Archivo mensual: abril 2018

Invitación para el 1 de mayo


En Medellín:

SALIDA:                 Parque de los Deseos

HORA:                    8:30 a. m.

RECORRIDO:       Carrera Carabobo-Calle La Paz-

Avenida Oriental-San Juan.

CONCENTRACION: Calle San Juan con Pasaje Carabobo.

  • Por:

  • En defensa de:

  • En rechazo a:

  • Exigimos:

Formalización laboral: concertación y expedición del estatuto general del trabajo.

Reparación colectiva de los derechos integrales de las víctimas.

Financiación adecuada de la educación desde preescolar a universitaria.

El patrimonio público y la producción nacional.

Los derechos de la población en materia ambiental, salud, educación y servicios públicos domiciliarios.

La soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos.

La corrupción.

La política económica y social del gobierno de Juan Manuel Santos.

Los tratados de libre comercio y el modelo económico neoliberal.

Cumplimiento de acuerdos pactados por el gobierno nacional con campesinos, pequeños mineros, magisterio y madres comunitarias.

Negociación efectiva con trabajadores del sector estatal.

Central Unitaria de Trabajadores de Colombia
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ACERCA DE LOS GRANDES HOMBRES DEL EXILIO DE MARX, ENGELS Y DRONKE

POR: LAURA SOTELO*

laurasotelo@yahoo.com.ar

RESUMEN

En la presentación que hacemos, ponemos a discusión la importancia de la literatura en la obra de Marx, al punto de cuestionar si es posible, a la vista de esta importancia, hablar de un «método» en Marx. El artículo desarrolla el tópico de la literatura de la época en la que Marx escribe y a la cual hace referencia en el libro Los grandes hombres del exilio (la «literatura de la sensibilidad»), tratando de poner de relieve su relación con la historia. También la discusión del género al que pertenece el libro tiene importancia: se trata de una «farsa», que deja muy en claro qué significa que «la historia se repite dos veces», la “segunda vez como farsa». Por último, el artículo discute la pertenencia de Marx a la bohemia de exiliados en Londres sobre la que el libro versa.

De todos los malentendidos sobre la obra de Marx y Engels, tal vez la falacia de mayor alcance haya sido que el marxismo constituye un sistema, una suerte de teoría auto-inteligible que permitiría comprenderse a sí misma y al mundo, gracias a la cohesividad de sus principios internos. La fe doctrinaria ha acompañado las más de las veces, durante el siglo XX, la voluntad de traducir, a la lengua abreviada de la “última instancia” económica, un pensamiento reñido con leyes ultimatistas, in- dependientes todo contexto. Con la caída de la Unión Soviética y los países de su órbita, con la crisis de sus garantes soberanos –la “personalidad” del jefe, el partido único– la debacle del DIAMAT y la ciencia proletaria, se ha abierto la posibilidad de un acceso más desprejuiciado pero más atento a los textos de Marx y Engels, y con ello, nuevas chances de lecturas y recreaciones libres de tutelas exegéticas.

Marcello Musto ha llamado la atención sobre el carácter inconcluso de la obra fundamental de Marx, El Capital1: la diseminación desordenada e inacabada en que encontraban no sólo esa, sino casi todos los manuscritos inéditos de Marx a su muerte, constituían un rompecabezas difícil de componer en una sola imagen, un rompecabezas cuyas piezas no encajaban muy fácilmente en un todo sólido e inmóvil. En contraste con célebres intentos de esforzada interpretación canónica, que presuponían un corpus sin lagunas y completo, lo que Marx dejó en manos de Engels fue una multiplicidad de escritos, en partes legibles, en parte ilegibles, cartas, proyectos y cuadernos de estudio, que constituyeron luego el legado (Nachlaß) problemático de su obra. La socialdemocracia alemana casi no editó estos textos y el estalinismo los canonizó en las ediciones oficiales del PCUS, cuyos protocolos interpretativos suministraban los manuales infalibles de la Academia de Ciencias de la URSS.

Puede augurarse que lectura de Los grandes hombres del exilio tendrá, para el lector escrupuloso, un efecto dispersivo sobre restos esquemáticos del “materialismo his- tórico” y el “materialismo dialéctico”, al provocar la mera curiosidad metódica:

¿Cómo encajar una obra irreverente como ésta, mezcla de historia, literatura, hu- mor y detracción descarada, dentro del marco de un sistema racional de leyes de la historia y del pensamiento? El encastre de Los grandes hombres del exilio dentro de un materialismo doctrinario ralentizante, siempre igual a sí mismo, es una tarea baldía y de aliento estrecho; por el contrario, lo que el texto permite calibrar es la cuali- dad fuera de serie de la concepción revolucionaria marxista de 1848, frente al esquematismo de cualquier sistema. La hipótesis del “sistema Marx-Engels” sale va- puleada de la lectura de este texto, por la fuerza de una ironía historiográfica que apela, como recurso figurativo, al escarnio de las biografías. El contenido se des- pliega en la forma de una comedia de la heroicidad burguesa, de una Batriacomiomaquia de “grandes hombres” que disputan batallas ya perdidas en Francia, Alema- nia, Austria, Polonia e Italia. No sólo las constantes apelaciones a la literatura, o el efecto de dramaticidad teatral con que aparecen los personajes históricos resulta transgresivo al “canon” del materialismo vulgar: la mera transposición narrativa de sucesos de las revoluciones de 1848 en una clave literaria, escandaliza la sobriedad conspicua del Diamat y disuelve el duro registro del materialismo vulgar en aguas revoltosas y burlescas.

Cuando se cavila un poco sobre Los grandes hombres…, se entiende que no fuera de las preferencias de los funcionarios socialdemócratas de fines del siglo XIX, y que cayera apenas en gracia a los posteriores dirigentes de disciplina moscovita. El hecho de que líderes democráticos radicales como Kinkel y aún los más rojos, como Willich2 fueran retratados como ególatras culturalmente conservadores, con- vencidos de su papel histórico supremo, debe haber sacudido con horror el con- formismo intelectual socialdemócrata, y resultar también lesivo al autoritarismo soviético.

La forma paródica escogida por los comunistas, para presentar a los revolucio- narios democráticos del 48, no es independiente del contenido de los sucesos his- tóricos que caracterizan el momento en que “Los grandes hombres del exilio” fue concebido: tras el golpe de estado de Luis Bonaparte el 2 de diciembre de 1851, terminaba en Europa el período revolucionario abierto en febrero de 1848 y en to- das partes la fuerza de la reacción se afianzaba con renovado vigor. Si antes del gol- pe del Luis Bonaparte podía quedar alguna expectativa de reedición del movimien- to revolucionario, la dictadura bonapartista disipó toda ingenuidad o confusión al respecto.

El opúsculo fue redactado en 1852, poco tiempo después de haber comenzado el largo exilio inglés del que Marx nunca regresaría, precisamente cuando los últi- mos fogonazos de la revolución europea se extinguían para las próximas dos déca- das y era ya posible extraer lecciones escarmentadas sobre las formas y perspectivas de los alzamientos revolucionarios del siglo XIX y XX. El análisis detenido de las causas de la derrota, la precisión estratégica de la orientación a largo plazo de los comunistas, la inmediata separación tajante de todo aventurerismo subjetivista, la comprensión de las condiciones y límites de la revolución proletaria del siglo XIX, fueron móviles principales en los textos de Marx y Engels durante este período.

En la edición de las MEW de 1960 3, Marx y Engels son referidos como únicos autores de la obra; la edición de las MEGA de 19854 hace constar la colaboración de Ernst Dronke.5

El manuscrito no tocó la imprenta en vida de ellos y la autoría no fue certifica- da con derechos por nadie; no obstante, el contexto de su documentación, discu- sión y escritura parece haber incluido aportes y colaboraciones menos célebres: Jenny Marx y varios miembros de la Liga de los Comunistas fueron activos partíci- pes en la recolección del material documental de periódicos, circulares y noticias que fuera utilizado como fuente; y serían Ernst Dronke y Friedrich Engels sus auto- res principales. El hecho de que haya sido producto de un trabajo colectivo en el que Marx no jugó un papel principal6, revela hasta qué punto la cosmovisión de Marx, Engels, Jenny, Dronke, Moll y otros miembros de la Liga Comunista, se for- jó en la producción de escritos e ideas colectivas.

Las vicisitudes editoriales que hubo de sortear la obra incluyeron intriga policial y espionaje, más adelante ocultamiento y censura, tras eso, edición canónica; final- mente, luego de la primera edición alemana de 1960, el segundo proyecto de las MEGA provee un detallado aparato crítico que remedia, en parte, la omisión secu- lar de esta obra.

Marx se refiere a “Los grandes hombres del exilio” en una breve noticia escrita para Belletristisches Journal und New-Yorker Criminal-Zeitung del 5 de Mayo de 18537, en la cual relata la celada que le tendió un espía húngaro, Banya, para robarle una copia del texto, a cambio de £ 27 que le pagó a Marx como adelanto de su edición en Berlín. Banya le dijo a Marx que conocía a un tal Eisermann que estaba intere- sado en publicar la obra, y se ofreció como mediador del proyecto, tras lo cual se esfumó sin dejar rastros. Marx no lamentaba, en la nota donde cuenta esta his- toria, el hecho de que Los grandes hombres del exilio haya terminado en manos de la policía prusiana, porque allí no había nada valioso para ella. Lo que más lamen- taba era no haber podido contribuir con un texto de combate, a la crítica de los hé- roes de la derrota del 48, en el momento en que posaban, ante la opinión pública, como profetas llamados a dividir el Mar Rojo. La ruptura de los comunistas con los republicano-liberales y democrático-radicales es aquí completa, y aunque su tono es lúdico y burlesco, los motivos políticos de la ruptura deben buscarse en textos previos, en especial en el Mensaje a la Liga de los Comunistas de 1850.

Se entiende que Los grandes hombres del exilio fuera un libelo bien molesto para la socialdemocracia y que el único original manuscrito que quedó en manos de Engels, cuando cayó en las de Bernstein, no encontrara allí a las de su editor. Muy por el contrario, Bernstein censuró todos los lugares de la correspondencia de Marx en las que se hacía alusión a la obra8, cuya lectura debía serle poco menos que insufrible. La furia satírica con que se condena aquí a los líderes de la social- democracia francesa, como Ledru Rollin y la Montaña de 1848, pero sobre todo, la despiadada ridiculización de los líderes de la democracia alemana, era capaz de esparcir cierto halo apócrifo sobre los dirigentes socialdemócratas de comienzos del siglo XX. Así que sólo llegó a la imprenta en 1930, en una edición rusa, justo en el momento en que se consolidaba la doctrina oficial de la burocracia soviética; su tardía primera edición alemana, asimismo obra del Comité Central del PCUS, tampoco la sacó a la luz de la atención general, de modo que ha quedado, salvo escasas excepciones9, a la zaga de la recepción de los marxistas y del amplio público de lectores de Marx.

2 HÉROES DE LA LITERATURA, FARSANTES DE LA HISTORIA

Marx ya había apelado a las armas de la literatura para criticar la invocación, por parte de las nuevas generaciones, a un pasado histórico legitimante: la historia sucede “una vez como tragedia, la otra como farsa”.

“En sus primeros cuatro años en Londres (…) Marx había encontrado la terminología de la crítica teatral y literaria más adecuada que nunca para la discusión de las condiciones políticas; parodia era ahora el concepto clave, y la parodia (especialmente del Renacimiento, la épica) había proporcionado el leitmotiv y el sustento estructural de sus panfletos polémicos. La vida misma es lo que pare- cía, a veces, haber adoptado el disfraz de la mala literatura. Marx había pensado mostrar, con mayor detalle que nunca antes, cómo escritores de todos campos y países –desde Lamartine y Carlyle a Gottfried Kinkel– podían ser vistos como ‘ideológicamente representativos’ de intereses económicos y sociales, así como de la forma en la que sus obras literarias alentaban fantasías propias de su clase y de su tiempo, y de la forma en que nublaban o revelaban las realidades políticas”10.

Con su amplio y bien documentado trabajo, Prawer demuestra que el acceso al conocimiento de una época a través de la literatura, era más que una vía abierta en la escritura de Marx, que, en todo caso, ésta formaba parte del arsenal de recursos analíticos que conjugaba su exposición de los procesos políticos y que, aún en los tratamientos de la filosofía y la economía política, más lógicos que narrativos, girones de la literatura europea, de Shakespeare a Cervantes, de Ariosto a Goethe, pres- taban sentido a su imaginación histórica11. La mirada crítica de Marx aspiraba al cosmopolitismo teórico de la crítica social, al tiempo que saludaba en la internacionalización de las relaciones burguesas, la formación de una literatura internacional, que posibilitaba superar el aislamiento nacional-cultural. “Las producciones intelectuales de una nación advienen propiedad común en todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan de día en día más imposibles; de todas las literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal”12.

¿Se puede reducir la pasión de Marx por la literatura mundial, a un mero re- curso retórico con fines didácticos, o bien, disminuir su eficacia frente los dos materialismos, uno histórico, el otro dialéctico? Es un hecho que gran parte del marxismo oficial ha reducido la literatura al cometido de reflejar, didácticamente, la estructura material, subordinando el problema de las formas y géneros a los por- menores de una superestructura ideológica que debía transparentar el proceso de construcción del socialismo. En el realismo socialista, piénsese por ejemplo en La madre de Gorki, la instancia formativa del personaje principal alecciona al lector en su propia iniciación comunista, mientras ficcionalmente se elabora el drama típico del realismo soviético. En el peculiar acceso a la literatura por parte de Marx, nada se asemeja a esto: en todo caso sus metáforas literarias adquieren una dimensión históricamente constitutiva, ausente en los deslindes tajantes de “base” y “superestructura”.

En los escritos de Marx, tragedia y farsa aparecen como formas históricas objeti- vas, como fases primordiales del proceso de la revolución burguesa; sus personajes actúan papeles salidos de épocas y escritos del pasado, y son a medias conscientes de que interpretan una segunda versión modificada o espuria.

La forma en que Marx cita la literatura produce el efecto inverso de la versión realista: no es la escritura la que imita a la historia, es la historia la que la imita la escritura. A pesar de la gran admiración que Marx tenía por Aristóteles, no concibe en forma similar los vínculos que enlazan historia y literatura: para Aristóteles la diferencia entre el historiador y el literato, consiste en que el primero relata “lo que ha sucedido”13 efectivamente, mientras el escritor desfigura los sucesos, narrán- dolos tal como podrían o deberían haber sido, según un tipo o carácter universal. El realismo socialista es, en el fondo, más aristotélico que marxista.

En la concepción de Marx, personajes y episodios literarios se escapan de las pá- ginas leídas y releídas de la tradición, para volver a la vida como figuras colectiva- mente reconocibles, como resurrecciones históricas de los muertos que enmascaran los intereses de las luchas actuales. Así sucede cuando el revolucionario de la campaña de Baden, Karl Heinzen, se obstina en una sobreactuada posición marcial en tiempos de paz: Heinzen se transforma en Rodomonte-Heizen, a medias personaje histórico, a medias héroe de la épica italiana del siglo XV. La predilección de August Willich por las andanzas guerrilleras aisladas del movimiento revolucionario real, trasmutan su papel histórico en la encarnación yuxtapuesta de Quijote y Sancho Panza. Ocurre con la literatura lo mismo que con los episodios de la histo- ria transcurrida. Un personaje histórico que ha cautivado la imaginación colectiva en períodos previos, puede ser recuperado en un nuevo proceso histórico para cumplir funcionalidades de sentidos ambiguos. Que Luis Blanc ocupara el lugar de Robespierre, según plantea Marx en el Dieciocho Brumario, que usara sus frases, sus modas, sus gestos, aparece como signo de un retraso o de una falta de correspon- dencia entre el contenido de las luchas y sus formas de expresión: la máscara jaco- bina oculta la faz germinal de la revolución proletaria, que no había conquistado, hasta 1848, ninguna tradición independiente.

Es en los períodos revolucionarios cuando, dice Marx, se pone de golpe ante la sociedad burguesa, el espectáculo de sus luchas con la patencia y visibilidad de esce- nas teatrales, hasta que finalmente la contemplación deja lugar a la acción, y la fusión entre escena e historia se consuma al calor de un proceso vivo.

“Con la proclamación de la República sobre la base del sufragio universal, se había cancelado hasta el recuerdo de los fines y móviles limitados que habían empujado a la burguesía a la Revolución de Febrero. En vez de unas cuantas fracciones de la burguesía, todas las clases de la sociedad francesa se vieron de pron- to lanzadas al ruedo del poder político, obligadas a abandonar los palcos, el patio de butacas y la galería y a actuar personalmente en la escena revolucionaria.”

En el 18 Brumario, los géneros literarios sirven para reseñar la compulsión de las revoluciones burguesas a repetir la herencia de sus fases previas –Luis Blanc por Robespierre, la Montaña de 1791 por la de 1848–. Pero que esa repetición se re- suelva en forma trágica o en forma paródica, depende las formas en que los seres humanos hagan efectivamente la historia, no de la capacidad ficcional del literato o del historiador.

A diferencia de Hayden White14, tragedia y farsa no son, para Marx, géneros aplicables, según plasticidad arbitraria, a diferentes procesos de la vida social. Son géneros históricamente objetivos, que guardan afinidades concretas con sus formas de expresión narrativa. La apuesta literaria que representa Los grandes hombres del exilio aporta indicios de que la imaginación histórica de Marx no se limitaba a una versión de la cultura como deducción directa de la base económica, es decir, como si se tratara un espíritu flotante sobre una materialidad primera más exhaustiva. Ni hay en Marx una idea de cultura como “secreción” de las relaciones materiales, es decir, como si la cultura fuera un producto funcional, meramente pasivo de la vida social; pero tampoco Marx concibe construcciones discursivas puras, sin relaciones vinculares con clases e intereses históricos. Entre historia y cultura hay, para Marx, relaciones dialécticas. En los albores de la revolución burguesa, la cita a los per- sonajes arcaicos de la República Romana no ha cumplido un papel regresivo:

“Si examinamos esas conjuraciones de los muertos en la historia universal, ob- servaremos en seguida una diferencia que salta a la vista. Camille Desmoulins, Dantón, Robespierre, SaintJust, Napoleón, los héroes, lo mismo que los parti- dos y la masa de la antigua revolución francesa, cumplieron, bajo el ropaje ro- mano y con frases romanas, la misión de su tiempo: librar de las cadenas e ins- taurar la sociedad burguesa moderna”15.

Cada fase histórica promueve su propia imaginación literaria, sus actores, sím- bolos y decorados, su horizonte de expectativas y sus límites prácticos. Una vez que la revolución de 1789 hubo consumado la conquista de su territorio histórico, desaparecieron los personajes romanos que “nublaron su cuna”. En la reedición revolucionaria de 1848, el plagio de escenas y personajes que eran ya apócrifos en la gran revolución burguesa, sólo servía al conformismo con los intereses de la cla- se propietaria y a la concomitante degradación farsesca de la práctica política.

“Todo un pueblo que creía haberse dado un impulso acelerado por medio de una revolución, se encuentra de pronto retrotraído a una época fenecida, y para que no pueda haber engaño sobre la recaída, hacen aparecer las viejas fechas, el viejo calendario, los viejos nombres, los viejos edictos (entregados ya, desde hace largo tiempo, a la erudición de los anticuarios) y los viejos esbirros, que parecían haberse podrido desde hace mucho tiempo”16.

Del mismo modo que, en la sociedad capitalista, el trabajo muerto, como capi- tal constante acumulado, impera sobre el trabajo vivo, en la revolución burguesa “la tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos”. La concepción de una «cultura revolucionaria», en la medida en que germinalmente existe esa noción en Marx, señala no el salto hacia el pasado, como imaginaba Benjamin, sino el impulso hacia un porvenir sin precedentes. La radicalidad de la revolución proletaria obtiene impulsos inventivos de imágenes de emancipación que sobrepasan los límites de la revolución anterior, metaforizadas en la idea de una “poesía del porvenir”; así, la revolución del porvenir debe probar su novedad histórica con un salto ejemplar, tal como el fanfarrón egipcio debía probar, saltando en Egipto, su mentada eficacia para dar saltos en Rodas17: hic Ro- das, hic salta! es un invitación al abandono de guiones instituidos.

Los grandes hombres del exilio, si cabe la rúbrica, es una parodia sobre la tradición cultural que “las generaciones muertas” arrojaron a la espalda de la revolución de 1848, una risotada burlona que rasga los límites de la imaginación burguesa, por la vía negativa del sarcasmo.

Desde el punto de vista de la historia intelectual de Marx, el plan de trabajo que proseguirá en Los grandes hombres del exilio, no tiene su primer antecedente en El die- ciocho Brumario, sino en un texto juvenil, La crítica de la filosofía del derecho de Hegel:

“La última fase de una forma histórico-universal es su comedia. Los dioses de Grecia, ya un día trágicamente heridos en el Prometeo encadenado de Esquilo, hubieron de morir todavía, otra vez, cómicamente, en los coloquios de Luciano.

¿Por qué esta trayectoria histórica? Para que la humanidad pueda separarse ale- gremente de su pasado.”

Tal es la suerte sarcástica que la parodia comunista depara a las figuras anacrónicas de la revolución de 1789: la repetición cómica de escenas históricas ya vividas, en las que insiste Marx en tantas ocasiones, señala la existencia de un desfasaje histórico entre el contenido de la nueva revolución proletaria y sus formas tradicionales, aún burguesas, de expresión. La parodia es el género que mejor puede dar cuenta de un doble plano de sentidos superpuestos. Tal como han señalado Hutcheon, junto al plano ironizado de los sucesos primarios a los que refiere la pa- rodia, se encuentra el plano textual con que el procedimiento estético denuncia la flagrante alteración del contenido.

“Tanto la ironía como la parodia operan en dos niveles –uno primario, en su- perficie o en primer plano; y otro secundario, implicado, o en segundo plano. Pero el último, en ambos casos, obtiene su significado del contexto en el que se encuentra. El significado final de la ironía o de la parodia reside en el recono- cimiento de la superposición de esos niveles. Es esta duplicidad tanto de la forma como del efecto pragmático o ethos, lo que hace que la parodia sea un im- portante modo de auto-reflexividad moderna”.18

La autoreflexión de las revoluciones modernas se abre, en Los grandes hombres de exilio, en dos planos de sentido que remedan las fases tragicómicas de la revolución burguesa: el paso de la tragedia a la comedia sigue deformaciones del contenido real, transiciones clasistas, dialécticas acontecimentales, no el mero arbitrio del es- critor que presenta la historia según sus preferencias retóricas, al modo en que lo piensa Hayden White.

3 NOVELA SENTIMENTAL: PERFORMATIVIDAD Y DERROTA

En Los grandes hombres del exilio, Gottfried Kinkel revive periódicamente pasajes lite- rarios de Goethe, Novalis y Miller. La crítica de los comunistas muestra a Kinkel como prototipo cultural del conservadurismo político.

Las andanzas políticas de Kinkel comenzaron con rasgos de saga popular, tras ser herido y capturado en la campaña de Baden-Palatinado en el año 1849, donde peleaba junto con Engels19, al mando de August Willich. Tras su detención y enjuiciamiento, Kinkel se convirtió en héroe de la lucha democrática, aunque al estallar la Revolución de Febrero se había declarado partidario de la monarquía constitucional.

Un par de años antes de escribir Los grandes hombres del exilio, Marx y Engels habían denunciado ante la Liga de los Comunistas, el fraude de este escritor icónico del Spießbürger (pueblerino, provinciano, pequeñoburgués) alemán. “Sabemos de antemano que vamos a provocar la ira general de los estafadores sentimentales y parlanchines democráticos, denunciando ante nuestro partido el discurso de la “captura” de Kinkel. Ante éste somos completamente indiferentes. Nuestra tarea es la de la crítica despiadada y mucho más contra amigos ostensibles que contra ene- migos abiertos, y a los fines del mantenimiento de esta nuestra posición, con gusto renunciamos a la popularidad democrática barata. Nuestro ataque no hará, de ninguna manera, empeorar la posición del señor Kinkel; denunciamos la amnistía al confirmar su confesión de que él no es el hombre que sostienen las personas que alegan por él y declaramos que es digno, no sólo de ser amnistiado, sino inclu- so de entrar en funciones en el Estado prusiano. Además, el discurso ha sido pu- blicado. Denunciamos todo el documento ante nuestro partido, y sólo reproduci- mos los pasajes más llamativos aquí.

«Además, yo nunca estuve al mando, por lo que no soy responsable de las accio- nes de los demás tampoco. Por lo que deseo protegerme contra cualquier iden- tificación de mis acciones con la suciedad y la mugre que recientemente, lo sé, por desgracia, se ha prendido a esta revolución”.

Dado que el Sr. Kinkel se ha «unido a la compañía Besançon como privado», y puesto que aquí arroja sospechas sobretodos los comandantes, ¿no era su deber, en esta coyuntura, el eximir al menos a su superior inmediato, Willich?

“Nunca he servido en el ejército, y nunca he roto por lo tanto mi juramento a la ban- dera, ni utilizado en contra de mi patria ningún conocimiento militar que hubiera obte- nido en el servicio de mi patria.

No era esto una denuncia directa de los ex soldados prusianos capturados, de

Jansen y Bernigau, que fueron fusilados pronto después; ¿no era un respaldo completo de la sentencia de muerte contra Dortu, que ya había sido fusilado?

El señor Kinkel denuncia además a su propio partido ante la justicia militar, al hablar de los planes para la cesión de la orilla izquierda del Rin a Francia, y decla- rándose inocente en relación con este proyecto criminal. El señor Kinkel sabe muy bien que lo que hubo fueron sólo conversaciones sobre una unión de la provincia del Rin con Francia en el sentido de que, en la batalla decisiva entre la revolución y la contrarrevolución, la provincia renana debía indefectiblemente luchar del lado revolucionario, estuviera representada por franceses o chinos. Del mismo modo que omite poco una referencia a la benignidad de su carácter, a diferencia de los revolucionarios salvajes, lo que hizo posible para él tener una buena relación con Arndt y otros conservadores, como un ser humano, aunque no como un hombre de partido.

“¡Mi culpa es ‘eso’ que en el verano todavía quería lo mismo que todos quería- mos en marzo, hice lo que todo el pueblo alemán quería en marzo!

Aquí él declara ser nada más que un luchador por la Constitución Imperial, que nunca quiso nada más allá de la Constitución Imperial. Tomamos nota de esta declaración.

(…)

«¡Cuántas veces he oído decir que soy un ‘mal prusiano’; estas palabras me han herido! … ¡Pues bien! Mi partido ha perdido en el presente el juego en nuestra patria. Si la Corona de Prusia ahora persigue, al fin, una política audaz y fuerte, si Su Alteza Real nuestro Príncipe heredero, el príncipe de Prusia, tiene éxito en forjar la unidad de Alemania por la espada, pues esto no es de ninguna otra ma- nera posible, y si le confiere un lugar grande y respetable en relación con nues- tros vecinos, y garantiza la libertad interna real y duradera, aumentando el co- mercio y el intercambio de nuevo, compartiendo la carga militar, que ahora pe- sa demasiado sobre Prusia, igualitariamente con toda Alemania, y sobre todo, si proporciona pan para los pobres de mi nación, cuyo representante me siento, si su partido tiene éxito en esto, bueno, tendrá mi juramento! El honor y la gran- deza de mi patria son más claras para mí que mis ideales de estado, y yo sé cómo apreciar a los republicanos franceses de 1793 ‘(Fouché y Talleyrand?)’ quiénes después se inclinaron voluntariamente ante la grandeza de Napoleón por el bien de Francia; si ahora esto sucediera, y entonces mi pueblo una vez más me hiciera el honor de elegirme como su representante, yo sería ser el primer dipu- tado en llorar con un corazón alegre: ¡Viva el Imperio Alemán! ¡Viva el Imperio Hohenzollern! ¡Si uno es un mal prusiano con estas opiniones, bien! Entonces realmente no tengo ningún deseo de ser un buen prusiano.”

“¡Señores, piensen un poco en la esposa y el niño en el hogar cuando pronuncien la sentencia sobre el hombre que está delante de ustedes hoy, en tal desgracia profunda como consecuencia de las cambiantes mareas del destino huma- no!”

“El señor Kinkel hizo este discurso en un momento en que veintiséis de sus ca- maradas estaban siendo condenados a muerte y fusilados por los mismos tribu- nales militares, hombres que se enfrentaron a las balas de una manera muy dife- rente a aquella con que el señor Kinkel enfrentó a sus jueces. Cuando, por cier- to, se presenta como una persona bastante inofensiva, tiene toda la razón. Sólo se unió a su partido por un malentendido, y sería una pieza de crueldad bastan- te sin sentido, si el Gobierno prusiano quisiera mantenerlo en la cárcel por más tiempo”20.

Los grandes hombres del exilio realiza el juicio de Kinkel por segunda vez, por la vía de la literatura, que consiste, esencialmente, en una parodia comunista.

El procedimiento que desmonta fragmentos de su biografía para incinerarlos en la mofa de novelas de fines del S. XVIII, plantea vinculaciones extrañas entre historia y escritura. Kinkel representa el espíritu de la completa entrega vital a los deudos, la encarnación cansina de un pasado consagrado, incapaz de asumir la radicalidad de la revolución planteada. Pertenece a aquellos hombres que “en épocas de crisis, es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con ese disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal”21.

La profunda afinidad electiva entre historia y literatura es imposible de encajar aquí en esquemas binarios; la separación formal se supera. Al presentar a Heinrich von Ofterdingen, Werther y Siegwart, como fantasmas culturales que habitan en el pa- pel revolucionario de Kinkel, la fugacidad de la mofa consigue la crítica de la lite- ratura del pasado por medio de su encarnación histórica presente, y la crítica del presente por medio de la herencia literaria.

A pesar de la opinión de Löwy22, Marx tenía una aversión definida por el ro- manticismo, sobre todo por la exacerbación de la figura del genio poético, y en general por la postulación de cualquier tipo de subjetividad autónomamente for- mada. Sin dudas, Gottfried Kinkel era el mejor postulante alemán, durante la revolución de 1848, para proyectar la imagen arquetípica del genio poético, y es por lo tanto el blanco preferencial de la sátira.

Aunque la posteridad no ha contado a Gottfried Kinkel entre los escritores alemanes de importancia, fue el poeta y héroe del 48 alemán. Marx lo presenta como un “Siegwart” democrático, es decir, como una suerte de regresión acomoda- ticia a figuras de la “literatura de la sensibilidad” (Literatur der Empfindsamkeit) del siglo XVIII. En la presentación satírica, Kinkel se transforma en Siegwart, el prota- gonista de la novela lacrimógena de Miller23. La historia de Siegwart consumó el es- tilo de los textos de consuelo, que, si bien como género podrían remontarse a Séneca y aún a los griegos, a fines del siglo XVIII se destacó por un énfasis lúdico en el acercamiento a la experiencia del duelo24.

La “literatura de la sensibilidad” a la que pertenece la novela de Miller, hunde sus raíces en las experiencias religiosas de fines del siglo XVIII, sobre todo en el pietismo. Tras el barroco, el pietismo expresó en la literatura alemana los esfuerzos protestantes por una renovación e intensificación de la vida religiosa y por una concentración temática en la intimidad de la vida emocional. La novela sentímen- tal de Miller es indicativa del deleite de la clase media lectora de la época, por los sentimientos luctuosos y la escenificación moralizante de las experiencias dolorosas de la vida privada. Es instructiva la descripción que Heine hace de este clima cultu- ral de comienzos del S. XIX:

“Las condiciones políticas de Alemania eran todavía especialmente favorables para la orientación cristiana alemana a la antigua. La necesidad enseña a orar, dice el refrán, y nunca la necesidad en Alemania fue mayor; de ahí que el pue- blo nunca fuera más propenso a orar, a la religión y al cristianismo. Ningún pueblo abriga más devoción por sus príncipes que los alemanes y la imagen la- mentable de los príncipes vencidos, a quienes vieron arrastrase ante Napoleón, más que el penoso estado del país por la guerra y la dominación extranjera, era lo que afligía a los alemanes del modo más insoportable; todo el pueblo se ase- mejaba a aquellos sirvientes ancianos y fieles de las grandes casas, que sienten todas las humillaciones que deben soportar sus misericordiosos señores, todavía más profundamente que estos mismos, y derraman a escondidas sus más amar- gas lágrimas cuando hay que vender, por ejemplo, la señorial vajilla de plata, e incluso utilizan a escondidas sus pobres ahorros para que las burguesas velas de sebo no sean colocadas en la mesa señorial en lugar de las nobles velas de cera, tal como lo vemos con profunda emoción en los antiguos dramas. La aflicción general encontró consuelo en la religión, y surgió una resignación pietista a la voluntad divina, única de la que se esperaba ayuda”25.

La novela de Miller, verdadera encarnación del espíritu pietista, llegó a ser muy exitosa entre un amplio público de lectores, al punto que puede ser tomada como emblemática de su época: “Tanto como ofrece al lector acontecimientos providenciales de duelo y la perspectiva de reunión más allá de la tumba, la popular novela de Miller, Siegwart (1776) establece el sentido de una virtual comunidad de sim- patía y ofrece al lector la oportunidad catártica de disfrutar del dolor, de distraerse con el placer estético del texto”26. Seguimos de Ana Richards el argumento novelesco: “Los personajes en Siegwart están afligidos por muchas pérdidas. La madre y hermana del héroe epónimo están muertas cuando empieza la novela y sus amigos Sophie y Gutfried y su padre mueren en el curso de ésta.” Además, la hermosa Marianne, amada de Siegwart, ha sido destinada por su padre a otro hombre. Ella de- cide entonces entrar en un convento y muere al poco tiempo, según cree Siegwart. Pero la astucia del melodrama iba a hacerle vivir dos veces a Siegwart la muerte de Marianne: en realidad, ella aún está viva, pero Siegwart sólo lo descubre cuando, habiendo tomado los hábitos él mismo, es llamado a un convento cercano para es- cuchar la confesión moribunda de una desconocida, que no es otra que la amada Marianne. No mucho después Siegwart muere sobre su tumba.

Anna Richards sostiene que este tipo de literatura de consuelo servía a los fines de producir una catarsis moralizadora de los sentimientos de pérdida, y contribuía a la edificación y consolación de las desgracias personales del público lector.

En sentido político general, tal tipo de literatura sólo podía contribuir a la acep- tación contemplativa de las adversidades, a una tolerancia mayor de la infelicidad colectiva y a la limitación emotiva en la esfera privada. Este tipo de literatura intimista corresponde a la idealización de la sobriedad de la vida burguesa al estilo de Biedermeier, una de las tendencias pregnantes del período de la restauración monárquica.

“La restauración –es decir, la época que se inicia en el Congreso de Viena (1815) y que se cierra con los levantamientos de marzo de 1848– constituye un período atravesado por tendencias contradictorias; circunstancia que se traduce, en el campo de la literatura, en una polarización entre, por un lado, tendencias intimistas y quietistas que revelan una cierta medida de resignación apolítica y adaptación a las circunstancias contemporáneas, y que fueron designadas por la historiografía literaria alemana con el término de Biedermeier, y por otro, tendencias políticamente comprometidas, que encuentran su expresión más significativa en la lírica y en el periodismo, y a las que la crítica asignó el término Vormärz”27.

Marx, Dronke, Engels, Freiligrath, se colocan del lado de la politización de la litera- tura que entonces representaban Heine y la Joven Alemania, contrariamente a las tendencias religiosas, pasivas y arcaizantes del sentimentalismo romántico.

Kinkel se transforma, en la presentación satírica, en una figura alegórica de las tendencias tradicionalistas de la cultura, personaje ecléctico formado por aparea- miento de varios autores: su imaginación utópica se nutre de los ensueños de la “flor azul” de Novalis, su fantasía erótica de escenas de Wilhelm Meister de Goethe, su sensibilidad política, de la resignación luctuosa de Miller. El suplicio de la bio- grafía al que los comunistas someten a Kinkel, no carece de corolario político. Lo propio de Kinkel es justamente no ser nada propio. Todas sus vivencias han sido moldeadas por escenas de una literatura consagrada; más que una vida auténtica, la de Kinkel es una vida asegurada en una herencia sin inventiva.

Lejos de deducir mecánicamente la superestructura desde la base económica, la tesis interpretativa que subyace a Los grandes hombres del exilio es que la literatura contribuye, por medios y efectos que le son específicos, a conformar personajes no sólo ficcionales sino también históricamente vivos.

En los albores del capitalismo, la literatura parece haber alcanzado una dimen- sión performativa, más decisiva que la que tuvo nunca antes. Motivos novelescos de fines del siglo XVIII –la impotencia suicida de Werther, la separación y muerte de la amada en Siegwart– parecen haber preparado, por vía de la ilustración litera- ria, una emotividad proclive al drama de la resignación y a la fatalidad de la de- rrota. Tal preparación cultural adelantaba el pathos necesario para soportar los re- veses políticos. La cita histórica de la literatura es, entonces, fatídica, lejos de auspi- ciar la apertura hacia lo nuevo histórico, milita activamente por su clausura.

4 “GRANDES HOMBRES”, ESPÍAS Y COMUNISTAS

Tras el fin las revoluciones europeas del 48, llegó a Inglaterra una emigración vario- pinta de refugiados políticos, que fue acogida con tolerancia liberal por las leyes in- glesas, de modo que pudo establecerse en Londres una activa sociabilidad pública, en relativa calma y libertad de expresión. Los grandes hombres del exilio está dedicado especialmente a los emigrados alemanes, mientras que los emigrados franceses Le- dru Rollin, Luis Blanc o el italiano Mazzini, aparecen como personajes secundarios en la crítica a los compatriotas germanos.

Los refugiados alemanes constituyeron una comunidad de comunicación apenas similar al medio inglés que los rodeaba. En las condiciones de templanza de la lu- cha de clases a las que debieron adecuarse en el extranjero, la identidad de asilados políticos permitió la convivencia de un amplio espectro de personajes pintorescos, entrenados en acciones insurreccionales y en la política de agitación antimonárqui- ca; algunos de ellos oriundos de la cultura universitaria predominantemente filosó- fica, otros de la sediciosa cultura plebeya nacida entre los últimos artesanos y los primeros obreros rojos.

Los emigrados alemanes en Londres conformaron una bohemia de habitantes de ningún sitio, propensos a representar ahora, en el escenario transformado de la próspera capital británica, los últimos destellos de una identidad de signo declinan- te. Un observador local de este mundillo estrafalario los describe con viveza: “De acuerdo con el conocido comentador de la vida londinense, George Augustus Sala, que escribe en 1859, se podía encontrar (a los emigrados) en los alrededores de la Oxford Street, cerca de Leicester Squareo en el laberinto de calles tortuosas, entre Saint Martin´s Lane y Saint Mary´s Church, en Soho. Sala describía sus actitudes y formas de vida en su bosquejo de Herr Brutus Eselskopf (señor Brutus Cabeza de Asno), tabernero, y en su época, “general de brigada”. A primera vista, la taberna de  Esels- kopf se asemejaba a cualquier otra, aun cuando el propietario usaba una capa turca con borlas azules y una barba y bigotes de magnitud prodigiosa. Pero luego de “cinco minutos como clientes”, las diferencias se volvían suficientemente claras. La sa- lita de atrás de Herr Eselskopf, estaba llena a la mañana, a la tarde y a la noche, por extranjeros bajo nubes políticas de distintos niveles de densidad y en una nube de parejo espesor y de tabaco fuerte que escapaba, en humo multiforme, de pipas de diseños excéntricos. Entre los clientes leyendo al lado del fuego Allgemine Zeitung y Ost Deutsch Zeitung, y en ocasiones farfullando invectivas contra las testas corona- das de Europa, Sala elige a “aquel valiente republicano”, Spartakus Brusch, primer doctor de filosofía de la universidad de Heidelberg. Entonces éste no tenía paga “pero con un rango de militar ascendido por su valentía, estuvo detrás de una barricada formada por un ómnibus, dos carros de agua y seis adoquines en Frank- furt… luego de París, republicano rojo, fabricante de fósforos de Lucifer, afiliado a varias sociedades secretas, profesor de química, contratista para la pavimentación de carreteras, portero en un internado y por último… promotor de una patente para extraer vinagre del albayalde, propietario de un negocio de cigarrillos, profe- sor de esgrima, recientemente, fuera de cualquier tipo de ocupación”28.

Sabine Freitag señala las dificultades de adaptación al mundo inglés que pade- cieron los emigrados alemanes del 48, en virtud no sólo de la diferencia idioma- tica, sino también de obstáculos psicológicos que provenían del hecho de que, a mitad del siglo XIX, la mayoría de los refugiados29 pensaban que la derrota era un interregno superable en breve, tras el cual podrían retornar a la actividad política en la patria. La falta de cumplimiento de esta perspectiva implicó, para algunos, la decepción melancólica de la revolución perdida. Varios prosiguieron, en cambio, como si nada hubiera pasado, cultivando en el ethos privado las tendencias forma- tivas del proceso revolucionario, abstrayéndolas y convirtiéndolas en móviles psíquicos autónomos, en disposiciones subjetivas individuales, lo que les permitía ungirse con la aureola del líder y usufructuarla en provecho propio.

“Sintiéndose como pez fuera del agua, forzados al ocio y a la inactividad luego de un excitante período de compromiso político en la patria, muchos exiliados políticos se sintieron frustrados y buscaron oportunidades para jugar nueva- mente un rol importante, a pesar de que estas oportunidades eran muy limita- das. Particularmente en círculos intelectuales, la crisis psicológica de la sociedad de emigrados producía tensiones, y el problema principal persistió a lo largo de los años: había demasiados caciques y demasiado pocos indios. Todos querían jugar un rol dirigente”30.

Las tensiones entre “los grandes hombres” estallaron cuando se planeó una gira a EEUU para recaudar “fondos revolucionarios”, con los que esperaban forjar los gobiernos democráticos del porvenir. El desatino de la empresa redundaría en la solidificación de la posición marginal de esta bohemia de exiliados, sumida en impotente enajenación política.

El hecho de no poder vivir a tono con la sociedad londinense, donde el alzamiento del 48 apenas había tenido resonancia, y de pretender, sin embargo, testimoniar allí, con su forma de vida, la utopía de una revolución extranjera derrotada, no po- día sino acentuar los rasgos bohemios de los exiliados, que no pertenecían, en realidad, ya a ningún sitio. El exilio acentuó su condición de outsiders. Sin embargo, muchos de ellos habían sido ya claramente outsiders en sus países de origen: intelectuales y artistas marginales, obreros y artesanos del comunismo de Weitling, conspiradores, y espías la revolución proletaria, se codeaban en las tabernas de la sedición parisina, con la ilegalidad conjurada y el trato con la policía.

En los fondos más sombríos de la bohemia francesa, Luis Napoleón había reclu- tado su Sociedad del 10 de Diciembre, de la cual cabe decir, como Traverso, “las ten- taciones de la corrupción, la delación y la traición” surgían de la pobreza de sus integrantes. “Sus confines inciertos favorecen la infiltración de los agentes de po- licía. En la frontera con los bajos fondos la bohemia se codea con los delincuentes y soplones, suele encontrarse mezclada con un subproletariado a merced de los demagogos, que constituye la base de todo movimiento nacionalista y populista”31.

Los exiliados llevaron consigo a Londres, camuflados entre los sobrevivientes, algunos espías que rodeaban su entorno más íntimo. En la breve noticia sobre el espionaje que rondaba al pequeño círculo de Marx durante los prolegómenos de la detención de los comunistas en Colonia32, se revela la constante introducción de espías dentro del ambiente de los refugiados; algunos de ellos, como Banya, a me- dias revolucionario, a medias soplón, logró burlar a Marx lo suficiente para arran- carle una copia del texto que suponía importante para la policía; Hirsch, en cam- bio, que había sido separado de la Liga de los Comunista por sospecha de espio- naje, estaba dispuesto a ir, cual Raskólnikov, del crimen a la delación autoculpable. Tras la escisión de Willich y Schapper, en 1850, quienes se unieron a la odisea kinkeliana por un préstamo democrático, “vino la detención en Hamburgo, pri- mero de Nothjung y después de Haupt, quien traicionó a sus compañeros, denun- ciando los nombres de los que formaban el Comité Central de Colonia; él era el que había de servir en el proceso de testigo principal de cargo; pero sus parientes no quisieron pasar por esa vergüenza y lo expidieron a Río de Janeiro, donde más tarde se estableció como comerciante, llegando a ser, en pago de sus méritos, pri- mer cónsul general de Prusia y después de Alemania”33.

La existencia de soplones dio aliciente adicional a la disolución de la Liga de los Comunistas producida a finales de 1852. Pero el factor decisivo que explica la deci- sión de Marx y Engels de disolver la Liga, fue la ausencia de perspectivas revolu- cionarias:

“En el transcurso de 1850, estas perspectivas fueron haciéndose cada vez más in- verosímiles, y hasta imposibles. La crisis industrial de 1847, que preparara la revolución de 1848, había sido superada; había comenzado un nuevo período, hasta entonces nunca visto, de prosperidad industrial: quien tuviese ojos para ver y los usase, tenía que convencerse de que la tormenta revolucionaria de 1848 se iba disipando poco a poco”34.

Las diferencias de criterio sobre el signo con que se abría la segunda mitad del siglo XIX, se revelaron irreductibles entre los exiliados comunistas y los demócratas radicales. La imposible convivencia entre el grupo de Marx y la bohemia de los exiliados muestra hasta qué punto es problemático vincular la autoconcentrada so- ledad intelectual de Marx en el British Museum, a la marginalidad ruidosa de los refugiados en Londres.

Traverso considera a Marx un miembro sui generis de la bohemia

“Con una mujer e hijos, Marx no corresponde, por cierto, al tipo del bohemio joven, estudiante y solitario, pero el marco material, antítesis de un decorado burgués victoriano o prusiano, evoca la atmósfera de la novela de Henry Mur- ger. (…) Podríamos decir que si Marx era un bohemio no lo era por elección, sino, de acuerdo con el diagnóstico de Landauer, por necesidad. Su pertenencia a la bohemia de exiliados y revolucionarios no provenía de un impulso estético, era más bien el precio que había que pagar por una opción intelectual y polí- tica”35.

Prawer36, por su parte, al igual que Mehring37, hacen hincapié, no en lo que em- parentaba a Marx con el mundo de los exiliados, sino en las actitudes conscientes y delimitaciones prácticas que separaron dos maneras opuestas de habitar el exilio.

Contrariamente a lo que sostiene Traverso, fue, justamente, la opción intelectual y política de Marx la que lo apartó del pintoresco barullo sectario.

En la precisa medida en que sea posible diferenciar estratos, grupos sociales e individuos, según el ethos que profesan, es posible separar a Marx tanto de la bohemia intelectual de los deportados, como del lumpenproletariado londinense, con quien compartía las condiciones de una penuria material extrema. Un espía Prusia- no, que rondaba la intimidad de Marx, informaba:

“Marx vive en uno de los peores –y por lo tanto uno de los más baratos– barrios de Londres. Ocupa dos cuartos. El que da a la calle es la sala de estar; el dor- mitorio está en la parte de atrás. En todo el departamento no hay ningún mue- ble limpio y sólido. Todo está partido en pedazos, con media pulgada de polvo encima de todo. Hay una gran y antigua mesa cubierta con un mantel y ahí están sus manuscritos y libros y diarios, así como los juguetes de los niños y los trapos y retazos de la cesta de costura de su esposa, diversas tasas con las asas quebradas, cuchillos, lámparas, un tintero, pipas holandesas, cajas de tabacos – en una palabra, todo desparramado en una misma mesa. Un vendedor de bie- nes de segunda, avergonzado, no sabría qué hacer con esa colección de cachi- vaches”38.

Sin salario fijo, sin propiedad ni medios personales de vida, empeñando su sa- co, las sábanas, los muebles y la vajilla familiar, Marx y su familia dependían del escaso dinero que proveía la errática edición de sus obras, pero, en lo fundamental, de la ayuda de Engels. El aislamiento ascético de la esfera burguesa y de la sociabilidad recreativa de la bohemia, por un lado y el trabajo de 14 a 16 h. diarias en el British Museum, por el otro, podría dar pruebas de lo que, para Marx, dicho spino- seanamente, “puede un cuerpo”. Un “cuerpo” podía elaborar la teoría más poten- te con que contara la crítica social durante más de un siglo, pero ni uno ni dos ni un puñado de emigrados destacados, por su sola fuerza mental y corporal asociada, podían organizar prácticamente los gobiernos antimonárquicos del futuro. Esa tarea, históricamente compleja, dependía de condiciones materiales y corporales que exceden la escala de los individuos.

El ethos de la retracción de Marx a la esfera teórica, que acompañaba el replie- gue de la lucha de clases, concuerda con la distancia programática respecto de “gran- des hombres”, visionarios y bohemios, a la hace referencia, muchos años después, Engels:

“… esta manera fría de apreciar la situación era para mucha gente una herejía en aquellos momentos en que Ledru-Rollin, Luis Blanc, Mazzini, Kossuth y los as- tros alemanes de menor magnitud, como Ruge, Kinkel, Gögg y qué sé yo cuán- tos más, se reunían en Londres para formar a montones los gobiernos provisionales del porvenir, no sólo para sus países respectivos, sino para toda Europa, y en que sólo faltaba recibir de los Estados Unidos el dinero necesario, a título de empréstitos revolucionarios, para llevar a cabo, en un abrir y cerrar de ojos, la revolución europea, y con ella, naturalmente, la instauración de las correspon- dientes repúblicas.”

La voluntad de individuos, aún de individuos extraordinarios, no se transforma en un factor histórico decisivo si no se ejercita sobre condiciones materiales espe- cíficamente críticas: bajo condiciones de

“prosperidad general, en que las fuerzas productivas de la sociedad burguesa se desenvuelven todo lo exuberantemente que pueden desenvolverse dentro de las condiciones burguesas, no puede ni hablarse de una verdadera revolución. Se- mejante revolución sólo puede darse en aquellos períodos en que estos dos factores, las modernas fuerzas productivas y las formas burguesas de producción, incurren en mutua contradicción”39, escribe Engels rememorando ese período. Tal aserto era difícil de aceptar sin abandonar las galas de la “personalidad política”. Ampliada su imagen según egocéntricos restos mnémicos del fulgor revolucionario pasado, era imposible para los “grandes hombres” mensurar críticamente lo que en ellos era resonancia de la lucha de ayer, y lo que, con la derrota, en ellos también moría. Por lo demás, la sombra de heroicidad de los dirigentes sólo podía adquirir dimensión gigantesca contra el trasfondo de silencio de víctimas anónimas, a quienes expropiaban los fulgores y proezas colectivas del año 48.

5 LA RISA NO RECONCILIADA DE LOS VENCIDOS

Algunos comentaristas han catalogado a Los grandes hombres del exilio como un panfleto40, pero sin duda esta circunscripción genérica no hace justicia al ingenio satí- rico, ni al impulso que cede la violencia panfletaria en comicidad farsesca.

Tinianov ha planteado que la parodia constituye un momento de ruptura con la tradición literaria precedente, al punto que su función parece constituir, justamen- te, el señalar la piedra de toque de una nueva concepción en la escritura… “allí donde haya corte, dice Tinianov, deberá haber parodia”. Ésta es “a la vez, el límite y la disolución de la vieja escuela, y el proceso de constitución de la nueva, que por un acto de violencia acude a relevarla”41.

Meta específica de los comunistas no parece haber sido la renovación de la lite- ratura, pero si se entiende, en sentido estricto, la voluntad declarada de hacer una “crítica implacable de todo lo existente”, queda claro que la amistad de Marx con Heine, Freiligrah y Herweg, y en general, su propia incursión en un estilo de escri- tura “total”, por así decirlo –esto es, la conjunción laboriosa de ciencia, filosofía, literatura y política– dan muestras de que la forma literaria no constituía para él, meramente, un recurso estilístico. Más que un panfleto, Los grandes hombres de exi- lio, vale como un índice exhaustivo de que todo un período de la literatura y de la vida social había encontrado su punto límite. Por otra parte, como dice Bajtín “la risa destruye el miedo y el respeto al objeto, al mundo, lo transforma en un objeto de contacto familiar, preparando con ello la investigación libre y completa del mis- mo”42. No sería mera ocurrencia pensar que la risa de despedida que esta obra re- presenta, abrió el camino a la investigación de El Capital.

Adorno y Horkheimer, planearon que la risa contiene, como posibilidad, un elemento liberador que supera la destructividad burlesca inferiorizante o el despar- pajo nihilista que deja todo como está. La comicidad de la presentación de los hé- roes fallidos Kinkel, Ruge, Willich, Struve, permite liberar el contenido represivo que va de suyo en sus idealizaciones como “grandes hombres”, frente a los cuales empequeñecen las víctimas anónimas de las revoluciones del 48.

La parodia de estos “grandes hombres” no va dirigida a menospreciar a la vícti- ma, como sucede, por ejemplo, en la parodia fascista del judío43, sino a justipreciar un proceso histórico a escala humana real, sin dioses ni individuos sobrehumana- mente esclarecidos. La detractación satírica no conlleva, sin embargo, una liquidación sin ternura del adversario: la risa los libera, también a ellos, del excesivo peso, cuasi-divino, que imaginaban tener sobre la historia.

 


*Universidad Nacional de Rosario

1   Marcello  MUSTO   (coord.),  “La  Marx-Engels  Gesamtausgabe  (MEGA)  y  el  redescubrimiento  de Marx”, en Id., Tras las huellas de un fantasma. La actualidad de Karl Marx. México: Siglo XXI, 2006.

2 Willich, más que Marx y Engels, era identificado con la revolución roja por los exiliados alemanes en Inglaterra. A los ojos del público y de los propios emigrados, los rojos del 48 no eran Marx y En- gels sino Willich y Schapper. Cf. Cristine LATTECK, Revolucionary refugees. German Socialism in Bri- tain, 1840-1860. New York: Routledge, 2006.

3 Karl MARX – Friedrich ENGELS, Werke, vol. 8. Berlín: Dietz Verlag, 1960, págs. 235-253.

4 Karl MARX – Friedrich ENGELS, Gesamtausgabe (MEGA) Erste Abteilung Band II. Berlin: Dietz Ver- lag, 1985.

5 Ernst Dronke (1822-1891) Escritor y miembro de la Liga de los Comunistas, fue editor de la Neue Reinische Zeitung. Participó del levantamiento del 48 en Alemania, luego emigró a Inglaterra.

6 Ibíd., págs. 794-883.

7 Karl MARX, Hirschs Selbstbekenntnisse, en Karl MARX – Friedrich ENGELS, Werke, vol. 9, S. 39-42 Dietz Verlag, Berlin/DDR 1960

8 Karl MARX – Friedrich ENGELS, Gesamtausgabe, op. cit., págs. 794-883.

9 La excepción más relevante es, tal vez, Siegbert Salomon PRAWER, Karl Marx and World Literature. Oxford University Press, 1978.

10 Siegbert Salomon PRAWER, op. cit., pág. 195.

11 Así, en El Capital, acude a Robinson Crusoe, a los dioses de Epicuro, al Dogberry de Shakespeare, junto a otras referencias de fenómenos físicos y biológicos, a los fines de descifrar el enigma del fetichismo de la mercancía.

12 Karl MARX y Friedrich ENGELS, Manifiesto Comunista. Ediciones elaleph.com, 2000.

13 “Es manifiesto asimismo de lo dicho que no es oficio del poeta el contar las cosas como sucedie- ron, sino como debieran o pudieran haber sucedido, probable o necesariamente; porque el historia- dor y el poeta no son diferentes por hablar en verso o en prosa (pues se podrían poner en verso las cosas referidas por Heródoto, y no menos sería la verdadera historia en verso que sin verso); sino que la diversidad consiste en que aquél cuenta las cosas tales cuales sucedieron, y éste como era na- tural que sucediesen. Que por eso la poesía es más filosófica y doctrinal que la historia; por cuanto la primera considera principalmente las cosas en general; pero la segunda las refiere en particular.” Aristóteles, El arte poética. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2012, pág. 28.

14 Hayden WHITE, Metahistoria. La imaginación histórica en la Europa del siglo XIX. México: FCE, 1992.

15 Karl MARX, El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Madrid, Fundación Federico Engels, 2003, pág. 11.

16 Karl MARX, El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, op. cit., pág. 12.

17 Hic Rhodus, hic salta («¡Aquí está Rodas, salta aquí!») son palabras de la fábula El fanfarrón de Esopo que trata de un fanfarrón que se niega a participar en un concurso de saltos, aunque sostiene que cuando estaba en Rodas había saltado mucho más lejos que todos los presentes. La frase en su forma latina pasó a usarse como una exigencia de la demostración inmediata de lo que puede ser fácilmente probado.

18  Linda HUTCHEON, A Theory of Parody. The Teachings of Twentieth-Century Art Forms, Cap. II. New York: Methuen, 1985. La traducción fue realizada por María Rosa del Coto y Osvaldo Beker.

19  Carta de Engels a Jenny Marx del 25 de julio de 1849. En https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/e1849-07-25.htm

20  Karl MARX  y Friedrich ENGELS, Gottfried Kinkel. En https://marxists.anu.edu.au/archive/marx/- works/1850/04/kinkel.htm. La traducción es mía.

21 Karl MARX, El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, op. cit.

22 Michael LÖWY, La teoría de la revolución en el joven Marx. Buenos Aires: Herramienta, 2010, págs. 16-17.

23  Johann Martin MILLER, Siegwart, eine Klostergeschichte (1776),  http://www.deutschestextarchiv.de-/book/show/miller_siegwart02_1776.

24 Anna RICHARDS, The sentimental novel as Trostschrift: Johann Martin Millers Siegwart. Eine Klostergeschichte (1776). Birkbeck: University of London, Publications of the English Goethe Society 79 (3), 2010, págs. 147-158.

25 Heinrich HEINE, La escuela romántica. Buenos Aires: Biblos-Unsam, 2007, pág. 61

26 Anna RICHARDS, The sentimental novel as Trostschrift, op. cit., pág. 6.

27 Introducción de Miguel Vedda a Karl MARX y Friedrich ENGELS, Escritos sobre literatura. Buenos Aires: Colihue, 2013, pág. 9.

28 Gared Stedman Jones, prefacio a Christine LATTEK, Revolutionary Refugees: German Socialism in Britain, 1840-1860. New York: Routledge, 2006, pág. X. La traducción es mía.

29 No parece haber estado tampoco claro para la Liga de los Comunista, hasta bien entrado el año

1850, que el reinicio de un proceso revolucionario en Europa se aplazaría por varias décadas. Marx, Engels y los miembros de la Liga, enviaron a Heinrich Bauer a Alemania con la misión de reorganizar las fuerzas del grupo. En la Circular del Comité Central a la Liga Comunista de marzo de 1850 se refiere a esta decisión en estos términos: “Esta reorganización sólo puede ser lograda por un enviado especial, y el Comité Central piensa que tiene una gran importancia el hecho de que nuestro delegado debe estar en viaje en el momento en que un nuevo alzamiento es inminente”. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/50_circ.htm

30 Sabine FREITAG (ed.), Exiles from european revolutions. Refugees in Mid Victorian England. New York: Berghahn Books, 2003.

31 Enzo TRAVERSO, “Bohemia, exilio y revolución: notas sobre Marx y Benjamin”, Cosmópolis, figuras del exilio judeo-alemán. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2004, pág. 65.

32En noviembre de 1852 fueron apresados y condenados seis miembros de la Liga Comunista por tentativa de alta traición, Röser, Bürgers y Nothjung a seis años; Reiff, Otto y Becker a cinco años, y Lessner a tres años de reclusión en una fortaleza.

33   Friedrich  ENGELS,  Contribución  a  la  historia  de  la  Liga  de  los  Comunistas.  En  https://www.mar- xists.org/espanol/m-e/1880s/1885-hist.htm

34 Friedrich ENGELS, Contribución a la historia de la Liga de los Comunistas. op. cit.

35 Enzo TRAVERSO, “Bohemia, exilio y revolución: notas sobre Marx y Benjamin”, op. cit., pág. 91.

36 Siegbert Salomon PRAWER, Karl Marx and the World Literature. op. cit., pág. 185.

37 Franz MEHRING, Carlos Marx. Historia de su vida. México: Grijalbo, 1977, págs 201-235.

38 Citado por Peter STALLYBRASS, en El saco de Marx, en REMS, Año 4, n. 4 Nov. de 2011, pág. 70.

39 Friedrich ENGELS, Contribución a la historia de la Liga de los Comunistas, op. cit.

40  Marx mismo se refiere a Los grandes hombres del exilio como un panfleto en Hirschs Selbstbekennt- nisse, Werke, vol. 9, Berlín: Dietz Verlag, 1960, págs. 39-42.

41 Tynianov, citado por Alan PAULS en “Tres aproximaciones al concepto de parodia” en Lecturas críticas I, Buenos Aires, diciembre de 1980, págs. 7-14.

42 Mijail BAJTÍN, Teoría y estética de la novela. Madrid: Taurus, 1991, pág. 468.

43 Theodor W. ADORNO Y Max HORKHEIMER, Dialéctica de la Ilustración. Madrid: Trotta, 2006, pág. 228.

 

TOMADO DE: 

«CONSTELACIONES», Revista de Teoría Crítica, Vol. 7 (2015)
Teoría Crítica, Arte y Memoria
Coordinador del volumen
Dr. Luis Ignacio GARCÍA
(Univesidad Nacional de Córdoba / CONICET, Argentina)

 

 

 

Así se roban las elecciones en Colombia (Ariel Avila)

 | 2018/04/26

La Fundación Paz y Reconciliación comenzó una investigación profunda, pues en varias denuncias que recibía se hablaba de una verdadera empresa criminal para robar elecciones. Los resultados de la investigación son más que dramáticos: La Fundación calcula que el fraude podría modificar entre el 10 y 20% del senado de la república.

Hace varias semanas el Consejo de Estado emitió un fallo en el cual manifiesta que en 2014 al partido político Mira le robaron las elecciones; el fraude incluyó destrucción de material electoral y hasta modificación o sabotaje del software que supuestamente es uno de los mejores del mundo, o al menos eso dice el Registrador. La Fundación Paz y Reconciliación comenzó una investigación profunda, pues en varias denuncias que recibía se hablaba de una verdadera empresa criminal para robar elecciones. Los resultados de la investigación son más que dramáticos: La Fundación calcula que el fraude podría modificar entre el 10 y 20% del senado de la república.

El análisis electoral se puede dividir en tres momentos.

1. La pre-campaña y campaña, allí se analizan alianzas, financiación y gastos electorales.

2. El día D o día de la votación y

3. El conteo, que es la semana siguiente al día de la votación. Generalmente los medios de comunicación y centros de investigación se dedican al primer momento. Pero esta vez la investigación se hizo sobre el segundo y tercer momento.

Los resultados de las investigaciones son escalofriantes. De acuerdo con pruebas recaudadas por la Fundación Paz & Reconciliación, se trataría desde funcionarios inescrupulosos de la Registraduría hasta los mismos jurados de votación. Los indicios mostrarían que estos ofrecen servicios de acomodamiento de votos para candidatos que quedaron en el filo de la curul, es decir, candidatos que resultaron muy cerca del último o penúltimo candidato que alcanzó una curul en su partido y por medio de una intervención de funcionarios de la Registraduría o jurados electorales, presuntamente se le acomodan los votos en el conteo.

La red tiene cinco eslabones.

  1. A partir de entrevistas y fuentes consultadas la Fundación tendría indicios que se cobrarían hasta 2.500 millones de pesos por colar o meter jurados de votación de un candidato en particular. Sobre el papel los jurados son elegidos aleatoriamente, pero la investigación tendría indicios y versiones de  que un porcentaje nacional de los jurados son acomodados para favorecer candidatos. La idea aquí es sumar votos en el pre-conteo que es lo que se informa el día de las elecciones en el formulario E-14.
  2. Las mismas fuentes indican que algunos candidatos habrían sido contactados en la etapa preelectoral y electoral para ofrecerles el servicio completo de acomodamiento de votos, toda vez que la diferencia con el último candidato de su partido que alcanzó la curul no superara los 2 mil votos. Por ejemplo, si un candidato, del partido X que alcanzó 18 curules, queda en el puesto 19 con menos de 2 mil votos de diferencia con el último o penúltimo del partido, le ofrecen reacomodar los votos desde el mismo día de las elecciones, colocando los jurados electorales de su gusto y cambiando el número votos en el formulario E-14. Aquí, según las versiones e investigaciones de la Fundación, no solo se acomodarían jurados sino que se ofrecería el paquete completo. A esto los políticos le llaman el colchón electoral.
  3. En los siguientes días a los comicios, estas mismas personas les ofrecerían a los candidatos la compra de registradores ad-hoc y jurados encargados de vigilar el conteo, para asegurarles la curul mediante el cambiazo en los formularios E-14 y E-24. Los indicios mostrarían que el valor para reacomodar los votos necesarios para una curul en Cámara de Representantes asciende a mil doscientos millones de pesos, mientras que, para Senado, el costo asciende a los mil ochocientos millones de pesos. De ahí para arriba, si el candidato tiene una diferencia de más de 2 mil votos con el último candidato del partido que alcanzó la curul, el costo ascendería a los 2 mil y 3 mil millones de pesos.
  4. Las mismas fuentes indican que habría una red de abogados que tienen acceso a información privilegiada electoral y esperan a los candidatos en los sitios del conteo. En el caso de Bogotá, por ejemplo en Corferias. Estos le dicen al candidato que ellos le llevarán el proceso y  le “buscarán” los votos que le falta y cobran miles de millones. En otros casos estos abogados previamente contratados por otro político distraen a candidatos para que envíen personas a mesas donde no se está cometiendo el fraude.
  5. Basados en la sentencia del Consejo de Estado también cabría la posibilidad de la alteración del software o se cambian los tarjetones ya que la seguridad de las bolsas con los votos es terriblemente deficiente. Obsérvese en el siguiente video como los votos se trasladan sin ninguna seguridad, no hay claveros y esas bolsas se pueden abrir en cualquier momento, luego se ve en el mismo video un menor de edad cortando formularios E-14.

La comparación entre formulario E-14 y el formulario E-24 muestran claramente toda esta red de corrupción. Por ejemplo, para materializar los cambios en los formularios, los encargados de modificar los datos a favor de los candidatos ofrecerían el denominado “Canguro”, es decir, cuando se digitalizan los E-14 se cambian los números de votos en el E-24, (los ejemplos abajo muestran esta metodología) guardando las proporciones de los votos totales y dándole “el salto de canguro” que necesita el candidato para llegar al Congreso. Así, presuntamente los digitadores y registradores utilizan la transcripción del E14 para afectar al candidato que desean restarle votos y favorecer al candidato que buscan ayudar de manera arbitraria. Los registradores y jurados se cuidan de que la suma total de votos dé un número igual al registrado desde el principio.

Un caso puntual es el candidato a la Cámara por Bogotá, Felipe Ríos, número 111 de Cambio Radical, que ha evidenciado un sin número de fraudes que favorecerían a uno de sus propios compañeros de lista, se trata del candidato José Daniel López con el número 118. Para nombrar un solo caso, de los centenares documentados, su contrincante José Daniel López fue favorecido de manera, al parecer, irregular en la zona 10 puesto 58 mesa 3 pues el E14 dice 0 votos, pero en el acta oficial (E24), termina con 7 votos (ver E14 y E-24).

En otro caso, el candidato 111 Felipe Ríos de Cambio Radical, quien compite con la curul José Daniel López, es perjudicado pues en el E14 de la zona 11 puesto 09 mesa 9 saca 6 votos y al pasar por los jueces en el acta E24 termina con 2 votos (4 votos menos) (ver E-14 y E24). Esto se evidencia en centenares de mesas.

Otro mecanismo es lo que se denomina “anillo”, en donde los encargados de cambiar los votos utilizan puntas de esfero o de tinta y las ubican entre los dedos de las manos de forma imperceptible. En el reconteo de votos utilizan dichas puntas para marcar votos en espacios que originalmente no registraban y así logran anularle votos a uno u otro candidato.

Lo mismo se observa en el caso del Partido Liberal con La candidata Olga Lucia Velásquez, a ella le habrían robado cientos de votos. Aquí un ejemplo. En la localidad 1 de Usaquén, puesto 25, mesa 003, aparecen registrados 2 votos para la candidata 4, Olga Lucía Velásquez.

 

FORMULARIO E-24

Pero en el formulario E-24 aparecen 0 votos.

Tomado de: Ariel Avila, Revista Semana.com https://www.semana.com/opinion/articulo/como-opera-la-corrupcion-en-las-votaciones-columna-de-ariel-avila/564936

 

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Israel está perpetrando agresiones criminales contra manifestantes palestinos, a quienes sus fuerzas armadas matan y mutilan (Amnistia internacional)

Israel: Es necesario un embargo de armas cuando el ejército mata y mutila ilegítimamente a manifestantes en Gaza

27 de abril de 2018

Israel está perpetrando agresiones criminales contra manifestantes palestinos, a quienes sus fuerzas armadas matan y mutilan a pesar de que no representan ninguna amenaza para ellas. Así lo ha indicado Amnistía Internacional hoy, basándose en su investigación más reciente, mientras continúan en la Franja de Gaza las protestas de la “Gran Marcha del Retorno”.

El ejército israelí ha matado a 35 palestinos y herido a más de 5.500 –en algunos casos causándoles lesiones aparentemente intencionadas que les cambiarán la vida– en las protestas que tienen lugar todos los viernes desde el 30 de marzo.

Amnistía Internacional ha reiterado su llamamiento a los gobiernos de todo el mundo para que impongan un embargo integral de armas a Israel tras su desproporcionada respuesta a las manifestaciones multitudinarias que se celebran a lo largo de la valla que separa la Franja de Gaza de Israel.

Durante cuatro semanas, el mundo ha visto con horror cómo francotiradores y otros soldados israelíes apostados al otro lado de la valla y con equipos completos de protección han atacado a manifestantes palestinos con munición real y gas lacrimógeno. A pesar de la condena internacional, el ejército israelí no ha anulado la orden ilegal de disparar contra manifestantes desarmados”, ha afirmado Magdalena Mughrabi, director regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

“Se ha acabado ya el tiempo de las manifestaciones simbólicas de condena. La comunidad internacional debe tomar medidas concretas para detener el envío de armas y material militar a Israel. No hacerlo supondrá permitir que se siga sometiendo a graves abusos contra los derechos humanos a los millares de hombres, mujeres, niñas y niños que sufren las consecuencias de la vida bajo el cruel bloqueo israelí de Gaza. Esta personas no hacen más que protestar por sus insoportables condiciones de vida y exigir el derecho a regresar a sus hogares y ciudades en lo es ahora Israel.

Estados Unidos es con diferencia el principal proveedor de tecnología y material militar a Israel, al que se ha comprometido a proporcionar ayuda militar por valor de 38.000 millones de dólares en los próximos 10 años. Pero hay otros países –entre ellos Estados miembros de la UE como Francia, Alemania, Reino Unido e Italia– que han concedido licencias para grandes cantidades de material militar destinado a Israel.

Disparos por la espalda contra manifestantes

En la mayoría de los casos mortales que Amnistía Internacional ha analizado, se disparó a las víctimas en la parte superior del cuerpo, incluidos la cabeza y el pecho, y en ocasiones por la espalda. Hay testimonios de testigos y material fotográfico y de vídeo que indican que a muchas personas las mataron o hirieron deliberadamente, sin que representaran ninguna amenaza inmediata para los soldados israelíes.

Entre las víctimas se encuentra Mohammad Khalil Obeid, futbolista de 23 años a quien dispararon en ambas rodillas cuando se graba a sí mismo de espaldas a la valla fronteriza en una protesta que tuvo lugar al este del campo de Al Breij el 30 de marzo.

El vídeo, publicado en las redes sociales, muestra el momento en que dispararon contra él. Se lo ve de pie en una zona aislada, lejos de la valla, y sin que parezca representar ninguna amenaza para la vida de los soldados israelíes. Ahora necesita una operación de reemplazo de rodilla para poder caminar de nuevo.

“Mi vida de jugador palestino está destrozada […] Soñaba con jugar al fútbol en el extranjero y en izar la bandera palestina [para demostrar] que no somos terroristas”, ha explicado a Amnistía Internacional.

“Queríamos transmitir nuestro mensaje a todas las organizaciones, países y jefes de Estado para que vieran lo que nos está pasando, porque nadie aceptaría esto en ningún lugar del mundo.”

Heridas que no se veían desde la guerra

Los médicos de los hospitales de Shifa y Europeo de la ciudad de Gaza han dicho a Amnistía Internacional que muchas de las heridas graves que han visto están en las extremidades inferiores, incluidas las rodillas, y son típicas heridas de guerra que no veían desde el conflicto de Gaza de 2014.

Muchas personas han sufrido daños graves de tejido y hueso, así como grandes heridas de salida del proyectil de entre10 y 15 milímetros, y probablemente tengan más complicaciones, infecciones y alguna forma de discapacidad, como parálisis o amputación. La información sobre el elevado número de heridas en las rodillas, que aumentan las probabilidades de fragmentación del proyectil, es especialmente preocupante. Si es cierta, indicaría que el ejército israelí, procura causar intencionadamente lesiones que cambien la vida de la persona herida.

Los médicos han dicho también que han observado otros tipos de heridas devastadoras, caracterizadas por grandes cavidades internas y plástico depositado en el interior del cuerpo, pero sin heridas de salida.

En opinión de expertos militares y de un perito patólogo que ha examinado las fotografías de heridas conseguidas por Amnistía Internacional, muchas de las heridas observadas por los médicos de Gaza coinciden con la que causan los fusiles Tavor de alta velocidad de fabricación israelí, que utilizan munición militar de 5,56 mm. Otras heridas llevan el sello distintivo de los fusiles de francotirador Remington M24 de fabricación estadounidense, cuya munición de caza de 7,62 mm se expande y se esparce dentro del cuerpo.

Según una declaración reciente de Médecins Sans Frontières, la mitad de las más de 500 personas ingresadas en sus centros médicos fueron atendidas de heridas “en las que la bala había destruido literalmente el tejido tras pulverizar el hueso”. Esta información ha sido confirmada por ONG humanitarias, así como por testimonios de médicos recabados por grupos palestinos de derechos humanos en Gaza.

“La naturaleza de estas heridas muestra que los soldados israelíes están utilizando armas militares de alta velocidad concebidas para causar el máximo daño posible contra manifestantes palestinos que no representan ninguna amenaza inminente para ellos. Estos intentos aparentemente deliberados de matar y mutilar son muy preocupantes, y huelga decir que completamente ilegales. Algunos de estos casos parecen constituir homicidios intencionales, graves infracciones de los Convenios de Ginebra y crímenes de guerra”, ha añadido Magdalena Mughrabi.

“Si Israel no garantiza investigaciones efectivas e independientes, que den lugar al procesamiento penal de los responsables, la Corte Penal Internacional debe abrir una investigación formal sobre estos homicidios y lesiones graves en tanto que posibles crímenes de guerra y garantizar que los autores quedan disposición judicial.”

Según el Ministerio de Salud de Gaza, a fecha de 26 de abril se calcula que el número total de personas heridas asciende a 5.511 – 592 niños y niñas, 192 mujeres y 4.727 hombres–, habiendo sido causadas por munición real 1.738 heridas. Aproximadamente la mitad de las personas ingresadas en hospitales presentaban heridas en las piernas y las rodillas, mientras que 225 tenían heridas en el cuello y la cabeza, a otras 142 les habían disparado en el abdomen y la pelvis 15 tenían heridas en el pecho y la espalda. Hasta ahora se han practicado como consecuencias de las heridas18 amputaciones.

Entre las personas muertas por heridas sufridas en las protestas figuran cuatro menores de entre 14 y 17 años. También han muerto por disparos dos periodistas, a pesar de que llevaban chalecos protectores que los identificaban claramente como miembros de la prensa, y varios más han resultado heridos.

Los hospitales de Gaza apenas pueden ocuparse del gran número de víctimas debido a la falta de material médico, electricidad y combustible provocada por el bloqueo israelí y agravada por las divisiones entre palestinos. Mientras tanto, Israel retrasa o impide el traslado de algunas personas que necesitan con urgencia atención médica especializada disponible en otras partes de los Territorios Palestinos Ocupados, debido a su participación en las protestas.

Un caso documentado por Amnistía Internacional es el del periodista de 20 años Yousef al-Kronz, a quien amputaron la pierna izquierda tras denegarle las autoridades israelíes el permiso para viajar a Ramala, en el territorio ocupado de Cisjordania, a fin de recibir atención médica urgente. Al final le permitieron salir para someterse a una operación y salvar la otra pierna gracias a la intervención de grupos de derechos humanos que acudieron a los tribunales.

Personal de urgencias médicas de Gaza ha contado a Amnistía Internacional lo difícil que resulta evacuar a los manifestantes heridos debido a los botes de gas lacrimógeno que el ejército israelí dispara contra él y contra los hospitales de campaña.

Homicidios ilegítimos y heridas que cambian la vida

Los organizadores de la “Gran Marcha del Retorno” han manifestado reiteradamente que la intención es que las protestas sean pacíficas y que consisten en gran medida en sentadas, conciertos, juegos deportivos, discursos y otras actividades pacíficas.

A pesar de ello, el ejército israelí ha reforzado a sus efectivos, desplegando tanques, vehículos militares, soldados y francotiradores a lo largo de la valla de Gaza, y ha dado la orden de dispar contra cualquiera que se acerque a menos de varios centenares de metros de la valla.

Aunque algunos manifestantes han intentado aproximarse a la valla, arrojado piedras en dirección a los soldados israelíes o quemado neumáticos, vídeos publicados en las redes sociales, así como testimonios de testigos recabados por Amnistía Internacional y por grupos palestinos e israelíes de derechos humanos, muestran que los soldados israelíes han disparado contra manifestantes desarmados, simples espectadores, periodistas y personal médico que se encontraban a entre 150 y 400 metros, aproximadamente, de la valla, distancia desde la que no representaban ninguna amenaza.

En una petición elevada al Tribunal Supremo de Israel para que ordenara al ejército israelí dejar de utilizar munición real para dispersar las manifestaciones, los grupos de derechos humanos Adalah y Al Mezan presentaron 12 vídeos publicados en las redes sociales, en los que se veía al ejército israelí disparar contra manifestantes desarmados, incluidos niños y niñas y mujeres En algunos casos se disparó contra las personas cuando ondeaban la bandera palestina o se apartaban corriendo de la valla.

Un vídeo que ha circulado ampliamente en las redes sociales muestra a Abd Al-Fattah Abd Al-Nabi, de 19 años, cuando disparan contra él, el 30 de marzo, en el momento en que se aleja corriendo de la valla, sosteniendo un neumático, de espaldas a los soldados israelíes. Murió en el acto al recibir un disparo en la nuca. El viernes 20 de abril murió, a causa también de una herida de bala en la nuca, Mohammad Ayyoub, de 14 años.

Información complementaria

A lo largo de los últimos 11 años, la población civil de la Franja de Gaza ha sufrido las devastadoras consecuencias del bloqueo ilegal de Israel, además de tres guerras. Debido a ello, la economía gazatí se ha reducido extremadamente, hasta el punto de que la población depende casi por completo de la ayuda internacional. Gaza tiene ya uno de los índices de desempleo más altos de mundo, del 44%. Cuatro años después del conflicto de 2014 hay aún unas 22.000 personas desplazadas.

En enero de 2015, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional inició un examen preliminar de la situación en los Territorios Palestinos Ocupados, centrado concretamente en los presuntos crímenes cometidos desde del 13 de junio de 2014.

Amnistía Internacional ha pedido a todos los Estados que impongan un embargo integral de armas a Israel, así como a los grupos armados palestinos, con el fin de impedir las violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos cometidas por todos los bandos.

Desde el 30 de marzo, además de los manifestantes han muerto otros siete palestinos por ataques aéreos, fuego de artillería o disparos con munición real israelíes, entre ellos un campesino que estaba cultivando sus tierras cerca de la valla, y seis miembros de grupos armados palestinos.

Tomado de: Amnistia internacional. https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/israel-es-necesario-un-embargo-de-armas-cuando-el-ejercito-mata-y-mutila-ilegitimamente-a-manifes/


 

“Es más fácil conseguir un fusil que entregarlo”

“90% DE LAS BANDAS CRIMINALES SON PARAMILITARES MAL DESMOVILIZADOS DEL GOBIERNO DE URIBE”: ERNESTO BAEZ

26 Abr 2018

En diálogo con Contagio Radio, el ex comandante de las AUC, Iván Roberto Duque, conocido comoErnesto Baez, manifestó que la sociedad debe conocer la verdad por parte de los actores armados y reconoció que hubo problemas del proceso de desmovilización de las AUC durante el Gobierno de Uribe como lo fue la reinserción a la vida civil producto de las debilidades institucionales.

Baez enfatizó en que los grupos armados en Colombia tienen la responsabilidad de decirle “no a la guerra y no a la violencia”. Dijo que, “en medio de tantas diferencias (…) tenemos la obligación de no sólo luchar por la paz sino que tenemos la obligación moral de pedirle perdón a Colombia por todo este daño que hemos causado”.

EN EL GOBIERNO DE URIBE HUBO FALENCIAS EN EL PROCESO DE DESMOVILIZACIÓN DE LAS AUC

Dentro de las afirmaciones de Baez, con relación al proceso de desmovilización de las AUC durante el Gobierno del hoy senador Álvaro Uribe Vélez, afirmó que las cifras de desmovilizados que presentaron las autoridades no corresponde con la realidad. (Le puede interesar:«Organizaciones sociales exigen compromisos del Gobierno para el desmonte del paramilitarismo»)

Afirmó ademas que, por ejemplo, los menores de edad que entregaron las AUC, fueron recogidos por el Gobierno y llevados a albergues donde no se les prestó la atención adecuada. Por esto, indicó que “muchos de los niños, ya hoy mayores de edad, hacen parte de las llamadas bandas criminales”. Esto para Baez fue una de las grandes falencias del proceso de desmovilización.

Adicionalmente enfatizó en las negociaciones de paz no se pueden quedar en los discursos sino que “debe ser un proceso serio que conduzca a los combatientes a una reinserción exitosa a la sociedad colombiana”. Dijo que el 90% de los integrantes de las llamadas bandas criminales “son paramilitares mal desmovilizados por el Gobierno de Uribe”.

ES NECESARIO QUE JESÚS SANTRICH VUELVA A LA ACTIVIDAD POLÍTICA.

En lo que tiene que ver con el proceso de paz que se está llevando a cabo con las FARC, el ex jefe paramilitar indicó que “es más fácil conseguir un fusil que entregarlo”. Por esto resaltó la importancia del Acuerdo de Paz “que se debe valorar en su justa dimensión”. (Le puede interesar:«Ex paramilitares que se comprometan con la verdad podrán ingresar a la JEP»)

Dijo que la libertad de Jesús Santrich es indispensable para que el proceso de paz se lleve a cabo de la manera correcta teniendo en cuenta que “ese episodio vende una idea muy negativa a organizaciones como el ELN que está en transe de una negociación de paz”.

Manifestó que es necesario que el Gobierno Nacional busque crear medidas que desarticulen los nuevos grupos paramilitares y grupos armados ilegales que están reviviendo la violencia en el país. Dijo además que “los únicos portadores de la verdad son los actores de primera clase en el escenario espantoso de la guerra”.

Finalmente Baez indicó que le ha propuesto a las FARC “adelantar gestiones para conformar comisiones de la verdad regionales para luego procesar toda la información en una sola verdad nacional”. Por esto, manifestó su voluntad de contar la verdad como un gesto necesario y “mínimo” con las víctimas.

Tomado dehttp://www.contagioradio.com/90-de-las-bandas-criminales-son-paramilitares-mal-desmovilizados-del-gobierno-de-uribe-ernesto-baez-articulo-52971/ 

¿A quién le conviene el asesinato de testigo contra Álvaro Uribe Vélez por caso de #FalsosTestigos?

Alternativa de Soberanía Alimentaria

Por: Gonzalo Salazar 

“… la propiedad privada de la tierra en manos de determinados individuosparecerá tan absurda como la propiedad privada que un hombre posea de otros hombres. Ni siquiera una sociedad o nación entera, ni el conjunto de todas las sociedades que existen simultáneamente son propietarios de la tierra. Son simplemente sus posesores, sus beneficiarios, y tienen  que legarla en un estado mejorado a las generaciones que les suceden, como bonipatris familias [buenos padres de familia].” Marx K. Tomo I del Capital (página 911)

 Producir para consumo local o interno por pequeños y medianos campesinos, alimentos con óptima calidad, variados, frescos, sanos (libres de substancias químicas y transgénicos nocivos para la salud humana y el medio ambiente), generando un mercado directo entre productores y consumidores, brindando oportunidades y garantías  de mercado a campesinos e indígenas, es una necesidad para combatir la desnutrición, el hambre, y la pobreza; implica generar mejores ingresos para campesinos/as e indígenas,  y ahorro para las familias pobres de la ciudad, donde los sectores populares invierten más del 75% de sus ingresos en alimentos.

La Agricultura con participación y autonomía popular es una estrategia fundamental para la integración y el desarrollo social de los sectores populares. En  Colombia hay grupos de pobladores y de campesinos que han empezado a cambiar su visión sobre la agricultura, la alimentación y la nutrición, buscando diversidad, calidad, disposición, acceso, suficiencia y bajos costos en la producción y el consumo; promoviendo y fortaleciendo iniciativas de economía solidaria y comunitaria de productores/as y consumidores, combatiendo el uso de químicos agrotóxicos, los cultivos transgénicos y el consumo de alimentos importados, impuestos por las Transnacionales del mercado minorista de alimentos (hipermercados o grandes superficies) y la gran industria de los alimentos procesados. Cultivando y consumiendo alimentos autóctonos y adoptados de alto valor nutricional (y medicinal) como la quinua, la maca, el amaranto, el chachafruto, la chía, el guandúl la auyama, la cúrcuma, la estevia y el sinnúmero de frutas, leguminosas y verduras que generosamente producen nuestros campesinos e indígenas,igualmente en proteína animal existe diversidad de especies menores domesticadas (aves, mamíferos, acuáticos) que pueden reemplazar las bovinas y deberían ser cultivadas por todos los campesinos, incluso en los solares de las casas y en predios comunitarios; cuando se tienen la tierra, los medios logísticos, la infraestructura y las redes de distribución suficientes y garantizados, se puede acabar con el hambre

Existen en el país movimientos agroecológicos agrofeministasagrosocialistas, agrosolidarios, agricultores urbanos, que consideran a la madre tierra como un ser vivo sujeto de derechos, que luchan por una agricultura amigable con el medio ambiente, por una distribución equitativa de la tierra y los alimentos, por los derechos y la autonomía de las mujeres en las cadenas productivas, de distribución y consumo; pero sobre todo, una tradición de lucha del campesinado, de las comunidades indígenas y afro por la defensa y libertad de la madre tierra, por la diversidad agroalimentaria, que junto a otros sectores como las asociaciones de consumidores de alimentos sanos y la economía solidaria, en la ciudad, ven necesario cambiar las formas de producir, distribuir y consumir alimentos. Son tradicionales las plazas de mercado, los mercados campesinos, los mercados agroecológicos móviles, los comedores comunitarios, las ollas comunitarias, las tiendas comunitarias, ferias de intercambio (trueque), las granjas integrales experimentales, los patios productivos en las ciudades, etc. En las fincas, granjas, parcelas y comunas campesinas se puede transformar o dar valor agregado a los alimentos de consumo popular, generando mejores ingresos y desarrollo agroindustrial a pequeña escala con tecnologías apropiadas y limpias.

El intercambio o trueque de alimentos por alimentos o por semillas, por herramientas, insumos y o servicios con la economía popular (artesanal, industrial) de las ciudades,permite la autogestión y la integración como parte fundamental de la economía equivalente solidaria-comunitaria entre los sectores populares del campo y la ciudad. Conla producción limpia, reciclando los desechos orgánicos de las casas, produciendo nuestros propios insumos, abonos y pesticidas con materias primas naturales, elaborados por los propios campesinos,los costosse reducen sustancialmente, garantizando calidad y seguridad de abastecimiento, produciendo lo necesario para mantener una alimentación sana, nutritiva y suficiente.

La agricultura urbana es una alternativa que se puede concretar en áreas periféricas de las ciudades con espacios reducidos para la siembra de una gran variedad de hortalizas o la cría en mínima escala de especies menores como ovejas, cabras, pavos, conejos, cuyes y pollos para complementar la dieta de los sectores populares; utilizando diversas formas de cultivos como hidropónico, en materas y pequeñas eras en los antejardines y parques comunitarios. Sin embargo, esta posibilidad se reduce con la dinámica de crecimiento y desarrollo de las grandes ciudades, las cuales no permiten espacios vacíos de cemento, donde las viviendas son pequeñas sin patios ni terrazas o son edificios de apartamentos, teniendo en cuenta que la mayoría de los pobres no poseen vivienda propia, además, las autoridades alegan problemas sanitarios y de estética. Ante esta situación, las organizaciones populares urbanas necesitan promover la educación y la práctica de la agricultura en la ciudad, luchando y exigiendo al estado espacios y respeto para realizarla (como en Cuba). La agricultura urbana es muy importante para desarrollar sensibilidad sobre la alimentación sana, cuidado del medio ambiente y autosostenibilidad limitada, pero no es la solución total al problema del hambre ni de soberanía alimentaria, que tiene que ver con la agricultura rural (propiedad y uso de la tierra, origen de la desigualdad y la violencia en los campos) y la dependencia económica del país.

Las anteriores son formas e iniciativas de producción, distribución y consumo popular, que, orientados e insertos en una dinámica red, en un programa social integral y comunitario como Circuitos Agroalimentarios Alternativos, sean parte de la economía popular como lo definió y ordenó el congreso de Tierra, Territorio y Soberanía del Congreso de Los Pueblos: “Economía Propia de los Pueblos”. Economía que debe ser aplicada como una política de las comunidades que pretendan su autonomía, donde las condiciones objetivas y subjetivas lo permitan. Que en un verdadero proceso democrático de paz debe convocar a los productores con la participación decisoria de los pequeños y medianos productores del agro y los sin tierra, que  pueda concertar con un Estado democrático o de transición, el diseño y ejecución de una política de soberanía alimentaria, empezando por la realización de la reforma agraria democrática, equitativa e integral que incluya los conceptos de territorio y soberanía en las comunidades campesinas, negras e indígenas, que venimos reclamando los sectores populares del campo y la ciudad desde hace más de 60 años,

El país requiere con urgencia esta Reforma Agraria Democrática e Integral con ordenamiento territorial, que devuelva a los campesinos las tierras que les fueron robadas y a los que no la han tenido, oportunidades para adquirirla, y garantías para el mercadeo y el transporte, orientada prioritariamente a la producción de alimentos básicos de la dieta de las y los colombianos, reforma que:

  • Respete y promueva las Asociaciones Comunitarias y las Cooperativas Campesinas, las Zonas de Reserva Campesina junto a los Resguardos y los Consejos Comunitarios, Zonas de Producción alimentaria campesina, con participación democrática y autogestionariaen sus territorios locales y regionales.
  • Que propicie el desplazamiento positivo voluntario de la ciudad al campo de quienes quieran vivir y producir allí (la ciudad solo ofrece estrés, miseria, violencia y descomposición social a los campesinos desplazados) sería una forma de descongestionar las ciudades y reducir la pobreza en el campo y la ciudad, integradas estas nuevas familias campesinas en cooperativas, asociaciones u organizaciones solidarias comunitarias, unidas o articuladas con las comunidades de la localidad y/o de la región; proyecto que debería realizarse en terrenos ejidos, baldíos, abandonados,  escogidos por las comunidades locales y los nuevos productores, definiendo con el Estado su uso y formas de propiedad.
  • Que compre el Estado a los legítima y legalmentedueños los excedentes a quienes posean más de 600 hectáreas (por familia), a quienes teniendo corporativamente más de 1000 hectáreas no las utilizan o no le dan el uso adecuado a las necesidades agroalimentarias del país; distribuyendo estas tierras entre los sin tierra y campesinos pobres  organizados para que la trabajen colectivamente –no es justo que seis millones de campesinos se mueran de hambre en las ciudades mientras el mafioso esmeraldero Carranza celebraba la adquisición de su hectárea un millón, sin demostrar cómo las consiguió, o la familia Uribe Vélez que una sola de sus muchas fincas en todo el país (el Ubérrimo) tiene más de 123.000 hectáreas-.
  • Que grave con altos impuestos a los terratenientes que tengan tierras vacantes, que no produzcan alimentos para consumo interno y que no accedan vender los excedentes para que los campesinos sin tierra la cultiven.
  • Que revise la legitimidad de la propiedad de inmensas extensiones de las mejores tierras en todo el país, compradas fraudulentamente por terratenientes y mafiosos a los campesinos desplazados, los títulos de propiedad otorgados por notarios corruptos, lo mismo que los baldíos entregados por gobiernos como el actual (altillanura-orinoquía) a transnacionales y empresas como Riopaila, Monsanto y Cargill, expropiando sin indemnización a los ladrones de tierras.
  • Que garantice subsidios para producir alimentos básicos, créditos blandos, asistencia técnica, mercado justo, capacitación técnica y profesional en ciencias agrícolas, en economía solidaria y comunitaria, con entes que regulen la producción y distribución de alimento similar a lo que fue el IDEMA, pero administrados por las propias comunidades locales.
  • Que racionalice el uso de la tierra y el agua, dando prioridad a la producción para consumo interno de alimentos de la dieta de nuestro pueblo y a las fuentes de agua y biodiversidad ecológica. Construyendo la infraestructura adecuada para distritos de riego, para almacenar, y procesar y distribuir alimentos a nivel regional y nacional
  • Que cambie los objetivos y las funciones del ICA (o reemplazándolo por otro organismo quedefienda los intereses nacionales) para que verdaderamente contribuya al desarrollo del agro nacional con soberanía alimentaria, con investigación sobre las especies alimenticias nativas, con control y supervisión de las actividades de este ente por los productores y los consumidores. El control de las semillas debe estar en las manos de los campesinos a través de sus organizaciones comunitarias sectoriales y territoriales
  • Que comprometa al Estado democrático -o a un posible Estado de transición- en el estímulo y financiaciónde la investigación para el mejoramiento de nuestras semillas y especies alimenticias con tecnologías limpias; ubicando en cada región o departamento sedes de estas instituciones y de facultades de ciencias agropecuarias de la universidad pública (todas las universidades deberían tener facultades se agronomía y ciencias agrícolas) y el SENA.
  • Que cambie las funciones y los objetivos del ICA y el INCODER hacia la realización de la Soberanía Agroalimentaria y la Reforma Agraria. En los que deben participar con voz y voto los campesinos pobres y medios y los sin tierra
  • Que reconozca y defienda los saberes y el respeto que tienen nuestros indígenas y campesinos de la naturaleza, acopiando estos conocimientos y el de la academia para mejorar la producción y la calidad de los alimentos, brindando a los productores directos acceso a tecnologías, genética y biotecnología no destructoras del medio ambiente ni lesivos a la salud de los seres humanos.
  • Que defina los usos del suelo rural y la reducción de la frontera agrícola, las áreas de conservación y protección ecológica, entregando a las comunidades locales su administración.
  • Que permita que los productores directos del campo y los consumidores en las localidades y regiones definan los productos, las formas de producir y la distribución, como ejercicio de soberanía alimentaria.

Si realmente queremos soberanía y seguridad alimentarias para el pueblo, tenemos que empezar por comprender que ni la oligarquía ni el imperialismo nos las van a dar o a garantizar, pues en su negación radica el poder y la capacidad para el despojo y la acumulación del capitalismo nacional y transnacional. Una verdadera Reforma Agraria Democrática para el pueblo, requiere del cambio de modelo político y económico, lo que implica para los sectores populares ser poder y ser gobierno, objetivo de todos los movimientos sociales y políticos populares en un proceso de lucha, de unidad e identidad programática.  Es necesario emprender un movimiento nacional de los sectores populares del campo y la ciudad por la Reforma Agraria con Soberanía Alimentaria. En esta lucha nuestro pueblo tiene la posibilidad de construir su bienestar y definir su autonomía, contando con su propia legitimidad alcanzada en la unidad, la organización, la movilización y en la construcción de estructuras sociales, económicas, políticas y culturales propias. El problema del hambre en el mundo es tan grave, que en muchos países reclaman y luchan los sectores populares por iguales derechos y necesidades, con propuestas similares a las nuestras:

En Andalucía, como en otros muchos lugares del mundo, y pese a sus idiosincrasias particulares, es más necesario que nunca una auténtica revolución agraria, un cambio profundo y de raíz para conseguir este nuevo modelo agroalimentario tal y como plantea la ponencia presentada en el recientemente celebrado Congreso del SAT en Sevilla y que resumimos en tres puntos fundamentales.

1) Considerar el alimento como un derecho inalienable de los pueblos que los estados deben garantizar.

2) Expropiar a los expropiadores los bienes comunales, la tierra, el agua, las semillas y los recursos naturales arrebatados a los pueblos.

3) Relaciones horizontales de comercio sin monopolios ni oligopolios agroalimentarios y producir alimentos saludables a través de su trazabilidad comprobada.

En definitiva, luchar por la salud y bienestar de los pueblos, por el consumo alimentario saludable es sacar los alimentos de los mercados capitalistas y convertirlos en patrimonio de las personas, los pueblos y la Humanidad.[1]

El hambre, la desnutrición, el desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades, y la indiferencia del Estado por recuperar la agricultura campesina, exigen la ejecución de una Política de Soberanía y Seguridad Alimentaria que priorice la producción para consumo interno por un gobierno democrático o de transición hacia el bien vivir. Los campesinos e indígenas han sido obligados mediante el chantaje económico, tanto estatal como privado, a producir para las grandes transnacionales de los alimentos (comercializadoras y procesadoras industriales) para las cadenas de intermediarios que encarecen y degradan la calidad de los alimentos, reduciendo el abastecimiento directo a los consumidores populares, esclavizando a los productores mediante imposición de normas de calidad, peso y presentación, y de créditos onerosos; obligándolos a utilizar semillas transgénicas e insumos químicos tóxicos industriales, impidiéndoles su organización y acercamiento a los demás sectores populares. A los pobres no hay que proporcionarles lo que sobra o desecha el estado o el sector privado, sino, respetar su dignidad y sus derechos, brindando las condiciones apropiadas para que produzcan lo que necesitany convivan pacifica, solidaria y autónomamente.

En todo el territorio nacional se han dado experiencias de autogestión y emprendimientos cooperativos y asociativos de pequeños grupos y comunidades, generalmente de tipo gremial y vecinal, cooperativas, sindicatos, empresas asociativas y comunitarias, grupos de trabajo, mingas, grupos de agricultores y agricultoras urbanos etc. que han desarrollado proyectos de seguridad alimentaria, de mejoramiento en seguridad social y de vivienda. Estas organizaciones construyeron o integraron unidades productivas en el campo, los campesinos formaron comunas, empresas comunitarias y cooperativas agrícolas; en la ciudad los sectores populares crearon tiendas comunitarias, supermercados, centros de acopio, comedores y ollas comunitarias, farmacias, almacenes, hasta bancos cooperativos, que permitieron mejores condiciones de vida para sus asociados y comunidades (los trabajadores tuvieron  cooperativas de ahorro y crédito, multiactivas y las cajas de compensación, donde adquirían sus alimentos) hasta que el sector financiero y el mismo estado neoliberal obligaron la liquidación del sector solidario en los 90 del siglo pasado.

Esas experiencias no se han perdido, están en las memorias de las gentes que las vivieron o la disfrutaron, muchas de estas organizaciones puede que hayan desaparecido, también habrá muchas nuevas, pero las condiciones económicas y sociales de los sectores populares son las mismas o peores en este país de violencias e injusticias, por lo cual también están los recursos humanos disponibles y alguna infraestructura (propia de sectores populares) para desarrollar un programa agroalimentario que recoja esas experiencias, inquietudes, proyectos y necesidades en un proceso reivindicativo de la dignidad y la autonomía de los sectores populares y comunidades pobres en la lucha contra el hambre y la pobreza, que sería una propuesta de Economía Propia con Soberanía Agroalimentaria, que podríamos diseñarla y ejecutarla entre nosotros los de abajo.

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[1]CONSUMO ALIMENTARIO: CAUSAS Y CONSECUENCIAS PARA LA SALUD – Concepción Cruz Rojo – Editorial El Boletín — Colección: “Para pensar y actuar”

Padre Bernardo Hoyos…

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