o no?

Estados Unidos destruyó Siria. Tiene seis millones de migrantes, llegan a Europa, los europeos dicen “no los quiero”, pero ¿quién los produjo? Estados Unidos. Nadie lo dice.

No hay una televisión alemana que ligue los inmigrantes con el error norteamericano. Lo dijimos mil veces, yo escribí artículos: “No se metan en Siria, ni en Irak” No hay selvas, son desiertos, ve toda la gente. No se pueden esconder. Se esconden en las ciudades y con la gente. Han fracasado, han sido vencidos, pero siguen matando.

Todos esos inmigrantes son la destrucción de medio oriente. ¡|Una cultura milenaria! es el origen de la humanidad. 7 mil años antes de cristo hecho polvo ¿quiénes lo han hecho? Los bárbaros del siglo XX. Gente ignorante, que no sabe historia, que tiene una prepotencia racial. Se llaman los ingenuos norteamericanos, y todo por el petróleo.

¿Tienen derecho a manifestar su rabia a través de los atentados?

Esos migrantes son sobrevivientes. Habría que preguntarse ¿tienen derecho a morir?, ¿o a vivir? Ellos dicen “luchamos para vivir”. Lo simple es que van llegando (a Europa) y están muertos de hambre, no tienen nada que ver con los terroristas.

¿Quién formó a los terroristas? Surgieron en Afganistán. Cuando la Unión Soviética ocupó Afganistán, Estados Unidos los quería expulsar. ¿En quién se apoyaron? en los fedayines, que eran hombres del desierto, creyentes musulmanes, pero no sabían qué era un revolver.

Les pasaron armas, los instruyeron, los hicieron un ejército guerrillero. Les enseñaron la estrategia de las armas, que unida a su ideología mahometana, que no es violenta, es tolerante y pacífica, pero los enardecieron e hicieron polvo a la Unión Soviética. Después, ya entrenados, se volvieron contra Estados Unidos.

A Al qaeda, los formó la CIA. Vieron que podían usar armas, que eran eficaces, y luchaban ahora contra la modernidad, para volver a recuperar el prestigio y la virtud árabe, las costumbres del desierto. Son fanáticos formados por la CIA porque el terrorismo no es propio del mundo árabe. Entonces, junto a los inmigrantes, pobres víctimas, vienen estos otros que tienen una rabia infinita ¿por qué? mira todo lo que les han hecho.

Un joven, por ejemplo, que vio como mataban a su papá, como torturaban a su mamá y todo, acumula un odio infinito. No por el Corán, por lo que le han hecho.

Y si llega a Europa, agarra un auto y mata a otro, más cuando han mistificado la muerte por Mahoma. No le preocupa, porque es un mártir que va a resucitar. Todo eso lo ha construido occidente, puso la semilla de una tormentita y está cosechando un huracán. El estúpido de Busch dijo “vamos a luchar contra el terrorismo” y había cincuenta terroristas, ahora hay millones. Son pueblos enteros los terroristas ¿por qué? porque están muriendo y, antes de morir así, dicen “doy mi vida y al menos mato a alguno de los contrarios”

La culpa es de los estadounidenses que no conocen ni la historia.

¿Qué hicieron con Irak?, ¿lo destruyeron o democratizaron?

Son muy hipócritas y, en Chile, El Mercurio aplaude.

Tomado de: http://www.albatv.org/Enrique-Dussel-Estados-Unidos-es.html

Enrique Dussel

El muro, signo de la impotencia de Trump: Enrique Dussel

Democracia y participación

Estanislao Zuleta

Para que se pueda hablar de la existencia de una democracia hay un mínimo de condiciones que se deben cumplir, pero sobre todo las que se pueden abarcar en el concepto de los “derechos humanos”. Sin embargo la existencia de unos derechos no es más que un mínimo, porque de nada sirven los derechos, como decía Marx, si no tenemos posibilidades: ¿de qué sirve que una persona tenga derecho a elegir y a ser elegido, si ni siquiera sabe leer? La sola existencia de los derechos es una condición muy restringida de la democracia. Los derechos son importantes, pero la democracia consiste en algo más, que tiene que ver con las posibilidades efectivas de realización de esos derechos. El derecho fundamental es el derecho a diferir, a ser diferente. Cuando uno no tiene más que el derecho a ser igual, eso todavía no es un derecho.

Generalmente se dice que democracia es libertad. Es una vieja idea, que no es incorrecta desde luego, pero la libertad hay que entenderla en el orden de la posibilidad. Las libertades no existen porque están escritas en alguna parte. No asumamos nunca una definición negativa de la libertad: libertad es todo aquello que la ley no prohibe. Asumamos una definición positiva. La libertad es aquello que la vida nos permite hacer. La ley no le prohibe a nadie entrar a la universidad, pero sí se lo prohibe la vida, la economía, los hechos, y entonces muchas personas no tienen libertad de educarse. ¿Qué libertad tiene el campesino que perdió su parcela en una mala cosecha y le toca salir a buscar una ciudad dónde vivir de tuguriano? Ni la policía ni el gobierno se lo prohiben, pues él tiene la libertad de ser tuguriano; pero no tiene otra. No es suficiente con decretar la democracia. Es importante definirla también en términos de la igualdad de posibilidades.

A los individuos no se les puede juzgar por lo que dicen de sí mismos sino por lo que hacen. A los pueblos no se les puede juzgar por lo que declaran en la carta constitucional sino por las relaciones sociales, por la manera como vive la gente. Una sociedad tiene valor de acuerdo con las relaciones que tienen los hombres unos con otros, y no tanto por lo que diga un decreto, así sea la Constitución. Nosotros tenemos una democracia muy restringida en el sentido económico y debemos decirlo claramente. En nuestras ciudades, por ejemplo, hay una gran cantidad de tierra urbana acumulada por unas pocas familias en espera de valorización, mientras el pueblo no tiene dónde vivir y se instala en invasiones sobre lagunas y laderas. Esto es lo menos democrático del mundo. La igualdad debe ser una búsqueda tanto económica como cultural.

Es casi una burla para una población decir que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, si no lo son ante la vida. Anatole France decía en el siglo XIX que estaba “prohibido a ricos y pobres dormir bajo los puentes”; desde luego, la prohibición sólo cobijaba a los pobres porque los ricos no tenían necesidad de llegar a esa situación extrema. Si no hay igualdad la ley se convierte en una burla. La igualdad ante la vida es algo que es necesario conquistar; es una tarea y una búsqueda que no se puede resolver por un decreto. La democracia no se decreta, se logra. Si un pueblo no la conquista por su propia lucha y por su propia actividad, no le va a llegar desde arriba. No hay reformas agrarias que no provengan de una búsqueda de los campesinos, de una organización campesina, de una lucha campesina. La apertura democrática es la búsqueda de una democracia que no sea una burla para la población. Para ello se necesita una actividad a la que podemos llamar participación. Se habla mucho de la necesidad de ofrecer más educación a través, por ejemplo, de implementar programas de educación a distancia; pero no se trata solamente de eso. Hay que impulsar la lucha por la reconquista de algo que se perdió hace mucho tiempo, probablemente desde la Edad Media: el pueblo dejó de crear cultura. Nosotros ya no tenemos un folclor como lo hubo en la Edad Media.

En aquella época el pueblo creaba verdaderas maravillas culturales, como el cancionero español, los cuentos de hadas, las catedrales góticas. El pueblo era un verdadero creador de cultura. Para que el pueblo pueda ser creador de la cultura es necesario que tenga una vida en común. Cuando se dispersa, se atomiza, cuando cada uno vive su miseria en su propio rincón, sin colaboración, sin una empresa y un trabajo comunes, entonces pierde la posibilidad de crear cultura. Ahora la recibe por medio del transistor; de la televisión o de cualquier otro medio, pero como consumidor; no como creador. Para la creación de una definición moderna de la democracia es necesario que el pueblo vuelva a crear cultura, porque no es suficiente con que la reciba. Tenemos que plantearnos metas altas y una meta muy importante es la de un pueblo creador. La capacidad de creación de un pueblo no se mide por las estadísticas. Las estadísticas nos informan de los porcentajes de la población que sabe leer y escribir o que ha terminado la escuela primaria o el bachillerato. Pero eso no es todavía una cultura. La cultura hay que hacerla. Las estadísticas nos engañan.

Es mucho más culto un campesino analfabeto que sabe narrar, contar una cacería, hacer una canoa o una casa de habitación con un estilo propio, que uno de esos bachilleres que estamos fabricando, pero que aparecen en las estadísticas como bachilleres. De la misma manera es más culto un pueblo que produce algo, que tiene un estilo y una manera de vivir propia; pero para lograrlo tiene que organizarse. Un pueblo disperso, cada cual – como he dicho- refugiado en el rincón de su pequeña miseria, sin más relaciones que las que se desprenden de los linderos o de los celos, es un pueblo que no produce nada. Es necesario que el pueblo se organice en comunidades de vecinos de barrios, de campesinos, en comunidades de cualquier tipo, porque mientras está disperso está perdido; no so- lamente porque hay mucha miseria —eso también es muy grave- — sino porque no tiene cultura y creatividad propias. Y esta organización es esencial porque es la manera que tiene el pueblo de producir su propia cultura, no sólo de recibirla.

Que la gente pueda opinar no es suficiente, es necesario que pueda actuar en aquello que le interesa en su comunidad, en su barrio, en su municipio. Pero para poder actuar tiene que tener bases, instrumentos culturales y materiales. La apertura democrática implica la creación de un mundo de instrumentos colectivos. A esto se le puede llamar participación. Cuando un pueblo actúa, alcanza mayores éxitos que cualquier programador o racionalizador. El pueblo puede hallar soluciones a sus propias necesidades en los niveles más elementales de la vida cotidiana. El pueblo va encontrando sus propias necesidades y la forma de resolverlas. No debe esperar que todo le llegue desde arriba; pero sí se requiere de un gobierno que por lo menos permita que el pueblo se organice y promueva instrumentos colectivos.

Todo eso es lo que ahora nosotros podemos definir como una democracia. Una democracia debe buscar la participación del pueblo, no sólo en el gobierno, sino sobre todo en la transformación de su propia vida. Marx decía que en el proceso de desarrollo capitalista el trabajador había perdido la inteligencia del proceso productivo; el hombre que trabaja, que vende una fuerza de trabajo durante ocho horas diarias por un salario, ni siquiera sabe lo que está haciendo, para qué se hace ni por qué se hace. En otros términos, no sólo no dirige el proceso sino que ni siquiera lo entiende. Hubo una época en que el artesano estaba muy cerca del arte hasta el punto de que no había posibilidad de diferenciarlos bien.

A ese período artesanal ya no podemos volver. El pueblo ya no puede apropiarse de la inteligencia del proceso productivo de manera individual sino por medio de la colaboración de la comunidad. Una apertura democrática es una búsqueda de una nueva comunidad, de un pueblo que exija, que piense, que reclame, que produzca. Nosotros no podemos evitar reconocer y asumir los conflictos. Sólo se puede ser demócrata si estamos del lado de los que tienen más necesidades y menos posibilidades concretas. La lucha por una apertura democrática no puede existir sin participación popular. En los barrios la gente tiene que aprender a hacer sus casas y sus cooperativas, a construir su organización para dirigirse por sí misma. Es allí donde se amplía la democracia; si no lo hacemos allí, no lo hacemos en ninguna parte.