CR3: 22-05-1995

PARA DISCUTIR NUESTRO FUTURO

Dos han sido los «Cuadernos de Reencuentro» que se han publicado a la fecha.  En ninguno de ellos, nosotros, las personas que inicialmente nos hemos involucrado en este propósito, habíamos profundizado en las opiniones que ahora estamos arriesgando.

En el marco de lo que creemos debe ser la construcción de una nueva dinámica, de un nuevo hacer, no caben los plazos porque ellos nos acartonan en diseños parroquiales que no encuentran más teoría que aquella que nace como producto de  su pequeño sueño, enalteciendo y sobrevalorando la relatividad desde lo relativo.  Pese a esta consideración, somos muy claros, eso si, en afirmar que valoramos, respetamos y creemos que debe continuar todo el trabajo que diferentes expresiones tienen y mantienen.

Se abre un período nuevo… y las características diferentes del mismo dependen de la certeza y el análisis de factores subjetivos.  De la racionalidad de los mismos, de su organización, de la predisposición al dialogo y al entendimiento en el campo popular, de la apertura en el pensamiento, de la flexibilidad en la relación con formas de organización que clásicamente han estado al margen de nuestras expectativas políticas, del reconocimiento de condiciones nuevas que afectarán notablemente la vida de lo que resta del siglo XX y el futuro siglo XXI, incluido lo que se ha llamado la Segunda Revolución Industrial.

Con la presentación del documento «Para discutir Nuestro Futuro» sentamos el entorno de nuestro pensamiento, las «primeras» pinceladas de lo que estamos pensando y pretendemos desarrollar.

«Mientras haya un ser que acepte la verdad por lo que es y tal como es, habrá lugar para la esperanza»[1]

1.            Venimos de una práctica con organizaciones de izquierda.  Los últimos años, hemos estado al margen de una vida militante en el seno de cualquier organización, porque en su momento consideramos que todo el «snob» que ha caracterizado estos últimos 10 años al igual que las alternativas que se nos presentaban (Por ejemplo en los últimos cuatro años) eran caminos confusos para asumirlos: No solo porque las alternativas en nuestro pensamiento no fueran lo suficientemente claras y nos incapacitaran temporalmente para tomar una decisión sino, además, porque las opciones que se nos presentaban no llenaban las expectativas del grueso de compañeros que éramos en aquel entonces. Consideramos que caminar por caminos confusos era un no caminar.

2.            Hoy comienza a abrirse paso un nuevo momento en la historia del movimiento de izquierda en Colombia.  Se perfila el cierre de un período en el que las alternativas se quedaron sin alternativas.  Queremos decir que todas las opciones políticas que se levantaron desde un grueso sector de la izquierda, evaluados al día de hoy, no han cumplido sus cometidos y por el contrario terminaron prácticamente arrollados unos e inmersos en la legitimidad burguesa, otros.

3.            Aspectos Importantes de este nuevo período:

–              El derrumbe del socialismo real en la otrora Unión Soviética y Europa Oriental, expresa no sólo la crisis de ese modelo sino que, además, contribuye a profundizar la crisis del movimiento comunista en todo el mundo.

Desde diferentes ángulos, aparecen posiciones que le han decretado un entierro de tercera al marxismo y su muerte definitiva como opción revolucionaria de transformación social.

Simultáneamente, surgen desde el mismo campo marxista corrientes que aceptando de manera crítica y autocrítica la teoría y práctica desarrollada durante todos estos años, propugnan por hacerle nuevos aportes al marxismo y poderlo, así, colocar a la altura de las necesidades de transformación revolucionaria que, pese a la alharaca que endiosa la democracia neoliberal, siguen gravitando al interior de las diferentes sociedades y países del mundo adportas del siglo XXI, colocarlo a la altura del momento de avance y desarrollo científico y tecnológico que vivimos y mantenerlo a la vanguardia como guía para la transformación y construcción de una sociedad nueva y de un socialismo revolucionario y humanista.

–              En Colombia  encontramos la práctica aislada de una serie de grupos independientes   en diferentes ciudades del país, grupos que han venido surgiendo de todo este proceso de diálogo y negociación en el que se vio involucrado un grueso bloque de organizaciones de izquierda. Dichos grupos, equidistando de una u otra alternativa   levantaron sus propios proyectos y han mantenido unos trabajos en donde una de sus características ha sido la relación de masas.

–              De otro lado las discusiones que al interior de las organizaciones armadas de izquierda se vienen perfilando y la existencia en ellas de posiciones dispersas o de bloques,  pueden llegar a tener incidencia y consecuencias connotadas.

Consideramos que las nuevas tendencias en el pensamiento serán tan fuertes que las alternativas políticas que enfrentarán dichas organizaciones será asumir una autocrítica pública y efectiva que dé cuenta de todo su pasado, y los conduzca por una senda de acción diferente y a la vez creíble -en el seno del pueblo colombiano- O verse abocados a perder cualquier poco de legitimidad y reconocimiento popular que aún puedan tener, encaminándose, así, a su hundimiento político y a una nueva y más contundente derrota para la revolución en Colombia.

Otra alternativa que no las salvaría, necesariamente, de una posible hecatombe política, involucraría la agudización de sus contradicciones internas bajo distintas formas y no se descartaría el que un determinado número de militantes de estas organizaciones asuman las nuevas propuestas del gobierno.[2]

–              La descoordinación entre las diferentes organizaciones  existentes a nivel popular, sean estas obreras, campesinas, barriales, estudiantiles, profesionales, etc.

Descoordinación orgánica y política, que en tanto no tienen un referente global de análisis de la situación practica e impacto de las nuevas condiciones, carece de elementos políticos que le permita planear su actividad y coordinarse al futuro.

4.            Es imperativo establecer nexos que permitan perfilar la unidad y abrir un debate en torno al futuro.  A ese debate deben llegar muchos… Desde las personas que ahora estamos aportando un grano de arena tendiendo nexos y convocando, hasta grupos que han mantenido sus expectativas desde una opción marxista.

En igual sentido, desde su concepción y radio de acción, los Cristianos, en particular, las corrientes afines a la lucha por el socialismo, la justicia e igualdad social (Como la Teología de la Liberación; Cristianos Por el Socialismo), los movimientos ambientalistas, etc.  Están comprometidos con un proceso de reflexión y debate en torno al futuro de la sociedad y la humanidad y, en concreto, en torno al Humanismo.

Ese espacio ni es nuevo ni está vedado para los marxistas.  Por el contrario, el marxismo tiene aportes importantes en esos campos, incluso, aportes que anteriormente no fueron suficientemente valorados como la teoría de la alienación, pieza angular para comprender su contenido, esencialmente Humanista.

5.            Estamos por la construcción de formas organizativas con características no solo diferentes sino nuevas.  Pero para esto tenemos la certeza de que la FLEXIBILIDAD entre las diferentes personas y grupos interesados es un elemento esencial.  Somos partidarios del respeto de prácticas políticas, sociales y religiosas diferentes, del respeto y apoyo de las distintas dinámicas de los grupos y personas que se comprometan.  Nuestro interés fundamental es el que la confluencia de este tipo de organizaciones y corrientes abra y aporte en el debate que estamos proponiendo.  Es lo mínimo que podemos hacer, porque consideramos que la única manera de aventurarnos a la verdad es comprometiendo en el debate a los mismos que han tratado de esclarecerla o han creído ser portadores de ella.  No creemos que las verdades relativas   en Colombia sean tan fuertes que arrastren una cantidad significativa de corrientes, grupos o masa.  La tendencia que tenemos enfrente es que cada uno tiene que ceder un poco de su propia soberanía para poder avanzar juntos.  La sola sospecha de que el otro puede tener la razón nos debe convocar a dialogar con él: de eso se trata, es en alguna medida el ejercicio de la racionalidad en la política para poder entendernos, poder hablar un mismo lenguaje y cosechar los triunfos de la razón.

6.            Los últimos 10 años han marcado un momento en la historia de Colombia caracterizado por una ofensiva sin precedentes por parte de las clases dominantes y expresada en la modernización del estado, en la adopción de una nueva constitución, en la apertura económica, etc. y por un asombroso desarme ideológico de la generalidad de sectores del campo popular, incluida la izquierda, y contados repuntes en su accionar motivados por coyunturas muy definidas.

Desde la propuesta reformista de Belisario Betancurt hasta las propuestas de hoy, del presidente Ernesto Samper, se ha dado toda una iniciativa política que ha colocado al estado y las clases que lo ostentan en una posición de relativo alivio: Realmente ha ganado niveles de legitimidad en estos terrenos, a la par que trata de mejorar su imagen en el campo internacional afectada por la violación sistemática de los derechos humanos y el problema del manejo del narcotráfico.

La ofensiva durante este período ha estado caracterizada por los DIALOGOS entre el estado y LAS ESPUMAS[3] del movimiento popular, pero estos diálogos  han tenido poca trascendencia para la vida práctica del país:  Se dieron los grandes diálogos y las grandes negociaciones, pero al día siguiente, cuando todos los habitantes de este país nos levantamos de nuestro sueño nocturno y espiritual, vimos en las calles que todo seguía igual y quizás todavía seguimos esperando que pase algo conmovedor… pero el todo es el mismo que hemos conocido.

Las personas que se involucraron en los procesos de dialogo y negociación quedaron en una dura situación, porque entender de la noche a la mañana lo contrario de lo que se ha venido defendiendo durante tantos años era bien complicado.  Y, sobre todo, haciendo la salvedad de que los diálogos han estado mediatizados por una cierta claridad en las cúpulas que, a través de la todavía (en esos momentos) vertical, aunque decadente autoridad, convocaban el fervor de sus «adeptos»: En muchos de los dialogantes se ha dado un fenómeno de confusión al coexistir en su pensamiento la simbiosis de la razón con los argumentos de la reacción.

Muchos de los que no le «salimos» al dialogo levantamos razones justas y claras, pero también, propuestas timoratas, tímidas e inconclusas.  Una de ellas fue EL DIALOGO EN EL CAMPO POPULAR.

Dicha propuesta fue mas un elemento alternativo de corte «teórico”, que un argumento producto de unas líneas de acción constante que nos dieran a entender que ese era nuestro estado real.

Hoy nos asalta nuevamente la inquietud al respecto de este concepto.  Consideramos que la necesidad nos ha llevado a madurar mucho y ser más flexibles en el pensamiento y en nuestras acciones:  Creemos que es posible propiciar un dialogo en el campo popular no ya para involucrar al grueso de organizaciones y personas en «nuestras» dinámicas, propuestas y pensamientos sino para conocer el momento de cada quien y el aporte desde cada ángulo a un gran reto que todos tenemos hacia el futuro: La construcción de una nueva sociedad impregnada de humanismo en todos sus poros.


UNA ESTRATEGIA PARA LA SUPERACION DEL SISTEMA CAPITALISTA DE DOMINACION

1.            Partimos de una crítica radical del sistema dominante.  En palabras de Marx «Ser radical es tomar las cosas por la raíz; ahora bien, para el hombre, la raíz es el hombre mismo» por lo tanto, el presupuesto básico de nuestra acción revolucionaria está en crear las condiciones a través de las cuales se logre «invertir todas las relaciones al interior de las cuales, el hombre es un ser rebajado, esclavizado, abandonado, despreciable».

Nuestra crítica y acción radical conllevará a lograr una sociedad cuyo principio básico sea el humanismo, «La consumación de la verdadera naturaleza del hombre, de su esencia social, puesto que el hombre es un ser comunitario por esencia», en oposición al humanismo burgués que sólo defiende causas humanas en cuanto no afecte sus intereses y les sirva para mejorar su calidad de producción como con la teoría de la calidad total.

Calidad Total, teoría de las relaciones humanas, círculos de participación e instrumentos de explotación y aumento desmedido de las ganancias, herramienta ideológica que sobre- pone el individuo a la sociedad.

La instauración de una sociedad humanista y por ende comunitaria, implica crear las bases para la supresión de las relaciones de producción basadas en la propiedad privada capitalista de los medios de producción.  El capitalismo hace uso de todos los instrumentos a su alcance para mantener su dominio, siendo el más efectivo el diversionismo ideológico y la alienación.

A esta ofensiva ideológica del capitalismo se debe dar una respuesta alternativa y sistemática, orientada a comprender claramente que «La alienación toma ciertamente diversas formas.  Destacándose, la política y la económica».

La alienación política y económica, es la más determinante, constituye la raíz de toda alienación y de todas las formas que esta pueda tomar.  Este compromiso radical nos lleva a revalorar las experiencias anteriores dirigidas a la instauración del Socialismo y el comunismo, tanto de los partidos comunistas en el poder como fuera de él.

Sin entrar a evaluar las justificaciones históricas y económicas que los determinaron, podemos constatar los siguientes resultados de la praxis:

1.            El derrumbe sin ninguna resistencia de los gobiernos del denominado bloque socialista, nos debe permitir un análisis sereno, enmarcado por lo demás dentro de una perspectiva histórica, que nos permita valorar correctamente las causas del desplome en forma abrupta de todo el aparato del estado.  Los ideólogos del capitalismo ante la euforia que les produjo la salida del gobierno de los partidos comunistas en el poder en Europa, se apresuraron a proclamar la no vigencia de la teoría marxista y el fin del comunismo como doctrina política y como sistema social, descartando de paso las posibilidades reales del socialismo como sistema capaz de resolver los problemas de la sociedad moderna.

El camarada Fidel Castro ha señalado que las ideas del Socialismo, tendrán avances y retrocesos pero son las más justas y al final se impondrán, y es a partir de esta formulación  como todas las teorías y argumentaciones teóricas sobre el fracaso del comunismo y de la doctrina socialista empiezan a quedar en desuso, porque los pueblos explotados por los bloques económicos en los que se encuentra dividido hoy el mundo y por las burguesías nacionales, no han renunciado, demostrando en forma contundente la vigencia histórica de la teoría de Marx sobre la lucha de clases.

2.            No podemos olvidar que la construcción del socialismo se inició en medio de la confrontación mundial y de las luchas internas, y que en este proceso, los partidos comunistas en el poder cometieron una serie de errores que los llevaron a apartarse de la doctrina marxista leninista

y de las leyes generales de la economía socialista, debilitando de paso la combatividad y la dinámica organizativa de los partidos y pérdida de la moral comunista.

Esta desviación política trajo como consecuencia la burocratización y la corrupción de muchos de los dirigentes.  No existió separación del partido y el aparato del estado, ya que el partido se convirtió en la fuente de todo poder y el portador de la solución de todos los problemas, con la siguiente suplantación de las organizaciones de masas, arrastrándolas por los demás al  inmovilismo y a la pasividad, lo que facilitó el trabajo de la contra-revolución que no encontró resistencia en el derrocamiento de los gobiernos.

Los errores teóricos en la conducción del estado y en muchos  casos brotes de burocratismo y corrupción cometidos por algunos dirigentes de estos partidos, y el desplome del modelo de socialismo imperante, han sido aprovechados a  fondo por los ideólogos del capitalismo, que han decretado el fin del comunismo, y el fracaso total de la teoría marxista leninista, señalando al capitalismo como el único sistema eficiente, estable, democrático, humano, y el único capaz de proporcionarle bienestar social a los pueblos.

Con el derrumbe del denominado campo socialista, se ha roto el equilibrio y se presenta el surgimiento  de una nueva situación mundial, es decir, un mundo unipolar capitaneado por grandes bloques económicos entre los que se encuentra el Imperialismo Norte-Americano que pretende imponer su dominio a sangre y fuego desconociendo en forma descarada la soberanía de las naciones al intervenir en sus asuntos internos.

Pero los cantos de sirena del capitalismo no duraron mucho tiempo y poco a poco se han venido silenciando por efectos de la gran crisis en que se encuentran sumidos, trayendo como consecuencia agudas contradicciones, entre los bloques económicos, conocidos como la tríada, es decir, Estados  Unidos, México y Canadá y de otra parte, los países asiáticos y la Comunidad Económica Europea, por un nuevo reparto del mundo en el campo del comercio internacional.

Las disputas entre estos bloques económicos, y el posterior desarrollo y profundización por parte del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial de la política neoliberal, ha precipitado a muchos países a una crisis económica y financiera, fundamentalmente a los dependientes, entre los que se encuentran los de América Latina, como los casos de Venezuela y México.

La crisis política y económica en la que se debate América Latina y de la que no escapa Colombia, exige la construcción de un partido único de los revolucionarios, que teniendo en cuenta los errores del pasado, sea capaz de conducir las masas populares y las distintas capas sociales a objetivos revolucionarios, que permitan conquistar los  cambios estructurales que requiere nuestra sociedad.  La revolución colombiana necesita de un partido con madurez política y en condiciones de someter a una crítica profunda y constructiva los errores que se han cometido en el largo cambio que ha recorrido la lucha revolucionaria en nuestra patria.

La izquierda, el frente sindical, y el movimiento cívico y popular pasan por una etapa de crisis, atribuible a varios fenómenos que podemos sintetizar así:

a)  La guerra sucia.  b)  El desenfoque en la apreciación correcta del momento político.  c)  Los brotes de corrupción y oportunismo y ambiciones personales.  d)  Las vacilaciones y conciliación con algunos elementos de la burguesía.  f)  La crisis que sacude los cimientos de la sociedad colombiana.

Para superar esta etapa contradictoria de la vida nacional, expresada en la política engañosa y populista del Presidente Samper con sus propuestas de  Salto Social y el Pacto Social y de  apertura política y del respeto a los Derechos Humanos, que no son más que pura palabrería, y si tenemos en cuenta que la nota predominante es la descomposición moral y la decadencia de la  dirigencia política y empresarial, arrastrando de paso a la  nación a una crisis, económica, política y a una violación generalizada de los derechos humanos y de recorte de las libertades políticas, tenemos que es necesario contar con un partido, pertrechado de una teoría científica y revolucionaria, y enraizado profundamente en las amplias masas de la población, con una disciplina consciente y una  moral auténticamente comunista, democrática humanista beligerante, y con una libertad de crítica en su interior.

El mundo partido debe someter a una crítica implacable los errores del pasado, y poner además sobre el tapete las discusión de la necesidad de trabajar en la revolución colombiana de cuyas entrañas debe brotar el nuevo poder, superando la desorientación en que se encuentran muchos de los  revolucionarios con la debacle del sistema socialista, hasta el punto de colocarse a la defensiva histórica, sin encarar a fondo la ofensiva ideológica del capitalismo.

Hoy mas que nunca cobra vigencia la formulación teórica de Lenin, «Educar, organizar y propagar», tres elementos, que constituyen una unidad dialéctica y que por lo tanto hay que emplearlos a fondo para ponernos al frente de una  ofensiva ideológica, propagandista y organizativa que nos permita sacar adelante al movimiento popular del estado de postración en que se encuentra.

El éxito del nuevo movimiento tiene que estar determinado por la capacidad que tenga para asimilar todo el acervo histórico y teórico acumulado por la humanidad, y por la  valoración correcta que haga de los nuevos aportes del marxismo contemporáneo y por la interpretación acerca de la realidad colombiana.

Se debe ocupar además del estudio de la segunda revolución industrial y de la revolución tecnológica, para conocer y  formular políticas acertadas al proletariado:  el obrero de hoy no es el mismo de hace 20 años, ni en su número ni en calidad, las empresas cuentan hoy con un gran número de tecnólogos y cada vez con menos obreros, ejemplo de ello son  las cifras conque  ilustramos este documento:  Coltejer en l980 contaba con 11.711 obreros y en l993 apenas si llega a los 5.205 obreros,  Fabricato, en l980 contaba con 7.150 obreros y en l993 con 4.034, Tejicondor en l980 contaba con 2.371 obreros y en l993, cuenta con 1.801.

De los  análisis que hemos hecho sobre la evolución del empleo en el Departamento de Antioquia, la tendencia es a la disminución en forma dramática del empleo productivo y el crecimiento y el empleo informal;  esta tendencia es nacional y mundial, por la incorporación del robot y la computadora.

Debemos iniciar un gran debate sobre el papel del proletariado colombiano y su naturaleza en la etapa actual, cuál es su peso específico y su incidencia en las definiciones políticas y económicas y si sus luchas y sus métodos corresponden con las nuevas realidades.

Un estudio especial se debe elaborar sobre el sector de los servicios, teniendo en cuenta no sólo su número, sino la capacidad de lucha que viene demostrando en los últimos tiempos, en defensa de sus reivindicaciones y en procura de ganar espacios políticos.

Mayo 22 de 1995


[1] CAMUS, Albert.  Moral y política.  Editorial Losada.  Buenos Aires. 1978

[2] Asumir las nuevas propuestas de diálogo y negociación enarboladas por el presidente Ernesto Samper

[3] Generalmente las organizaciones que han mantenido una relación de masas, han terminado explicablemente  colocados

       encima de estas, convirtiéndose en ocasiones en esas espumas sucias que a veces flotan en las aguas o en otras condiciones.

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