Archivo mensual: julio 2018

Lo sucedido entre Ariel Avila y Abelardo de la Espriella

La Sartén por el Mango

Por Gonzalo Salazar

Hay un hecho que debe preocupar a todos los ciudadanos del mundo: el desplazamiento del poder de los estados-nación hacia el de unos pocos conglomerados financieros que operan a nivel global, cuyo poder es mayor que el de cualquiera de los Estados tomados individualmente. Estos realmente detentan el poder real en todas sus ramas: financiera, política, tecnológica, comercial, medios de comunicación y militar.[1]

El concepto de progreso fundado en el crecimiento económico y el desarrollo tecnológico, acuñado por los capitalistas, les ha llevado a “perfeccionar” su sistema económico, estructurando un poderoso aparato bancario-financiero global que controla, dirige y planifica las actividades económicas y financieras  de los países de la órbita imperialista; aparato que impone los planes de desarrollo, los TLC, las deudas públicas y privadas, la bancarización-financiarización de las economías, -de los Estados y de los hogares- las políticas macroeconómicas y monetarias, por encima de las constituciones nacionales, de los órganos legislativos y judiciales y de los mecanismos democráticos decisorios (parlamentos) de los países dependientes.Es el que ordena las reformas estructurales de los Estados en los países empobrecidos e impone los bloqueos comerciales y financieros a los supuestos enemigos de las potencias occidentales; utilizando la máquina militar imperialista (Complejo Militar Industrial) planea y ordena las guerras para saquear y destruir países y pueblos, donde quiera que haya recursos naturales, alimentarios, energéticos y/o materias primas necesarios para la existencia de  su Sistema Mundo, donde haya expresión de autonomía y dignidad nacional como en Cuba, Grecia, Irak, Afganistán, Libia, Irán, Palestina, Egipto, Siria, Coreadel Norte, Venezuela y el resto del llamado tercer mundo. Igualmente, ese aparato instrumentaliza las instituciones en cada país de su órbita, para imponer o cambiar los gobernantes de acuerdo a sus intereses.

La “democracia” occidental, tan cacareada por los imperialistas, ha dejado de ser la expresión real de las supuestas “mayorías nacionales” que nunca han decidido nada de su soberanía, mientras las más importantes decisiones que comprometen los recursos y la soberanía de los pueblos, son tomadas por organismos privados internacionales (Cooperación Internacional para el Desarrollo, BID, BM, FMI, OMC, BCE, el Banco Internacional de Cobros). Los planes de desarrollo, la infraestructura, los programas sociales; las políticas económicas internas en Colombia, las tasas de interés, la tasa de cambio, las reformas estructurales al Estado, las reformas fiscales, las reformas constitucionales, la inversión social, tienen que ser consultadas, aceptadas, ordenadas y controladas por estas instituciones creadas y dirigidas por los más grandes capitalistas del mundo, (dirigidas por la llamada Élite Global) que nunca consultan a ningún pueblo, a ningún sector social sobre su conveniencia, mucho menos lo hacen para solucionar las necesidades reales de los pueblos.

El capitalismo desde que nació está formado por mafias que se reparten territorios y mercados; cada área de la producción, de la economía en el mundo, pertenece a un pequeño grupo de mafiosos que conspiran permanentemente contra los pueblos.  En la etapa imperialista neoliberal estas mafias ya no asientan su poder sobre la producción directa de las mercancías ni en la circulación del dinero de la época industrial, aunque su modo de acumulación sigue siendo por expropiación y explotación, ahora es la especulación financiera a los Estados y a los pueblos de la periferia, traducido en ajustes estructurales – que lleva a la privatización de los Estados-, su principal medio de enriquecimiento, en lo que se denomina el sector financiero, que endeudó a los países periféricos a nombre del “desarrollo”, convirtió la salud, la educación, en mercancías, les quitó a los pensionados y a los trabajadores los ahorros de toda su vida -hasta financia guerras con la plata de los fondos de pensiones en otros países-, y a los jóvenes la posibilidad de pensionarse, les quitó a millones de familias sus techos que con grandes esfuerzos habían adquirido; y ahora intensifica la expoliación minero energética acabando con la producción industrial y la agricultura popular, con los bienes naturales y culturales de nuestros países.

Realmente el sistema financiero mundial es el gobierno-dictadura del sistema mundo capitalista, o Nuevo Orden Mundial -en permanente crisis de sus estructuras- que cuenta con sus instituciones políticas y privadas como la ONU, la OMC, el Banco Mundial, el FMI, el Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, el club Bildelberg, diseñadas y manipuladas por la élite imperialista, conformada por las familias Rothchild (dueña de más del 50% de los bancos centrales y/o nacionales del mundo), J.P. Morgan, Rockefeller, Reynolds y otras diez con gigantesco poder económico. Esta tragedia del siglo XXI empezó en el XX con la planeación estratégica y la dirección del proyecto neoliberal por el Banco Mundial, contando con un gran número de ONG norteamericanas y europeas de diferentes grados y género (ecológicas, de asistencia social, de capacitación técnica y generación de ingresos, (microcréditos) de atención a la infancia y a la mujer, de apoyo a la “democracia”, de “defensa” de derechos humanos)  encargadas de investigar y controlar a las comunidades, convencer con ayuda de los medios masivos de comunicación, a gobiernos y pueblos, de aceptar la “Cooperación Internacional”, de aplicar las políticas y programas de ajuste estructural y fiscal, realizando el trabajo sucio contra los pueblos, todo a nombre del desarrollo y del crecimiento económico, incluso de la supuesta lucha contra la pobreza y la desigualdad.

En África y América Latina, escenarios neocoloniales, productores de recursos naturales (agua, madera, minerales, combustibles fósiles, alimentos) y materias primas, estas mafias financieras imponen las actividades extractivas de la gran minería a cielo abierto y la producción extensiva en forma de monocultivos de alimentos (modificados genéticamente OMG) para exportar o para convertirlos en agrocombustibles; modelo transnacional que deja  a su paso hambre, miseria violencia y muerte en nuestros pueblos, y que la oligarquía colombiana denomina “locomotoras del progreso”.

Este vasto entramado institucional tiene al Banco Mundial como centro de gravedad y a su alrededor, en un primer anillo concéntrico estarían el FMI, el BID, la Usaid, la CAF, el Departamento del tesoro de EE.UU. (FED), y el Pentágono, y es en donde se toman las decisiones “duras” y se establecen los lineamientos de base, y que se expresarían en las diez recomendaciones políticas que resume John Williamson en el denominado “Consenso de Washington.[2]

Las políticas de las corporaciones transnacionales y de los estados imperialistas están enfocadas, fundamentalmente, hacia la intensificación del consumo y la ganancia; entonces los organismos financieros y monetarios ordenan los planes de “desarrollo” económico, las reformas a las estructuras económicas y jurídicas de los Estados, necesarios para expandir sus mercados y sus zonas de influencia militar, para expoliar los recursos de un país o de regiones enteras del mundo, lo que han llamado Terapia de Shock o Ajuste Estructural y Macrofiscal[3], que ya no es principalmente por la ganancia directa de las mercancías, sino por la especulación financiera, especialmente mediante el chantaje de la deuda pública y privada externa e interna a nuestros países.

Ya vimos quienes definen las políticas y destinos de los países programando y controlando el saqueo y el dominio económico, político, militar y cultural a los pueblos del mundo, legitimando sus políticas intervencionistas y sus atrocidades a través de organismos como la ONU con todas sus dependencias, la OEA, el Banco Mundial, el FMI, el BID, la OMC con sus tribunales internacionales y patentes, la OTAN con sus ejércitos multinacionales invasores, la Agencia Internacional para la Energía Atómica AIEA, (manipulada por el único genocida nuclear), la Corte Penal Internacional CPI, toda la institucionalidad del verdadero poder capitalista mundial que anula la democracia liberal y la autonomía de los Estados.

Las 37 mil firmas más grandes en el mundo, controlan las 2/3 partes de la producción mundial y el 40 por ciento de los intercambios comerciales. Por si fuera poco, 370 firmas financieras de esas 37 mil, es decir, el 1 por ciento de ellas, controlan el 50 por ciento de los activos financieros. Cincuenta bancos manejan la mayoría de las transacciones diarias (US$ 1.400 millones), y controlan el 90 por ciento de las transacciones sobre productos derivados.(Mejía)

El poder mafioso del capitalismo está en el sistema financiero mundial, en grupos como el G8, el G20, el Foro Económico Mundial la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en la cual el presidente Santosinscribióal país; pero además de estas organizaciones internacionales, existen otros círculos transnacionales más cerrados pero más poderosos, que desarrollan actividades clandestinas, como el Club Bilderberg, uno de los más poderosos del mundo, que cuenta con un instituto de investigación científica especializado en comportamiento humano y manipulación mental (Instituto Tavistock de Comportamiento Humano), integrado por los más grandes empresarios de transnacionales, jefes de estado, reyes y reinas, en su mayoría europeos y norteamericanos, quienes además integran las juntas directivas de los llamados organismos “Multilaterales” financieros, comerciales, políticos y militares;  muchos de sus integrantes son conservadores, liberales, socialdemócratas, hasta “socialistas”, todos inmensamente ricos. Estos señores y señoras planean y ordenan las estrategias económicas, militares y culturales para todo el mundo (como la desintegración de Yugoslavia, la destrucción de Irak, de Libia, Siria, Palestina y Yemen); controlan organismos como la ONU y la OTAN, están en la OMC en el FMI, dirigen el BM. Ellos definen las áreas científicas y tecnológicas a desarrollar; controlan sectores como los medios de desinformación y comunicación, de entretenimiento(televisión, cine, música, Internet, prensa), la producción y distribución de armas, la producción petrolera, la farmacéutica, el tráfico mundial de narcóticos, hasta la pornografía.

En 1954, muchos de los hombres más poderosos del mundo se reunieron por primera vez bajo el patrocinio de la familia real de Holanda y la familia Rockefeller en el lujoso Hotel Bilderberg, en la pequeña población de Ooesterbeck. Durante un fin de semana debatieron sobre el futuro del mundo. Al acabar las sesiones, decidieron reunirse todos los años con el fin de intercambiar ideas y analizar la evolución internacional. Se bautizaron a sí mismos como Club Bilderberg y, desde entonces, año tras año se reúnen durante un fin de semana en algún hotel del mundo para decidir el futuro de la humanidad. Entre los miembros actuales de este selecto club se encuentran Bill Clinton, Paul Wolfowitz, Henry Kissinger, David Rockefeller, ÁngelaMerkel, Jacques Chirac, Donald Rumsfeld, Tony Blair y George Soros, además de muchos otros jefes de gobierno, empresarios, políticos, banqueros, periodistas y españoles de primer nivel como Rodrigo Rato, Matías Rodríguez Inciarte, Juan Luis Cebrián, Joaquín Almudia, Pedro Solbes, Loyola de Palacio, Joseph Borrell, Jaime Carvajal de Urquijo y Javier Solana.”(Estulin)

“¿Por qué nadie cubre las reuniones del Club Bilderberg, a pesar de que a ellas asisten regularmente los presidentes de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional, el banco Mundial, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, presidentes de las empresas más poderosas del mundo como DaimlerChrysler, Coca Cola, PepsiCo, Ford, General Motors, Novartis, AstraZeneca, British Petroleum, Shell, Chase Manhattan Bank, UBS Warburg, Soros Fund Management, KissingerAssociates, Nokia, Motorola, Ericsson, American Express, France Telecom, German Telecom, British Telecom, Goldman Sachs, LazardFrères, Deutsche Bank, JP Morgan, Xerox, Microsoft, Oracle, EADS, secretarios de Defensa y vicepresidentes de Estados Unidos, representantes de comités nacionales democráticos y republicanos estadounidenses, directores de la CIA y del FBI, secretarios generales de la OTAN, todos los comisarios europeos, senadores y congresistas estadounidenses, primeros ministros europeos y líderes de los partidos de la oposición, gobernadores de todos los bancos centrales de todos los países europeos, los principales editores y los directores de los periódicos más importantes del mundo? (Estulin)

No importa cómo se genera la riqueza, legal o ilegalmente, con la violencia o con el engaño, siempre se legitima por los estamentos legislativos de los Estados, por algo entre las actividades más lucrativas a nivel internacional están la banca, el comercio a gran escala, la exportación de capitales, el tráfico de armas, el narcotráfico, el contrabando, incluido el tráfico de fuerza de trabajo de los países empobrecidos (migraciones que se multiplican día tras día de África hacia Europa, deLatinoamérica hacia Norteamérica, de Asia hacia Europa, formas de exportación y explotación clandestina de mano de obra esclava), del que también somos víctimas las y los colombianos, la expropiación de bienes naturales y energéticos y la corrupción, que violan las soberanías de los países periféricos, acciones promovidas por las Corporaciones Transnacionales a través de convenios y TLC, los contratos de infraestructura y megaobras que aprueban los congresos y gobiernos obedientes de nuestros países; actividades que las instituciones “multilaterales”, las mafias bancarias y financieras, los medios y la ley del mercado ordenan.

Los planes de dominación, los modelos económicos de los capitalistas no se dan espontáneamente ni sin una sustentación teórica, incluso académica (cooptan y contratan a teóricos, intelectuales, especialistas “prestigiosos” de las ciencias sociales  -los TinkTank- para que inventen teorías y diseñen planes estratégicos) que venzan y convenzan a amigos y enemigos sobre la necesidad de su ejecución; pero sobre todo, con un consenso entre los más grandes capitalistas para ejecutarlos en tiempos y espacios predeterminados, pero que pagan los pueblos y realizan los Estados siervos, supervisados por esas instituciones “multilaterales”, dándole forma a una estructura ideológica que para ellos es la supremacía de la economía sobre todas las condiciones humanas. Este es el caso del proyecto de la Sociedad del Monte Peregrino que sumió a la humanidad y a la madre tierra en la peor catástrofe de los últimos 2000 años. El proyecto neoliberal fue diseñado y promovido por el economista austríaco Friedrich Hayek, «premio Nobel» de economía en 1974. “Su antecedente más importante fue el Coloquio Walter Lippman realizado en París en 1939. La preocupación central de este Coloquio fue la crisis del pensamiento liberal ante el avance de las ideas socialistas y los resultados económicos de la planificación económica.(Dávalos, 2013).

Marco Raúl Mejía nombra a algunos de los intelectuales que han participado en la formulación de este plan macabro en contra de los pueblos y en defensa del mercado

Este grupo obtiene carta de ciudadanía en 1947 durante una reunión realizada en Suiza a la que asistieron entre otros, Milton Friedman, Karl Popper, Lionel Robbins, Ludwig Van Mises, Walter Eupken, Walter Lipman, Michael Pollanyi y Salvador de Madariaga[4] y en la que fundan la sociedad de MontPelerin. Sus planteamientos atacan el supuesto igualitarismo promovido por el Estado de Bienestar, arguyendo que destruye la libertad política, la libertad de los ciudadanos y la vitalidad de la concurrencia, de las cuales depende la prosperidad de todos. Es así como postulan que la desigualdad es un valor positivo que debe promoverse.[5]

En los procesos de emancipación de nuestros pueblos, de construcción de nuestro bien vivir o el socialismo, éticamente no podemos aceptar ayudas, planes de desarrollo ni asesorías políticas ni financieras de organismos transnacionales depredadores, ni de sus ONG, ni de sus instituciones, ni de los estados imperialistas que históricamente nos han despojado de nuestras riquezas y de nuestra felicidad, así vengan con etiqueta de ayuda internacional humanitaria o filantropía, con planes de desarrollo. Solo dos ejemplos en el mundo bastan para entender el carácter de clase de esas instituciones globales: el problema palestino, del que todo el mundo ve y repudia la ignominia del Estado sionista de Israel, que permanentemente agrede (además de invadirlo violentamente desde 1948 y amenazar a los demás vecinos de la región) a este pueblo quitándole sus recursos naturales, el agua, su agricultura, su territorio, destruyendo sus viviendas, esclavizando su fuerza de trabajo, arrasando sus ciudades y sus vidas con misiles y bombas de fósforo blanco, manteniendo a la población aterrorizada y vigilada en un gigantesco panóptico. Esta situación es denunciada por el gobierno palestino y por los humanistas del mundo como crímenes de guerra y de lesa humanidad, como la violación a todos los derechos humanos, al derecho internacional humanitario y al derecho de los pueblos a la autodeterminación, en todas las instancias internacionales (ante todas las dependencias de la ONU, la CPI) en todos los foros; aunque existen muchas resoluciones de la ONU que condenan estas acciones, esas instituciones al servicio del gran capital sionista (controlador del sistema financiero mundial y de los grandes medios de desinformación y propaganda) nunca han podido frenar la agresión porque el imperialismo norteamericano y europeo y los gobiernos siervos de estos, incluidos los Emiratos, Qatar Arabia Saudita y Turquía, defienden al Estado fascista de Israel y son conniventes con el Estado Islámico, al que arman, entrenan y sostienen hipócritamente las potencias Occidentales.

El otro ejemplo es Haití, pueblo negro que cometió el más horrendo crimen contra el capitalismo: liberarse de la esclavitud y del colonialismo  antes que el resto de América Latina, desde entonces los EE.UU. lo han invadido y sometido con la violencia y el chantaje económico de las instituciones “multilaterales” capitalistas (BID, FMI, BM, OMC) apoyándose en la oligarquía apátrida local, destruyendo su base alimentaria, aprovechando hasta las tragedias naturales para intervenir militarmente, reprimir y mantener en la absoluta miseria a este heroico pueblo, sumergido en el estanque neocolonial; pues cuando el terremoto, mientras Venezuela y Cuba mandaron alimentos, médicos y medicinas, EE.UU. desembarcó marines para reprimir y controlar a la población. Dividir, corromper, estigmatizar y aterrorizar, toda una estrategia de dominación siempre utilizada por los imperios para quitarles a los pueblos sus riquezas y su bienestar.

En cualquier proyecto de soberanía nacional, de autodeterminación popular, es necesario romper los lazos de dependencia política, económica y cultural con los Estados hegemónicos e instituciones “multilaterales” imperialistas, sean financieras, económicas, de asistencia social, técnica y o culturales (estatales u ONG), estrechando los lazos de fraternidad, cooperación, solidaridad, reciprocidad e intercambio (economía de equivalencias y mercado justo) con los pueblos y países hermanos, y con los respetuosos de esta autodeterminación. Es imposible recibir de los verdugos una migaja de pan envenenado, convirtiéndonos en cómplices de nuestra desposesión y esclavitud, como sería que por piedad o por amor nos soltaran las cadenas –en el capitalismo nada es gratis- será la solidaridad, la fraternidad y la confianza de los pueblos latinoamericanos y caribeño y del mundo, el sostén y la fuente de nuestro crecimiento humano, de nuestro bien vivir o nuestro socialismo.

Gonzalo Salazar, julio 18 de 2018

[1]Dónde está hoy el poder en el mundo|Por Leonardo Boff / Alainet| publicado en la  Revista  de expresión cultural El salmón, domingo, octubre 30, 2016

[2]Pablo Dávalos –La democracia disciplinaria –El proyecto postneoliberal para América Latina– ediciones desde abajo–Bogotá D. C. 2011

[3]Ibíd.

[4] Anderson, Perry. “Balance do neoliberalismo”. En: Pos-neoliberalismo. As Políticas Sociais e o Estado Democrático. Emir Sader, organizador. Sao Paulo, Paz e Terra, 1995, p. 10.

[5]Mejía Marco Raúl – Educación en las globalizaciones 1 Ediciones desde abajo

El papel del estado en la muerte de los líderes sociales en Colombia

Por: Ricardo Robledo

En sus obras “Sobre el estado” y “El estado y la revolución”, Lenin deja claro como este es el mecanismo por medio del cual las clases dominantes oprimen a las clases explotadas. No puede haberlo definido mejor un uribista admirador del paramilitarismo, al referirse a la muerte de los líderes populares, con orgullo en su voz: ”eso es Duque actuando, esta ya no es la falsa paz de Santos”. Al que esperaba algo diferente de este tipo de gobiernos, se le recomienda la lectura de estos libros.

Ante estos crímenes, el gobierno ha anunciado que va a activar los mecanismos de protección a personas amenazadas. En el programa radial de Caracol de la mañana, dirigido por Darío Arizmendi –el mismo de Panama papers- justifican, con cierto regocijo, que en el país hay muchas personas para proteger, como banqueros, industriales, políticos, que suman más de 7.000 y que no alcanzan los recursos para cubrir a todos los que están en riesgo, siguiendo una perversa ecuación según la cual, la vida de unos cuantos potentados es mayor que la vida de miles de campesinos y ciudadanos. Esa es la expresión de su nula concepción humanista.

En uno y otro caso, ni una palabra seria de repudio, de condena o de investigación. La posición gubernamental es como si se tuviera una tubería rota y la medida es anunciar que se van a comprar muchos recipientes para recoger el reguero. En el fondo, prometen actuar ante las consecuencias, pero no sobre las causas. Con la profundización en las indagaciones o el salirse por las ramas, se colocan en evidencia.

Se acuñan nuevas palabras, como “las masacres de baja intensidad”; las que se ejecutan en Colombia contra la izquierda, son muy parecidas a las que afectan al heroico pueblo palestino, nadie en el mundo podrá impedirlas. Excepto por lo que está claro: sólo el pueblo salva al pueblo.

Si se entiende que el estado es un mecanismo de la lucha de clases, se comprenderá que el gobierno uribista va a beneficiar a quienes lo impusieron. De ahí la importancia de la desobediencia civil en la búsqueda e implementación de un gobierno propio, en el que se constituyan todas las instituciones autónomas necesarias para que vayan administrando a favor del pueblo por la soberanía nacional y la fraternidad regional y mundial. Romper el cerco a Venezuela es un deber para el que no hay que esperar a que la oligarquía dé el permiso.

Por esto va quedando claro que la alternativa a la guerra no es la paz, es la revolución. La paz no es una concesión de la oligarquía o de la mafia; es una necesidad del pueblo colombiano y de los pueblos del mundo. No hay que esperar a que las clases gobernantes digan cuando dan la autorización, cómo se hará y cuál es su alcance.

La izquierda y el pueblo colombiano deben dejar atrás su obediencia secular a la oligarquía y superar su honesta ingenuidad política que se queda en denuncias, tal vez esperando conmover con argumentos, el corazón de los opresores. Ellos sólo entienden un lenguaje: el de sus intereses económicos. En la sociedad de clases, la razón no da el poder, este lo ejerce el que tiene la fuerza para imponer su razón.

En la sociedad de clases, como la colombiana, la democracia del opresor sólo sirve para dar discursos en la ONU, en las fechas nacionales o en los actos oficiales.

Julio 14 de 2018

Tercerización de sicarios: empresarios y políticos los contratan para matar lideres populares

Colombia sigue a la derecha

Padre Ramiro Arango Escobar

Un sabio anarquista peruano del Siglo XIX

Por: Ricardo Robledo

Manuel González Prada nació en Lima en 1844 y murió allí mismo en 1918. Tuvo la oportunidad de viajar a Europa en donde recibió la influencia de los anarquistas, especialmente de los rusos Piotr Kropotkin y Mijail Bakunin. De este último asume los conceptos de patria como “refugio de los cobardes y del patriotismo como culto sacerdotal al estado”:

“El Estado…es el altar donde la libertad real y el bienestar de los pueblos se inmolan a la grandeza política, y cuanto más completa es esta inmolación, más perfecto es el Estado.”

Interesantes posiciones incomprendidas y muy adelantadas para su época y que aún ahora llaman a impulsar la ruptura epistemológica que tiene pendiente la izquierda con la ideología burguesa.

Si socialmente por anarquismo se entiende caos y si son anarquistas los escritos libertarios del peruano, se puede aceptar una de las interpretaciones,  pero no las dos a la vez. Fue un antiautoritario, crítico de la obediencia ciega a la derecha o a la izquierda y de la represión proveniente de cualquiera de ellas. Tal vez por los dogmatismos dominantes durante el siglo XX, fue despreciado y reducido al anarquismo, asumido como ausencia de gobernabilidad. Debió afectar las mentes sectarias con este tipo de comentarios tan abiertos con los que se llama a romper con la reproducción ideológica del poder opresor sobre las personas: ”El hombre verdaderamente bueno y libre no pretende mandar ni quiere obedecer: como no acepta la humillación de reconocer amos ni señores, rechaza la iniquidad de poseer esclavos y siervos”

Llaman a reflexionar mucho acerca del humanismo marxista y de los múltiples sujetos sociales, pensamientos como: “Para el verdadero anarquista no hay, pues, una simple cuestión obrera, sino un vastísimo problema social; no una guerra de antropófagos entre clases y clases, sino un generoso trabajo de emancipación humana”.

Cultor puro del ideal comunista de la fraternidad mundial: ”Nada tan hermoso como derribar fronteras y destruir el sentimiento egoísta de las nacionalidades para hacer de la Tierra un solo pueblo y de la humanidad una sola familia”

Pensador cauto que da valor a lo simple: “La verdadera filosofía consiste en dudar”. Sentencia que difiere mucho de lo incompleta, académica y compleja que se presenta esta categoría a las personas.

Es acertado afirmar que uno de los principales problemas –si no el más- de los revolucionarios, es la falta de estudio filosófico; en esto González Prada coincide con Hegel al concluir que: “Inútil repetir que la revolución en el terreno de las ideas precede a la revolución en el campo de los hechos. No se recoge sin haber sembrado ni se conquistan adeptos sin haberles convencido. Antes que el mártir, el apóstol; antes que el convencional, el enciclopedista; antes que la barricada, el mitin o el club. Al intentar reformas radicales sin haberlas predicado, se corre el peligro de no tener colaboradores y carecer de fuerza para dominar las reacciones inevitables y poderosas. Todo avance impremeditado obliga a retroceder. “Una sola cosa vale –decía Ibsen- : revolucionar la almas””. Esa fue también la enseñanza que nos dejó Lenin con sus cuadernos filosóficos, como medida para enfrentar las circunstancias ideológicas adversas de las luchas revolucionarias del segundo decenio del Siglo XX y del desconcierto, cuando los revolucionarios alemanes decidieron apoyar a la burguesía en la Primera Guerra Mundial imperialista.

La filosofía y la ideología deben ser motivo de estudio y de asimilación: “Porque no basta adoptar a la ligera una convicción, llevándola a flor de piel, como objeto de exhibición y lujo: se necesita acariciarla, ponerla en el corazón y unirla con lo más íntimo del ser, hasta convertirla en carne de nuestra carne, en vida de  nuestra vida”. Es así como se va rompiendo con la sociedad burguesa y es por la asimilación de esta causa que muchos han ofrendado sus vidas. Gloria eterna a los luchadores de todas las épocas y lugares.

Es importante la pureza ideológica porque: “El proletario mismo, si lograra monopolizar el triunfo y disponer de la fuerza, se convertiría en burgués, como el burgués adinerado sueña en elevarse a noble. Subsistiría el mismo orden social con el mero cambio de personas: nuevo rebaño con nuevos pastores.

Y la Humanidad no quiere pastores o guías, sino faros, antorchas o postes señaladores del camino; y esos postes, esas antorchas y esos faros deben salir de las multitudes mismas, rejuvenecidas y curadas de sus errores seculares:”

Sabias advertencias del pensador. Ya Marx los había dicho: “se reproduce la misma porquería”. Este es uno de los tantos peligros que enfrentan las revoluciones. La historia ha enseñado cómo en los países del llamado socialismo real, se reprodujo el capitalismo de estado. Ser consecuentes y transformar las relaciones de producción son factores claves para medir el avance de los seres humanos en su camino por la libertad, la seguridad, la confianza en el futuro, la esperanza y la felicidad.

Pero hay que saber elegir los caminos y entender sus particularidades y limitaciones, porque: “Cada día se reduce más el número de ilusos que de un parlamento aguardan la felicidad pública”. Ya en el párrafo anterior está implícita la desobediencia civil y la construcción del poder popular por fuera de las instituciones gubernamentales de la burguesía.

Por eso es que habla así de la heroica Comuna de París: “Sus hombres, por más temibles y destructores que parecieran a los vecinos honrados, sentían hacia las instituciones burguesas y hacia la propiedad un respeto verdaderamente burgués”. Difícil romper con las ataduras ideológicas. Un reto que se impone a las nuevas generaciones de luchadores.

González Prada es un autor que debe ser estudiado por todos los revolucionarios.

(La notas en comillas fueron extractadas de su libro “Anarquía” y del prólogo escrito por su editor, Lutxo Rodríguez)

Julio 08 de 2018

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La condena derechista del asesinato de líderes sociales en Colombia: el perro tras su cola

Por: Ricardo Robledo

Las declaraciones dadas en Estados Unidos por el señor Iván Duque condenando el asesinato de líderes sociales en Colombia, parecen como las carreras de un perro persiguiéndose su cola. Es un demagogo que habla para no desentonar con las palabras de repudio de tales homicidios, emitidas por los senadores demócratas de ese país y a la vez evitarse un regaño de éstos, sus superiores. La diferencia está en que en este caso sabe que sí es su cola y que si la alcanza, se va a hacer daño y que le va a doler.

No basta con que lance discursos de rechazo, se trata de que actúe y nombre un fiscal general que aplique la ley, tal como se lo exige la constitución, que es el Contrato Social efectuado con los ciudadanos para recibir la protección del estado, como debe ser en una sociedad de derecho.

Durante la campaña electoral, los grupos paramilitares anunciaron que de darse un triunfo de la derecha, iban perseguir hasta la muerte a todo el que pueda ser considerado como de izquierda. Obrando dentro de su lógica, se han incrementado las amenazas, los desplazamientos y muertes de líderes populares.

Es contradictorio que un país como Estados Unidos que dice defender la democracia y condenar el narcotráfico, reciba como presidente a una persona elegida dudosamente con el respaldo de narcotraficantes y de los llamados grupos de “limpieza social”.

Mientras los engañosos medios de comunicación publicitan en todo el orbe la crisis humanitaria impulsada en Venezuela, la hambruna, la corrupción y la sangre corren por Colombia. El respeto por la vida, tiene un carácter político manipulable que se valora si conviene o no, al interés de quienes detentan el poder.

En la época de la colonización, al no estar bautizados, los indígenas y negros carecían de alma; al no ser cristianos, tampoco eran humanos y podían ser explotados, maltratados y asesinados. Pero tal trato discriminatorio, no es cosa del pasado; en la actualidad todo opositor puede ser catalogado de comunista, por lo tanto es terrorista, narcotraficante, ateo y debe ser perseguido hasta la muerte con aprobación social; esto es lo que promueven en el país los que ven amenazados sus intereses económicos. Todos conocen los métodos de la mafia cuando se trata de defender sus posesiones. El capitalismo chorrea sangre por los poros, según ha expresado con acierto Carlos Marx. Colombia no es la excepción. Ya se hizo una bondadosa negociación de paz que no puede ser aprovechada en forma cobarde por sus contradictores. Que cese la maldad contra el pueblo es la exigencia de los humanistas.

Julio 7 de 2018

De Crisis En Crisis, Despojando, Acumulando

Por: Gonzalo Salazar

El capitalismo siempre ha querido que el mundo marche al ritmo acelerado de sus máquinas, que los trabajadores produzcan y la sociedad consuma en la forma en que crece su avaricia por la ganancia, sin medida ni descanso, pero la realidad es que las crisis económicas con ciclos cada vez más cortos, son su esencia genética que le permite renovarse y mantener su poder, pues posibilitan la acumulación por explotación a los trabajadores y por la expropiación violenta de los recursos naturales y materias primas en forma geométrica, agotando las capacidades de recuperación del planeta y de la  humanidad mediante nuevos modelos económicos cada vez más agresivos, conduciendo al primero a un globo desierto y oscuro y a la otra a la locura, la pobreza y la involución.

Durante la primera mitad del siglo XX Estados Unidos invadió Centroamérica (Panamá, Guatemala, Nicaragua El Salvador) y el Caribe, para fortalecer su posición geopolítica y geoestratégica en la región y apropiarse de minerales, hidrocarburos, alimentos y materias primas. Después de la crisis de los 30 (la gran depresión), la más grande del siglo pasado, el capitalismo continuó generando crisis en sus metrópolis -y competencia violenta entre sus ejes de poder- trasladándolas a los pueblos de la periferia, siempre “solucionándolas” con nuevos conflictos regionales en Asia, África y América Latina, con genocidios y ocupaciones de territorios por el imperialismo europeo y norteamericano; en Centroamérica, con asesinatos de líderes demócratas reformistas y revolucionarios, utilizando la estrategia de tierra arrasada, imponiendo dictaduras civiles y militares dirigidas desde Washington, que garantizaron el sometimiento y el despojo a los pueblos; usando como pantalla la competencia con la URSS y la “lucha contra el comunismo”, aislando y chantajeando a Cuba, (en lo que denominó Guerra Fría) sumiendo a nuestros pueblos en la pobreza y el atraso, mientras el crecimiento económico y el desarrollo tecnológico de los EE.UU. requiere de inmensas cantidades de materias primas, minerales y combustibles de origen fósil, para lo que implementan planes económicos y militares estratégicos contra la dignidad, la autonomía y la resistencia de los pueblos, (expresiones legítimas llamadas hoy terrorismo); planes estratégicos que incluyen ajustes estructurales y supuestas “ayudas” que se presentan como Cooperación Internacional al Desarrollo, pero que son el sustento de la deuda externa (multiplicada a la enésima en los 80) y base de la actual política neoliberal intervencionista con acometida extractivista.

En el contexto de la Guerra Fría el desarrollo tecnológico del capitalismo se extiende al oriente, apoyado por USA, inicialmente a Japón, después de la segunda guerra mundial, luego se continúan configurando algunos polos llamados “Tigres Asiáticos” en los 60-80 del siglo pasado, -Hong Kong, Singapur, Corea del Sur, Taiwán- pequeñas islas de desarrollo tecnológico, industrial, cibernético que alcanzanavances en algunas tecnologías de punta (automotriz, equipos electrónicos, robótica, TIC), infraestructura y financiero; en algunos casos supuestamente omitiendo órdenes y recomendaciones  de los organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial) para sus economías, como Corea del Sur. Este experimento realmente fue una geoestrategia-geopolítica diseñada por EE.UU. –en el que algunas transnacionales norteamericanas invirtieron grandes capitales- en Asia para restarle poder económico y político a China y al llamado Socialismo Real, que posteriormente con las intervenciones en Afganistán, Irán, Georgia y últimamente Ucrania, de lo que se ha tratado es de levantar un muro militar-nuclear,  comercial terrestre y marítimo de miles de kilómetros alrededor de China y Rusia, última o nueva versión de la Guerra Fría, que se concreta en el Medio Oriente, Afganistán y Corea del Norte. Esas nuevas economías se han sostenido con elevados índices de crecimiento en el PIB y en las exportaciones, como expresión de la globalización neoliberal, pero que realmente empobrecen a sus pueblos y esclavizan a sus trabajadores. El capital en su fase globalizadora imprime una dinámica de acumulación por despojo y exterminio  con la expansión de los mercados, introduciendo inversión financiera, transfiriendo tecnologías a algunos países del llamado tercer mundo, con capitales volátiles, en maquilas y commódities, igualmente movilizando inmensos capitales (la mayor parte por pago de capital y servicio de la deuda externa) desde las periferias hacia los centros de acumulación imperialistas.

Después de la crisis del 73 del siglo pasado, con el movimiento de globalización y la aplicación del modelo Neoliberal, apoyados en la revolución técnico-científica, la crisis petrolera y la monopolización del sector financiero, el panorama político, económico y militar cambia de la bipolaridad USA-URSS (mantenida de común acuerdo con reparto de zonas de influencia del planeta hasta el fin de la Guerra Fría; evidenciada en la crisis de los misiles en Cuba) con la desintegración del campo socialista en la Europa Oriental tras la disolución de la Unión Soviética (1989) y la caída del muro de Berlín, a la unipolaridad de los Estados Unidos, llevando al inicio del fin del Estado benefactor, a la transnacionalización del capital norteamericano-europeo y al fortalecimiento de los enclaves asiáticos, (Japón, Taiwán, Corea del sur, Singapur, Vietnam) al traslado de sus plantas de producción industrial y manufacturera a países del sur y el oriente, aprovechando las condiciones o ventajas comparativas, económicas, sociales y legales de explotación de mano de obra,ordenadas por los organismos financieros y comerciales transnacionales, (desmonte de garantías laborales, bajos salarios, recortes en seguridad social), formación técnica en corto tiempo, reducción en impuestos y aduanas para la inversión extranjera en áreas o zonas francas o “económicas especiales” para instalar maquilas; facilidad legal para explotar cualquier recurso natural, con seguridad financiera y militar, todo dentro de lo que llamaron la globalización neoliberal, que empezó con las aperturas económicas y el ingreso de los emergentes China e India al mercado global con la producción y masificación de nuevas tecnologías (TIC de uso individual), y continuó en los 90 en América Latina con el ALCA -que fracasó ante la oposición beligerante de los pueblos y la propuesta progresista de la ALBA-, con los TLC, la iniciativa de la Américas, el Plan Colombia, Plan Puebla-Panamá, IIRSA y otros planes que hoy  tratan de implementar como la Alianza Pacífico –integrada por los países siervos del imperio: México, Perú, Chile, Colombia, promovida por USA como oposición a los bloques Mercosur, Alba, y a la posible integración regional de UNASUR, pero también para impedir la expansión comercial de China en el continente.

Esta iniciativa –Alianza Pacífico- es parte de un plan mucho más amplio que trata de concretar USA en el Pacífico, pretende quitarle mercados y protagonismo a la ASEAN, (que agrupa a 16 países, en el que participan China y Japón) en el sudeste asiático, denominada Asociación Transpacífico ATP, pero que su sigla en inglés es TTP. En este organismo participan 12 países (Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Brunéi, Estados Unidos, Malasia, Japón, Singapur, Vietnam, Perú, Chile y México) sus primeras negociaciones iniciaron en 2004; puede ser la zona de libre comercio más grande Asia-América en el Pacífico. Sus países integrantes suman el 35% del PIB mundial. Este Acuerdo de Asociación Transpacífico es tomado por algunos como el símbolo de la proliferación de acuerdos regionales en detrimento del supuesto multilateralismo de la Organización Mundial del comercio OMC, (integrada esta por 159 países). La última reunión ministerial del TTP se realizó en Singapur en diciembre de 2013, casi simultánea a otra reunión de la OMC realizada en la isla indonesia de Bali, en la que también setrató de reactivar un ambicioso programa de liberalización comercial mundial, lanzado en Doha en 2001. Como complemento de su geoestrategia en Europa, EE.UUgestiona un TLC denominado Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión ATCI (su sigla inglés es TTIP) pretendiendo aislar a Rusia y China con la eurozona, Estos tratados contienen los mismos temas y condiciones de lo que fuera el ALCA, con un gran radio de acción, con más radicalidad e inmensos beneficios para las transnacionales norteamericanas. Pero los europeos empiezan a mirar hacia el oriente, que viene estructurando la nueva Ruta de la Seda, empezando con Inglaterra, a pesar de su Brexit.

Los países emergentes –cuyas economías adquieren una fuerte presencia a nivel mundial a partir de los 90- no pueden trascender el concepto de progreso occidental, -China, India, Brasil, Rusia, Sudáfrica- al contrario, se apoyan en el modelo neoliberal extractivista a través del desarrollo industrial con importaciones  de materias primas y exportaciones de productos tecnológicos, expandiendo las capacidades de sus  bancos, multinacionales y transnacionales, para lograr su alto crecimiento económico, porque sus ambiciones están en convertirse en sub-imperios regionales en un inmenso mar de explotación y miseria que pasa de los 3000 millones de personas; ninguno de ellos pretende destruir el capitalismo ni al imperialismo, incluso algunos regresan del capitalismo de estado (Rusia, China) del entonces socialismo real, al capitalismo extractivista neocolonial, modelo que les permite llegar a los países de la periferia donde están las fuentes de materias primas para su producción  industrial y la construcción de sus infraestructuras y, por consiguiente, los mercados para sus productos. En este sentido China creó en 2014 el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura BAII, en el que participan 57 países, la mayoría de Asia (34) 18 europeos, 2 de Oceanía, 2 africanos y Brasil, algunos de la órbita imperialista norteamericana como Australia. Inicia con un fondo base de 100.000 millones de dólares; pero también los BRICS crearon el Banco Nuevo de Desarrollo con más 100.000 millones de dólares en el que China aporta el 41%, Brasil 18.000 millones, Rusia 18.000 millones, India 18.000 millones y Sudáfrica 5.000 millones de dólares[1]. Toda una estructura económica y financiera para competir con el imperialismo norteamericano.

Sin embargo, en la disputa por protagonismo y hegemonía entre USA y China, el primero, como se preveía, trata de devolver el golpe creando una crisis de las bolsas, generando devaluaciones, estimulando la corrupción, manipulando los precios del petróleo, intentando desestabilizar los países de la periferia donde ha incursionado comercialmente China, aprovechando la recesión y la desaceleración en el crecimiento de ésta. Esto no es suficiente para el imperialismo occidental en su agonía, pues en 2018 USA inicia una guerra comercial contra China -incluso contra sus propios aliados como la UE México y Canadá- tratando de enfrentar a estos con el gigante asiático y Rusia. Toda una estrategia que incluye aislar, frenar y someter a los emergentes y “progresistas”, que se concreta en América Latina en golpes lentos, mediáticos e institucionales (parlamento, justicia) aplicados en Venezuela, Argentina y Brasil, como lo venía haciendo en Honduras y Paraguay, como lo pretende con Bolivia y Ecuador, incluso con Chile, su aliado, para mantenerlos en el redil del BM y el FMI con el extractivismo y la deuda.

En este movimiento de capitales, de distribución de mercados, de aprovisionamiento tecnológico y militar, se da lo que algunos denominan “multipolaridad”, que no es más que la relocalización del capitalismo globalizado, configurando nuevas geopolíticas y geoestrategias para diferentes regiones del mundo, desarrollo en el cual los EE.UU. pierden un poco de protagonismo político y comercial, del que son beneficiarios los emergentes o BRICS, especialmente China –que junto a Rusia realmente no son emergentes- que con su dinámica productiva y comercial superará a USA en 10 años, por lo menos económica y comercialmente. Lo que es significativo sobre el rumbo del capitalismo es su fortalecimiento en neoemergentes no BRICS como Indonesia y Vietnam en Asia, Nigeria y Egipto en África, y México, según los supuestos de Goldman Sachs, en los que incluye la mayor parte del sudeste asiático.

Los ensayos progresistas en Suramérica también contribuyen a recuperar estratégicamente al capitalismo, (así no lo crean sus dirigentes), pues estos intentos no trascienden los parámetros del capitalismo, no rompen la dependencia política y económica con Europa  y Estados Unidos, ni impiden la injerencia extractivista de los emergentes, sino que mantienen intactas las estructuras económicas y sociales, aplicando el modelo liberal-extractivista de “desarrollo”, volviendo a la dependencia de las instituciones financieras (BID, BM, FMI) y de Rusia y China con el endeudamiento de sus países, y al neocolonialismo de las transnacionales extractivistas occidentales y asiáticas,  recuperando el paradigma de crecimiento económico, asumiendo el concepto de desarrollo occidental como única alternativa que esos gobiernos ven para salir de la pobreza, el atraso y la desigualdad social. La descolonización cultural e intelectual, la autonomía popular, el respeto a la madre tierra  y a los pueblos originarios se han quedado en el discurso, en el papel de sus Constituciones, en los sueños de los humanistas.

Esta actitud de los progresistas se vio fortalecida con la promesa de integración regional, en la construcción de infraestructura para producción de energía, de transporte y comunicación (marítima, aeronáutica, terrestre y las telecomunicaciones) en el intento de industrialización primaria, y en el paternalismo asistencialista con mejor reparto de la renta extractivista en la lucha contra la pobreza extrema, aumentando y fortaleciendo una clase media con más capacidad de consumo, no haciendo reformas estructurales, cuando se debería repartir la riqueza de quienes la han usurpado, concentrado y dilapidado, realizando reformas agrarias democráticas, fortaleciendo la soberanía agroalimentaria, cediendo y reconociendo autonomía a los pueblos originarios y a las comunidades organizadas de la ciudad y del campo, sobre sus bienes naturales y culturales  y sus territorios comunes (sin que esto implique dividir los países, como pretendían algunos capitalistas en Bolivia utilizando las instituciones burguesas); en una sociedad democrática, justa y solidaria no puede haber mucha riqueza concentrada en pocas manos, ni pobreza en ninguna comunidad.

Simultáneamente a las crisis del capital se generan crisis y auges revolucionarios, convulsiones sociales que renuevan las conciencias, trayendo nuevas formas de ver al mundo, nuevas propuestas para transformar a las personas y a la sociedad, nuevos movimientos de liberación con nuevos  sujetos en todos los rincones del planeta, que se suman a los que se venían dando después de la segunda guerra mundial en Europa (Alemania Oriental, y Hungría en los 50, primero contra el capitalismo de Estado), y luego en África y América Latina; esto es lo que sucedió en los 60 del s. XX desde la revolución cubana, una gran movilización social liberadora en África (Argelia, Congo, Angola, Mozambique); en Europa con el mayo del 68 que incluye la heroica lucha de los pueblos  Checoslovacos contra el capitalismo de Estado, y el cuestionamiento por la juventud y los trabajadores europeos, de las estructuras y los paradigmas del capitalismo, desde la explotación capitalista pasando por el arte, la educación, la paz, hasta la liberación femenina, que también fueron motivos de movilización en EE.UU. por los trabajadores y la juventud en la lucha por los derechos civiles, contra la guerra y el racismo. En Asia las expresiones más significativas: la guerra popular de liberación nacional y por el socialismo en Laos, Camboya Corea y Vietnam, derrotan al imperialismo, mientras en China se vive una revolución cultural que también arrasó con intelectuales críticos; en esta rebelión global los estudiantes mexicanos aportan su cuota de sangre por el derecho a la educación en la masacre de Tlatelolco. Revive la insurgencia en América Latina y el Caribe por la liberación nacional y contra el imperialismo norteamericano, con procesos no violentos como el de Granada; sueños que fueron ahogados en sangre, con las dictaduras que inician en Suramérica en1964 (Brasil).

En los 70 y 80, se fortalecerían las dictaduras militares en Suramérica (Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia …) contra los trabajadores y los movimientos de liberación nacional. Luego de las dictaduras y las invasiones del imperio norteamericano de los años 30 y 40 del siglo pasado, se crece la lucha de los pueblos centroamericanos y del Caribe (Guatemala, Nicaragua, Salvador) en los 70 y 80 por los mismos objetivos, con el mismo heroísmo, logrando victorias efímeras; con resultados trágicos -por la intervención contrarrevolucionaria de USA-, de los que aún no se recuperan. Al mismo tiempo los pueblos del Cono Sur levantan la bandera de la democracia con participación de la izquierda en procesos electorales, apoyando gobiernos de transición hacia la democracia burguesa que no intentaron iniciar cambios estructurales (apertura restringida de la democracia en Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile) sin democracia directa decisoria, sin reformas agrarias ni distribución de la riqueza. Dejaron intactas las leyes excluyentes y represivas impuestas por las dictaduras, contra todo intento revolucionario de transformar sus sociedades, es más, dejaron esos genocidios (cientos de miles de muertos, torturados, desaparecidos y exiliados y de niños robados a estas víctimas en toda América Latina) en la impunidad, impusieron perdón y olvido a las víctimas con las leyes de “punto final” y amnistías; en Argentina los dictadores genocidas trataron de desviar la resistencia popular hacia un supuesto patriotismo contra Inglaterra por las islas Malvinas.

En América Latina los militares son invulnerables a la justicia y a los “cambios” políticos y sociales promovidos por “demócratas” o por la izquierda institucionalizada, (a excepción de los progresistas de Venezuela, Ecuador y Bolivia, que hicieron algunos cambios en sus fuerzas armadas) siempre les han temido porque la gran mayoría de ellos son formados y programados por el Pentágono para defender al imperio y a sus sátrapas locales,siguen siendo patriotas para USA, la OEA y las oligarquías locales, aunque hoy aparentemente no protagonicen golpes militares.

En nuestra Colombia, desde los 40 del siglo pasado la oligarquía y el imperio norteamericano impusieron una guerra civil, garantizando privilegios e impunidad a los militares, lo que les ha permitido continuar oprimiendo, excluyendo, torturando, asesinando, desapareciendo y desterrando, a quienes persisten en la justicia social, aunque este régimen se ha expresado internacionalmente como una  “legítima” democracia representativa y no en la verdadera dictadura civil-militar genocida y cruel que es. Después de más de 15 años de guerra a mediados del siglo XX, la oligarquía utilizó como medio para acordar un pacto (Frente Nacional por 20 años) para la repartición del poder político,  una corta dictadura militar (Rojas Pinilla 1953–1957) y acabar con la insurgencia liberal (la guerrilla liberal de los Llanos y del Tolima), y el paramilitarismo de la época, que se les estaban saliendo de las manos, y de paso eliminar las incipientes autodefensas campesinas, que ya contaban con apoyo de los comunistas (posteriormente darían origen a las FARC) alejándose de los partidos oligárquicos, luchando por la reforma agraria, la repartición de las tierras y la justicia social; sin embargo la violencia se extendió y profundizó no solo contra los opositores armados sino, contra los sectores populares del campo y la ciudad, continuando en lo que se denominó La Violencia, tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán, quien denunciaba el genocidio y la hermandad entre los dirigentes liberales y conservadores.

Después de 60 años, el pacto entre las clases dominantes (liberal-conservador de 1957) en que se repartirían la administración del Estado en períodos iguales por 20 años,  este fue actualizado con la integración de los narcotraficantes en las esferas del poder factico y estatal desde los 70, continuando el poder oligárquico tradicional financiero-terrateniente potenciado por las mafias emergentes (locales y extranjeras) en la guerra de despojo contra el pueblo, abriendo la posibilidad de paz y seguridad financiera y jurídica para ellos y el capital transnacional norteamericano y europeo en la ejecución de planes como IIRSA Alianza Pacífico y los TLC con USA y la UE, que garantizó la Constitución del 91. Una derrota política e ideológica de la insurgencia y la izquierda, evidenciada en los acuerdos de desmovilización y reinserción que se han venido firmando entre el Estado y la insurgencia desde los 80 y que hoy se confirma con los acuerdos firmados en 2016 con las Farc (incumplidos por el Estado) y los “diálogos” con el Eln. Estrategia que deja el espacio libre para el accionar de las siete bases cedidas a los militares norteamericanos para su guerra contra Venezuela, (utilizando la logística y las estructuras paramilitares para infiltrarse a través de los más de 2000 kilómetros de frontera con el hermano país bolivariano) y para la realización de los planes extractivistas minero-energético y agroindustrial.

En los primeros años de este siglo, Latinoamérica sufre las consecuencias del nuevo modelo de acumulación; recordamos la crisis financiera después del chantaje de la deuda externa (1982) y la monopolización de la economía por el sector financiero internacional, que condujo al “corralito” y al saqueo de capitales en Argentina (2001); las crisis brasileña y mejicana, (réplicas de las crisis financieras que se venía dando en los EE.UU. y Europa con el quiebre de grandes corporaciones y la caída de las bolsas), despiertan el rechazo de los pueblos al “Nuevo Orden Internacional”, por lo que el pueblo argentino salió a las calles a tumbar títeres –como lo venían  haciendo Venezuela desde el 89, Ecuador y  Bolivia a finales del XX y principios del XXI- que traían el mismo remedio formulado por el Consenso de Washington[2]. Estas políticas financieras, monetarias y comerciales y las reformas estructurales ordenadas por el BM, se aplicaron en toda América Latina para supuestamente elevar los índices de crecimiento, y reducir los de pobreza, inicialmente en Chile como piloto del proyecto neoliberal, impulsado por ingleses y norteamericanos desde el golpe fascista de 1973, y que resultó siendo la misma farsa, la misma tragedia para nuestros pueblos. En el 89 el caracazo rompe las dinámicas de dominación reviviendo posibilidades de liberación en América Latina; luego, a fines de los 90 iniciarían los cambios progresistas con procesos electorales apoyados en movimientos populares en  Venezuela, Ecuador y Bolivia, con menos intensidad en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Desde la promesa del Socialismo posible que redimiría a la humanidad, sintetizada en la consigna  leninista de todo el poder para los Soviets, (que nunca se concretó) la dirigencia rusa del capitalismo de Estado, al unísono con los dueños del sector financiero internacional, en los 80s, ordenan todo el poder para los Mercados, acabando con lo poco que quedaba del paradigma del llamado “Socialismo Real”, que cae como castillo de naipes en el oriente de Europa –mientras era desmontado paulatinamente en China-, llevándose los beneficios, los recursos  y las ilusiones de quienes aún creían en el comunismo como la superación de la necesidad, pues el llamado “Socialismo Real” resultó más extenuante para los trabajadores y menos democrático para los pueblos; pasando del capitalismo de Estado al capitalismo salvaje del Neoliberalismo, (con el regreso de la pobreza para los pueblos exsoviéticos) con una nueva oligarquía mafiosa inmensamente rica al frente de la confederación rusa, luego de la desintegración de la URSS y del campo socialista a nivel mundial.

Después de la guerra fría y la desintegración de la URSS, con la supuesta unipolaridad neoliberal que pretendían los globalizadores, a finales de los 90, se genera un movimiento internacional antineoliberal opuesto al Foro Económico Mundial; con grandes movilizaciones internacionales en las ciudades donde se realizan esas reuniones: Seattle, Doha, Etc.; promovido por organizaciones sociales y políticas de izquierda y democráticos, que empezaba a mirar otro mundo posible para la humanidad, haciendo énfasis en la diversidad cultural, económica y ambiental, iniciativa que floreció en Brasil con el Foro Social Mundial; en este foro alternativo participaron sectores sociales de los pueblos del mundo, organizaciones de trabajadores, indígenas, campesinos, ecologistas, integrantes de corrientes políticas socialistas, comunistas, demócratas, Etc. Este intento se fue agotando con el manoseo de algunas ONG (financiadas por las mismas corporaciones transnacionales que despojan a los pueblos y destruyen los ecosistemas) y de algunos gobiernos que trataron de utilizarlo para posar de “progresistas”, pero sobre todo, porque no planteó una clara alternativa al capitalismo con protagonismo y autonomía popular.

El 1 de enero de 1994 la dignidad de los pueblos mexicanos resurge en la presencia del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, reivindicando la lucha contra el neocolonialismo impuesto en México a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero que se trataba de imponer a todo el continente con el ALCA; esta insurgencia, rompiendo con los esquemas de la izquierda tradicional propone la lucha contra el poder político (no por el poder) no solo de las clases dominantes, sino también contra quienes asumen la representación de los pueblos negando su autonomía y sus capacidades de decidir y transformar y, contra la toma del poder del estado para administrarlo e imponer nuevas jerarquías. Acción que cae como un bálsamo sobre los cuerpos y las mentes adormecidas de los pueblos y sectores populares de toda América Latina, que les decía que otra democracia es posible, que se pueden autogobernar y construir alternativas humanistas de igualdad y respeto, sin caudillos iluminados, sin autoritarismo, sin patriarcado, sin capitalismo, una nueva civilización del bien vivir o nuestro socialismo.

Se necesita hoy, a nivel mundial, un movimiento social-político, anticapitalista antisistémico, que no solo se reúna anualmente, sino, que recoja las necesidades de los pueblos, que articule luchas y objetivos de todos los pueblos del mundo, que integre y difunda la diversidad de propuestas e iniciativas generadas desde los sectores populares y sus movimientos sociales, que abra espacios para una nueva institucionalidad humanista y humanitaria de transición hacia una sociedad justa, independiente del capital privado transnacional, de los Estados y de las ONG, en que el eje central sea la autodeterminación de los pueblos y la autonomía de las comunidades en sus territorios, que promueva el rescate de la dignidad, la solidaridad y la ética humanista en la política, equidad en la economía, nuevas relaciones con estos principios y valores entre los países, los pueblos, entre las personas, y relaciones de consideración y respeto con la naturaleza. Movimiento político- cultural, social, ecologista, antipatriarcal y anticapitalista, que no sea sectorial ni gubernamental, ni alineado política o ideológicamente a un partido, un modelo, o al nombre de una persona, como lo fueron de alguna manera la Internacional Socialista y el Movimiento de los No Alineados; pero que tampoco considere la democracia capitalista como único campo de confrontación y de construcción de una nueva sociedad.

Podemos decir que este movimiento se está gestando en las periferias, en los pueblos y comunidades locales (rurales y urbanas) con sus propias cosmovisiones construidas desde sus ancestros en sus territorios, separados de las instituciones y aparatos del poder capitalista, del consumismo y de las concepciones y prácticas tradicionales de la izquierda eurocéntrica, en la lucha por descolonizar nuestros pensamientos y maneras de ver y vivir el mundo desde la óptica occidental. Movimiento integrado fundamentalmente por Comunidades y pueblos aborígenes, que buscan la reconciliación con la madre tierra y el respeto por la vida y la dignidad de las personas.

Pero también persiste en la segunda década del siglo XXI la crisis sistémica, con la caída de las bolsas –en los Centros o metrópolis del capitalismo, que en 2015 incluyó a China-; crisis inmobiliarias (EE.UU. España), desempleo, quiebre de las economías de varios países europeos, algunos supuestamente desarrollados como Islandia, Italia, Irlanda, España y Portugal, además de la empobrecida y humillada Grecia; no es la debacle del capitalismo occidental, pues se busca mantener su hegemonía con la Globalización Neoliberal, con las guerras imperialistas en el oriente próximo, centro de Asia y norte de África; además del petróleo tiene otros ingredientes geoestratégicos como el mercado armamentístico, la destrucción y reconstrucción de países que las corporaciones norteamericanas y europeas presupuestan y se disputan -USA tiene asegurado grandes reservas de petróleo en su propio territorio para varias décadas utilizando el fracking, sin tener en cuenta el que roba a México e Irak y el de la alianza con la monarquía saudí- sino también ganar posiciones geopolíticas y geoestratégicas en diferentes regiones del planeta para extraer más recursos; cercar militar y comercialmente a Rusia y a China, geoestrategia que incluye la reducción del precio del petróleo, la alianza anglosajona (USA, Inglaterra, Australia, Alemania), la Alianza Atlántica USA-UE llamada TTIP y la TPP (asociación transpacífico) en sus siglas en inglés, y también golpear a Venezuela para expropiarla de sus grande reservas de petróleo, de gas y demás riquezas minerales; lo que también genera masivas migraciones de África, Medio Oriente y centro de Asia hacia las metrópolis europeas, con miles de muertos en el Mediterráneo, tal como ocurre con la migración  centroamericana en la frontera sur militarizada y cerrada con un muro de contención,(producto de las guerras militares, económicas y culturales) con el despertar del racismo, la xenofobia y el nazismo de los invasores que se sienten invadidos, recogiendo la cosecha de terrorismo que Occidente ha sembrado en todo el mundo.

En América Latina EE.UU. busca detener los experimentos progresistas, recuperar su “patio trasero” como bodega de materias primas, frenar el avance comercial y de inversión de china y Rusia, con la Alianza Pacífico (iniciativa de integración regional conformada por Chile, Colombia, México y Perú, creada en 2011). Pero la reactivación del Sistema Mundo Capitalista no está en la hegemonía del imperialismo USA-UE, sino, en el crecimiento económico, la expansión  y la presencia de los BRICS (aún con la crisis política de Brasil) en Asia, África y América Latina.

Simultáneamente a estas alianzas intercontinentales para América Latina y el Caribe, el capitalismo mundial (potencias hegemónicas y emergentes) reencaucha y diseña planes regionales para garantizar la construcción de infraestructura, comunicaciones y seguridad jurídica y militar para la explotación de recursos, sin importar las tendencias políticas de los gobiernos, sean de derecha, de izquierda o progresistas, pues tras el paradigma del desarrollo-crecimiento, todos buscan el mismo fin: recuperar y mantener el poder del capital, mediante la reprimerización de las economías, integrándose como productores de recursos alimentarios y biogenéticos, materias primas, minerales y combustibles, aceptando Tratados de Libre Comercio (TLC), para lo cual tienen que construir y modernizar infraestructuras dentro de las estrategias de extracción de esos recursos en los países periféricos, aplicando reformas estructurales a los Estados, asumiendo reformas macrofiscales y deuda pública interna y externa. Esta geoestrategia se dinamiza con Planes Regionales como:

  • Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica PM, originalmente Plan Puebla Panamá PPP con componentes económicos, políticos y militares[3] para Centroamérica y República Dominicana, repotenciado desde septiembre de 2000. Dirigido a optimizar la producción y transmisión de energía eléctrica desde el sur del continente hasta Estados Unidos, (caso Hidroituango) igualmente, la modernización e interconexión de las telecomunicaciones cuyo proyecto central es la autopista Mesoamericana de la Información en base a la fibra óptica, la ampliación y modernización de todos los sistemas de transporte, que incluye unir por carretera a todos los países de la región, partiendo de Colombia; mejoramiento y construcción de aeropuertos y puertos marítimos y fluviales. Este plan funciona en coordinación con el sistema de integración centroamericano SICA.
  • La Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana IIRSA tiene los mismos objetivos del Proyecto Mesoamérica ampliados en extracción mineroenergética, agroindustrial, biogenética, y de materias primas, complementado con la circulación de mercancías de origen asiático, europeo y norteamericano en Suramérica; Los proyectos IIRSA (con más de 500 megaproyectos), fueron “definidos” y clasificados desde 2009, por el Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento COSIPLAN, dependencia de la UNASUR, su financiación es con aportes de los países “beneficiados”, el Banco Mundial, y la Unión Europea, aunque la que más se beneficiará será China. Para desarrollar este plan los supuestos organismos multilaterales imponen la financiarización de todas las actividades productivas y de servicios, y las reformas de los códigos de comercio y judiciales que garanticen seguridad financiera y jurídica a la inversión extractivista en todos los países de la región.

El plan IIRSA tomacomo eje en telecomunicaciones a Colombia, pero básicamenteestá enfocado a la construcción de obras de infraestructura en transportes de materias primas y recursos naturales, a la construcción de grandes represas para generación hidroeléctrica. Está andando a través de megaproyectos[4] como Poliductos transandinos al Pacífico, carreteras de cuarta generación  (autopistas)trans-selváticas del Atlántico al Pacífico (que benefician comercialmente a Brasil), adecuación de vías fluviales, modernización y construcción de puertos y aeropuertos, represas de grandes ríos para hidroeléctricas que se interconectarán en todo el continente, y una compleja red de telecomunicaciones para dirigir y controlar toda la actividad extractiva y financiera; políticas que determinan prioridades para transnacionales y países emergentes, recursos a extraer, infraestructuras y áreas a intervenir, entre las cuales Colombia es parte determinante en este plan, que involucra a toda la región, incluyendo a los países con gobiernos progresistas. La modernización del aeropuerto El Dorado y del de Palmaseca en Palmira, el proyecto de ampliación y modernización del puerto de Buenaventura; el proyecto de ferrocarril Caracas-Buenaventura, el ferrocarril que partirá de unpuerto en Brasil en el océano Atlántico,hastael puerto de Ica Perú en el Pacífico (pasa por Paraguay y Bolivia, que le permitirá por lo menos la salida comercial al Atlántico y al Pacífico, también “beneficiará” a Argentina y Uruguay) los poliductos y viaductos en construcción, son parte de este plan.

Ambos proyectos son parte de la infraestructura necesaria del neoliberalismo (¿o pos neoliberalismo?) extractivista para movilizar los recursos y materias primas hacia las plantas de procesamiento que están en cualquier parte del planeta, principalmente Asia y la cuenca del pacífico; lo que encaja perfectamente conlos planes intercontinentales que en esta área se desarrollan como la Alianza Pacifico, la TPP, (que se articula con la Alianza Atlántica USA-UE)  la ASEAN y los emergentes; estos planes no integran a los pueblos, pero si unen a las burguesías locales en torno a los deseos expoliadores de las transnacionales, en los que juega papel importante la corrupción en todas las instituciones de los Estados, como lo estamos viendo en el continente. Lo trágico de estas iniciativas no es que violan las soberanías nacionales, sino que destruyen áreas vitales de los ecosistemas del continente, especialmente amplias zonas de producción hídrica, reserva biogenética, bosques y selvas (selva centroamericana, los bosques, páramos y nevados andinos, la selva húmeda del Pacífico colombiano la amazónica) de gran diversidad biológica, donde también conviven muchas comunidades indígenas y campesinos, algunos pueblos en aislamiento voluntario; situación que se complementa con la extranjerización de la tierra, generando la multiplicación de la pobreza en todo el continente.

Las causas de la actual crisis estructural del capitalismo –incrementada en 2008 tras la crisis inmobiliaria- no están en la caída de las bolsas, ni en la fluctuación del mercado financiero especulativo mundial, ni en la crisis energética o la climática, ni en la debacle de algunos Estados europeos, ni en el traslado de plantas de producción a los países de la periferia –caso Detroit-, ni en las guerras imperialistas que destruyen países y culturas, tampoco en la súper-producción industrial; la verdadera causa es la incapacidad política de los capitalistas para sostener permanentemente un sistema criminal basado en el crecimiento ilimitado en un mundo finito, en la explotación el despojo y la violencia contra los pueblos y los ecosistemas, en su modo de producción y de acumulación, en la imposibilidad de mantener los exorbitantes niveles de consumo y derroche de sus metrópolis con recursos que se agotan en el mundo, frente a la expansiva rebelión de los pueblos contra la dominación y el despojo que ejerce el capitalismo.

Por otro lado, en las periferias se están dando acuerdos subregionales y por bloques, con tratados comerciales más equilibrados, y en torno a la utilización de sus propias monedas diferentes al dólar, Irán decidió comerciar con la UE en euros; China con el Banco Asiático de Inversiones está haciendo la mayoría de sus transacciones en las monedas locales de la región y en yuanes como divisa; en el oriente de África algunos países decidieron comerciar en sus monedas y están buscando una común diferente al dólar; los BRICS también lo están haciendo, en América Latina algunos países del ALBA tratan de hacer transacciones con el SUCRE, aunque los intentos de los “progresistas” por conservar algo de independencia, en ningún momento atentan contra los fundamentos del capitalismo ni plantean cambios estructurales en la economíade sus países; es posible que el Mercosur defina dinamizar su comercio en monedas locales.

Estas medidas tomadas por países de diferentes continentes debilitan económicamente las estructuras del imperio norteamericano, principal bastión de la barbarie neoliberal, mientras se proyectan nuevas hegemonías regionales (BRICS). Dichas decisiones, más las geoestratégicas imperialistas, condujeron al imperio norteamericano a invadir y destruir Irak, pues Hussein, antes de la invasión imperialista, estaba valorando el petróleo en euros y proponiendo a la región el cambio de moneda en el mercado de los combustibles, igualmente Gadafi pretendía una moneda común regional.

Ante el intento de EE.UU. de impedir a Rusia el acceso al mar Negro al pretender ganar Ucrania para la Unión Europea y sembrar más bases militares en una nueva guerra fría. Rusia retoma posición sobre Crimea, presionando a Europa (principal consumidor del gas ruso)  para que desista de anexar Ucrania al área de la UE con presencia de la OTAN. Lo que ha llevado a fortalecer la alianza entre Rusia y China. Sin embargo China sigue siendo el principal socio comercial de EE.UU. mientras Alemania y china construyen y rehabilitan rutas comerciales (carreteras, trenes de alta velocidad, puertos, poliductos) y para movilización de materias primasentre Europa y Asia; de la misma manera, China concreta su alianza con Rusia a través de acuerdos comerciales, con la construcción de infraestructura para los mismos fines, que incluyen acuerdos políticos y militares que se manifiestan en el caso de la desnuclearización de Corea del Norte.

Con todo esto, aún no podemos decir que la actual sea la última crisis del capitalismo, pues este se regenera a través de nuevos modelos, estructurando otros centros de poder con la utilización de otras fuentes de energía, de nuevas tecnologías, de la inteligencia artificial, de la biopolítica como medios para controlar mental, ideológica, política, económica y militarmente a los pueblos, con  la movilización de capitales, inclusive reformando su sistema financiero y monetario, como se pretende con el dinero virtual y las criptomonedas, que llevan ya casi diez años en experimentación y  consolidación en el mercado; supuestamente pretende acabar con el papel moneda y los bancos centrales, cambiando una pirámide usurera-especulativa por otra basada en algoritmos y cadenas de bloques informáticos, con los mismos principios y fines; en este Sistema Mundo toda forma de dinero, como instrumento de dominación, siempre será monopolizado y controlado por los dueños del capital financiero; esta etérea moneda desde ya está enriqueciendo a una minoría tecnócrata de clase media alta de los países centrales, pero puede explotar como cualquier burbuja cuando los dueños del sector financiero lo deseen, dejando a cientos de millones de ahorradores y consumidores de todo el mundo en la miseria. El capitalismo seguirá siendo tan salvaje y criminal como cuando nació, así les parezca a algunos ingenuos que con la mundialización se redistribuye el capital y que la llamada “multipolaridad” fuera el punto de equilibrio de un supuesto capitalismo más democrático o “más humano”.

Este análisis es necesario profundizarlo, ampliarlo y racionalizarlo no solo dentro de la academia crítica, sino, dentro de la izquierda y de los movimientos sociales populares, para visibilizar perspectivas económicas y políticas en el proceso de transformación social para América Latina y el Caribe, sin caer en la trampa del chovinismo en que nos quiere meter la oligarquía mercachifle colombiana, (para desviar la atención del pueblo por sus verdaderos problemas) que cree que este es un país emergente y que en lugar de ser parte del progresismo, de la  ALBA o de UNASUR, debe estar en la neoliberal OCDE y con la criminal OTAN, porque supuestamente Colombia obtiene altos índices de crecimiento económico, y porque cuenta con el ejército mejor armado y entrenado de la región -comandado por el Pentágono y la CIA-, formador y exportador de asesinos para las guerras en el Oriente Medio y África- para combatir a la insurgencia y a la protesta popular, y amenazar a sus vecinos, pero con los peores índices de violencia y desigualdad en el continente. Lo preocupante es que indirectamente la izquierda institucionalizada colombiana apoya estas iniciativas, al hacer alianzas con la derecha, creyendo que esta va a abrir las puertas de la democracia a la paz y al “desarrollo” del país, pero Santos confirmó la intención de consolidar su proyecto neoliberal, en la reunión de Cartagena del grupo de la Tercera Vía, en junio de 2014 y lo logró.

Por: Gonzalo Salazar, julio 4 de 2018

[1]Datos tomados del artículo China humilla a Estados Unidos y marca el ritmo de la nueva geopolíticade Alberto Cruz, publicado en www.rebelion.org 25-04-2015. Fuente: http://www.nodo50.org/ceprid.php?article1992

[2]Acuerdo entre los organismos financieros internacionales: el FMI, el BM, la Reserva Federal y el congreso de EE.UU. para imponer el neoliberalismo.

[3]Participan los países centroamericanos: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá. Los estados del Sur-Sureste de México: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Desde 2006 se unió Colombia; A partir de 2009, se adhirió República Dominicana. Fuente: http://www.proyectomesoamerica.org

[4]Proyectos de la Cartera del COSIPLAN : cantidad total de proyectos: 579

Inversión total estimada: 61.347.183.245 (en US$) Proyectos de la API: Cantidad de Proyectos estructurados:31.Cantidad de Proyectos individuales: 101 Inversión total estimada:   20.266.243.380 (en US$).

Fuente: http://www.iirsa.org